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Tom Brady no volverá a armar el brazo. El californiano, siete veces ganador de la Super Bowl y una de las figuras más extraordinarias que ha deparado el deporte estadounidense, confirmó este martes su retirada, poniendo fin al hervidero de rumores desatado desde que los ... Tampa Bay Buccaneers, a los que hizo campeones de la NFL el pasado año, cayesen frente a Los Angeles Rams en la Ronda Divisional y se despidiesen de sus opciones de defender el título.
«Siempre he creído que el fútbol americano es un 'all in'. Si no hay un compromiso competitivo del 100% no tendrás éxito, y el éxito es lo que más amo de este deporte. Hay un desafío físico, mental y emocional todos los días que me ha permitido maximizar mi potencial. Y he dado lo mejor de mí en los últimos 22 años. No hay atajos en el camino al éxito dentro del campo ni de la vida. Esto es difícil de escribir para mí, pero allá va: no voy a tener ese compromiso competitivo nunca más. He amado mi carrera en la NFL, y ahora es momento de centrar mi tiempo y energía en otras cosas que requieren mi atención», señaló el quarterback en un mensaje difundido a través de sus redes sociales.
Tras arrojar dudas inicialmente sobre la primicia adelantada el pasado sábado por la ESPN, GOAT (Greatest Of All Time) -el apodo por el que se le conoce- oficializó su adiós con un extenso comunicado en el que resume los motivos que le han llevado a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida, da las gracias a los Buccaneers por haberle permitido prolongar esa inigualable trayectoria de superación digna del mejor guion de Hollywood que ha protagonizado y pasa el testigo a una nueva camada de quarterbacks que le tiene por referente.
«Reflexioné mucho durante la pasada semana y me pregunté cuestiones difíciles. Estoy orgulloso de lo conseguido. Mis colegas, entrenadores, rivales cercanos y fans me han apoyado, han estado conmigo al 100%. Pero ahora es mejor dejar los terrenos de juego y dejar paso a la siguiente generación de atletas», señala Brady en la nota con la que se despide de la NFL tras 22 campañas en la élite que cambiaron la historia de la competición.
Lo deja con siete anillos en su haber, uno más de los que atesoran las dos franquicias más laureadas: los Pittsburgh Steelers y los New England Patriots. Este último equipo formaba parte del montón cuando escogió, con el número 199 del 'draft' del año 2000, a un desgarbado joven formado en la Universidad de Michigan al que los expertos veían con una pobre complexión atlética, poca movilidad para responder a la presión de las defensas rivales y un brazo débil. El resto es conocido.
Brady, que creció soñando con emular las gestas de su idolatrado Joe Montana, legendario quarterback de los San Francisco 49ers, pasó su primera campaña en el banquillo, pero en la temporada siguiente una lesión de Drew Bledsoe le dio las llaves de la titularidad y a partir de ese momento se convirtió en el líder indiscutido de los Patriots, a los que dirigió a la victoria en seis Super Bowls: 2002, 2004, 2005, 2015, 2017 y 2019.
Su liderazgo sobre el campo maridó a la perfección con la guía desde la banda de Bill Belichick, el entrenador principal al que Robert Kraft, dueño de los Patriots, encomendó en el año 2000 la misión de situar a la franquicia de Massachusetts entre la aristocracia. Pero esa fructífera relación se rompió al término de la campaña 2019-20, cuando los Patriots abordaron una reconstrucción fallida.
Los Buccaneers, que solo habían conquistado una Super Bowl, en 2002, creyeron que al californiano le quedaba cuerda suficiente y aprovecharon la oportunidad para forjar un equipo a su altura. Brady se puso en manos de Bruce Arians, entrenador jefe de los de Florida, y sacó de su retiro al tight end Rob Gronkowski, su compañero de fechorías en los Patriots. Con ambos como socios principales, se elevó a la estratosfera del deporte al abrochar su séptima Super Bowl. Las cosas no les fueron tan bien este año y Brady, presionado por su familia, ha optado por la retirada.
Atrás quedan un puñado de plusmarcas que le confirman como el más grande: es el quarterback con más yardas de pase en la historia (84.520), el único que ha ganado la Super Bowl en tres décadas distintas, el más veterano en hacerlo -su título con los Buccaneers lo abrochó con 43 años, 6 meses y 5 días-, así como el que más pases de anotación ha entregado (624).
Ahora podrá consagrarse por completo a la familia que ha establecido con la modelo brasileña Gisele Bündchen, junto a la que tiene tres hijos. Para ellos tuvo las más sentidas palabras en su comunicado. «Sois mi inspiración. Nuestra familia es mi mayor logro. Siempre he abandonado el terreno de juego y de casa pensando en que tenía la esposa más amorosa y que siempre lo ha dado todo por nuestra familia para permitirme que me centrara en mi carrera. Su autosuficiencia me ha permitido alcanzar nuevas cotas profesionales y no tengo palabras para decirte lo que significas para mí y mi familia. Te amo amor da minha vida«, cierra la nota con la que Brady cuelga definitivamente el casco.
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