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Elaine Thompson-Herah, tras imponerse en los 200. Lucy Nicholson (Reuters)
Thompson-Herah lidera el atletismo
Tokio 2020 | Atletismo

Thompson-Herah lidera el atletismo

La jamaicana, con sus tres oros, se convierte en la referencia de un deporte que sale favorecido de Tokio

Igor Barcia

Enviado especial a Tokio

Domingo, 8 de agosto 2021, 01:45

Había expectativas y dudas sobre el atletismo en estos Juegos Olímpicos. Una vez concluida la era Usain Biolt y con la ausencia de otro gran protagonista como Mo Farah, estaba por ver la respuesta de los atletas para cubrir esas ausencias tan llamativas, de atletas ... tan mediáticos que marcaron no solo una época en el atletismo, sino en el deporte en general. Pero tras una semana de grandes pruebas y mejores marcas, se puede decir que el atletismo se ha reivindicado y sale fortalecido de Tokio. Sebastian Coe decía en una entrevista con este periódico que «son los Juegos de una nueva generación de atletas» y aplaudía el rendimiento general que ha quitado una preocupación de encima al presidente de la World Athletics.

En estos Juegos, además, el atletismo ha tenido protagonismo femenino, porque si alguien ha brillado por encima de todos es Elaine Thompson-Herah. La jamaicana, que en Río se hizo con el doblete 100-200, ha estirado este reinado añadiendo en Japón la victoria con su país en el relevo corto. De este modo, Thompson-Herah cierra su participación con tres oros y un récord olímpico en 100 metros, siendo sin duda el principal nombre propio de estos Juegos.

Pero tras ella hay un grupo de atletas que han hecho mucho por su deporte a lo largo de esta semana. «Son muy importantes los récords en estos Juegos porque después de todo lo que hemos vivido sirven para generar ilusión», decía el máximo responsable del atletismo mundial. Y en el Olímpico hemos visto hasta tres plusmarcas mundiales, las de Yulimar Rojas en triple salto, y Karsten Warholm y Sydney McLaughlin en 400 metros vallas, así como numerosas marcas olímpicas, dentro de un nivel muy elevado.

¿Las causas? Se puede hablar de tres. Por un lado la evolución del material, las zapatillas, un tema aceptado ya por todas las partes pero que como explicaban tanto Sebastian Coe como el mediofondista Adel Mechaal, «es un debate que debe quedar atrás porque todos los atletas tenemos las mismas condiciones», dijo tras pasar a la final de 1.500 tras una serie donde se hizo récord olímpico y él logró marca personal con 3.32.15. «Cada vez se corre más rápido, es un hecho, pero el beneficio es para todos, todas las firmas han trabajado en el mismo sentido, así que ahora ya no hay desventajas», explicó, mientras el dirigente de la World Athletics iba en el mismo sentido «porque la innovación es para todos», y en cambio apuntaba a un segundo apartado, la motivación.

«Después de lo que hemos vivido el pasado año, los atletas se han dado cuenta que el momento es ahora. En los Juegos es donde deben rendir al máximo nivel y dar su mejor versión, no en un mitin dentro de unas semanas», declaró Coe. Y lo cierto es que nadie de entre las principales figuras ha escatimado esfuerzos. Desde las marcas de Thompson en velocidad, pasando por los citados récords del mundo, el esfuerzo de Sifan Hassan por pelear por tres otros -se ha quedado en dos y un bronce-, los dos oros en velocidad del italiano Jacobs, la revancha de Uganda en el 5.000 tras fallar en el 10.000, las medallas de la gran Allyson Felix o el extraordinario concurso de lanzamiento de peso han dejado claro que en Tokio nadie se ha escondido.

Y un último factor, la pista. Mondo ha invertido millón y medio de euros para un material de última generación que ha hecho las delicias de los atletas, un piso muy reactivo que se ha dejado notar de forma clara en las marcas de un Estadio Olímpico que deja muy buen sabor de boca.

La reválida para el atletismo llegará pronto, con un 2022 donde el retraso de los Juegos a 2021 provocó un efecto desplazamiento del Mundial a 2022 que coincidirá con el Europeo. Será un programa intenso, pero una buena oportunidad para comprobar si se ratifica todo lo bueno que dejan estos Juegos que en el atletismo llevan el sello de Jamaica y Elaine Thompson-Herah.

España, a muy buen nivel

A efectos de medallas, España ha bajado su nivel respecto a Río 2016. Del oro de Ruth Beitia y la plata de Orlando Ortega, al bronce de Ana Peleteiro en 2021. Pero es una lectura injusta para el atletismo nacional, que con un equipo joven ha competido a muy buen nivel, se ha levantado de una primera jornada deprimente y solo ha faltado que la marcha viera recompensada su trabajo y esfuerzo para cerrar Tokio con algún metal más. Porque además del bronce, España ha acumulado tres cuartas plazas -Eusebio Cáceres, Álvaro Martín, Marc Tur y María Pérez-, dos quintas - Adrián Ben y Adel Mechaal-, dos sextas -Asier Marrtínez y Diego García- y un octavo, de Mohamed Katir.

Agencias
Imagen principal - Thompson-Herah lidera el atletismo
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Más allá de la marcha, esa especialidad que es una fuente inagotable de talentos, el navarro de 110 metros vallas ha sido el ejemplo de superación de España en estos Juegos. Poco antes de empezar su participación llegó el mazazo en forma de lesión de Orlando Ortega, una baza sólida para estar en el podio. Pero resulta que Martínez acaparó totalmente el protagonismo a base de ganar su serie inicial y colarse para la final, donde fue sexto compitiendo contra los más grandes y tras dos marcas personales consecutivas. Ese espíritu batallador también lo ha encarnado Marta Pérez en los 1.500 metros al ser novena y quedarse a un paso de romper la barrera de los cuatro minutos que en la historia solo Natalia Rodríguez ha sido capaz de lograr. En la misma distancia, Adel Mechaal ha rescatado su mejor versión para quedar quinto de una final enorme, compitiendo con los mejores como hacía tiempo no sucedía, y augurando grandes cosas para el Mundial, tal y como dijo después de esa plaza y de ese 3.30.77 que le deja revitalizado.

Y por supuesto Adrián Ben en los 800 metros. Después de ser sexto en el pasado Mundial, en Tokio ha ganado una plaza para ser quinto, de nuevo en una demostración de saber competir y no arrugarse ante los mejores. Y eso con 23 años recién cumplidos. La misma edad tiene Mo Katir, cuya octava plaza dejó sensaciones enfrentadas después de las expectativas creadas por sus tres plusmarcas nacionales, pero es cierto, como él señalaba, que era su debut en una gran competición, que peleó contra los mejores del mundo y que de su progresión se espera lo mejor. Como de esta selección española joven y dispuesta a competir en todos los escenarios.

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