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Igor Barcia
Jueves, 1 de agosto 2024, 17:05
«Lo soñaba desde 1981, desde que vi 'Carros de Fuego'». Entonces, José Antonio Carrillo (68 años, Cieza) todavía era médico, pero ya había alumbrado al club de atletismo de su Cieza natal y pensaba en grandes gestas. 43 años después, Carrillo podrá romper el sombrero que lleva a todos los Juegos en los que ha competido algún pupilo suyo. Fernando Vázquez, Manuel Bermúdez, Juanma Molina o Miguel Ángel López, uno de los mejores marchadores de la historia española, han sido grandes competidores, pero nunca le dieron a su maestro una medalla olímpica para poder imitar una de las escenas más míticas de la película ambientada en los Juegos de París de 1924. El momento en el que Sam Mussabini, el entrenador de Harold Abrahams, rompe su sombrero de paja de un puñetazo cuando desde fuera del estadio de Colombes escucha el himno británico, lo que indicaba que su atleta había conquistado el oro en 100 metros.
Hoy, por fin, cuando Alvaro Martín reciba el bronce en el Stade de France, Carrillo podrá cumplir su sueño, el que lleva esperando desde Río'2016. Romperá el sombrero de paja y sumará su primera medalla olímpica tras cinco Juegos en los que ha estado presente con sus atletas. Carrillo estaba emocionado en la zona mixta, recordando los esfuerzos que suponen vivir como el padre de todos sus marchadores durante las concentraciones. «Tengo 68 años y tengo que reflexionar si merece la pena seguir porque hace dos meses que no veo a mi familia», admitía con lágrimas en los ojos. Su encuentro con Álvaro Martín, al que adoptó como uno más en su grupo de Cieza, compensó todos esos sacrificios a los que se refería.
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