igor barcia
Tokio
Lunes, 2 de agosto 2021, 11:02
Polonia ha otorgado un visado humanitario a Krystsina Tsimanouskaya, la atleta olímpica bielorrusa que dijo que su equipo la intentó obligar a dejar Japón, según ha afirmado este lunes el viceministro polaco de Asuntos Exteriores.
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Tsimanouskaya «está ya en contacto directo con diplomáticos polacos en ... Tokio. Recibió un visado humanitario. Polonia hará lo que sea necesario para ayudarla a continuar su carrera deportiva», ha escrito Marcin Przydacz en Twitter.
Tsimanouskaya, velocista bielorrusa que debía haber participado esta mañana en la primera ronda de 200 metros, pidió ayuda al Comité Olímpico Internacional y a Tokio 2020 porque su país quiere obligarla a abandonar Japón por críticas hacia el Comité Olímpico de Bielorrusia, que dirige el hijo del presidente de la nación. Su gran temor es volver a casa y que acabe metida en la cárcel. «Están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre», fue la declaración de auxilio de ayer de Tsimanouskaya, una cuestión en la que el movimiento olímpico ha decidido tomar cartas en el asunto.
«Tanto el COI como la organización han hablado directamente con Krystsina Tsimanouskaya. Está con las autoridades en el aeropuerto de Haneda y actualmente está acompañada por un miembro del personal de Tokio 2020. Nos ha dicho que se siente segura», ha informado el COI a través de las redes sociales esta mañana. El COI y Tokio 2020 continuarán sus conversaciones con Tsimanouskaya y las autoridades para determinar los próximos pasos en los próximos días», han añadido desde el COI en su comunicado respecto al llamamiento de ayuda de Tsimanouskaya.
Las relaciones entre el COI y Bielorrusia son complejas desde hace tiempo y en diciembre, el organismo olímpico sancionó tanto al presidente del país, Aleksandr Lukashenko, como a su hijo y presidente del Comité de Bielorrusia, Víktor Lukashenko. Los dos fueron vetados para acudir a estos Juegos después de estudiarse varias denuncias de deportistas y acusarles de discriminación política y presiones.
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En el caso de Tsimanouskaya, Bielorrusia decidió apartarla de la competición por su «estado emocional y psicológico», y le exigieron que volviese a su país. Y todo después de las críticas y de que se haya conocido que había comenzado a preparar los trámites para pedir asilo en Europa.
La velocista explicó que fue su entrenador quien entró a las cinco de la mañana en su habitación con la orden de sacarla del hotel y enviarla al aeropuerto de Haneda para volver a Bielorrusia. «No tengo miedo de que me echen de la selección, temo que me puedan encarcelar. Los funcionarios dicen que la orden de deshacerse de mí vino de arriba», llegó a decir la velocista días antes de estallar el escándalo que se ha generado en plenos Juegos de Tokio.
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