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Saúl Craviotto.
«¿Vacaciones? Cuando lleve un mes sin la piragua me subiré por las paredes»
Saúl Craviotto

«¿Vacaciones? Cuando lleve un mes sin la piragua me subiré por las paredes»

«Lo hemos pasado muy mal y esta plata sabe a gloria», asegura | «David Cal es la persona que nos quitó el miedo a ganar», afirma

EMILIO V. ESCUDERO

Enviado especial. Tokio

Lunes, 9 de agosto 2021, 01:17

Apenas unas horas después de haber ganado su quinta medalla en unos Juegos, Saúl Craviotto atiende a este diario desde la Villa, donde le toca hacer la maleta como a cualquier mortal antes de poner rumbo a España. Allí le esperan unas vacaciones larguísimas, ... que asegura que necesita para liberarse de la tensión de estos años. Un ciclo complicado que ya deja atrás para pensar en París 2024, a donde espera llegar para aumentar la cuenta de metales en su cuenta particular.

¿Cómo duerme un quíntuple medallista olímpico?

Pues he dormido bien, pero me costó mucho conciliar el sueño. Estuve hasta las dos o las tres de la mañana hablando con mi familia, con mi mujer y mis padres, porque durante el día había sido complicado, y luego tardé en dormir. Hasta las tres de la mañana no me metí en la cama, pero lo hice feliz.

¿Qué le contaban sus padres?

Pues que estaban muy orgullosos de mí. Lo han pasado muy mal, con muchos nervios, pero que están felices. Y que lo hubieran estado igual aunque hubiéramos quedado cuartos o fuera de la final si me hubieran visto feliz. Porque si este ciclo olímpico ha servido para algo es para darnos cuenta de las cosas que son realmente importantes. Ellos son los que están en las buenas y en las malas, pero si les damos una medalla, pues mejor.

¿Dónde ha dejado hoy esa plata que tanto le ha costado?

Pues he dormido con ella muy cerca. En la mesilla de noche. De vez en cuando la cogía, la tocaba… no me lo termino de creer. No porque tenga más dejo de valorar lo que supone haberla ganado. Y sé que aún pasarán varios días hasta que de verdad le dé el valor que se merece. Siempre me pasa igual.

¿Cómo fue la celebración?

Pues muy comedido, que es lo que permiten estos tiempos de pandemia. Además, aún había compañeros que necesitaban descansar porque competían hoy, y no podíamos liarla por respeto a ellos. Así que nos fuimos a cenar al restaurante japonés de la Villa y luego estuvimos en la habitación comentando un poco lo que habían sido estos días.

¿Cómo tiene el teléfono?

Uffff (resopla). Imagínese. Tengo muchísimos mensajes y me sabe fatal, porque me gustaría contestarlos a todos, pero es imposible. Cuando tenga un rato libre lo iré haciendo. Es una pasada. Leo todos, eso sí, y aprecio todo el cariño que me llega por ahí y también por las redes sociales.

¿Ha notado que recibe más mensajes ahora que cuando ganó la primera?

En Pekín era todo muy diferente, porque no me conocía nadie. Ahora todo el mundo sabe quién soy, te ponían en las quinielas de la medalla, y eso se nota. Pero siempre he sentido mucho cariño en todos los ciclos olímpicos y me he sentido muy arropado.

¿Alguno que le haya emocionado y que nos pueda contar?

Pues los grupos de la familia son sin duda los que más me emocionan. Entrar ahí y ver un montón de mensajes con vídeos y fotos de cómo han vivido la prueba es algo que me llega al corazón. Son los que siempre están y verles llorar y emocionados pues es algo que me llena mucho.

¿Sabe mejor esta medalla por todo lo que ha pasado este ciclo olímpico?

Por supuesto. Era algo que tenía guardado desde hace mucho tiempo y que ya le había dicho a Miguel (García, el entrenador). Cuando murió su padre en la primera ola de la pandemia, por el Covid-19, le dije que íbamos a conseguir esta medalla y que se la íbamos a dedicar a él. Íbamos a hacer algo bonito en Tokio para su padre y lo hemos podido conseguir. A él se le caían las lágrimas el sábado y a nosotros también. Lo hemos pasado muy mal estos años, con una pandemia de por medio y muchas trabas más, y llegar aquí, plantarle cara a los alemanes y ganar una plata es algo que nos sabe a gloria.

Le dieron un abrazo a Miguel que casi lo parten por la mitad…

Jajaja. Es que no controlamos a veces la emoción. Era lo mínimo que podíamos hacer por él. Tenemos al mejor entrenador del mundo, reconocido por todos, pero es que además es una persona excepcional. Es como un hermano para mí, con el que he vivido muchas cosas desde Pekín hasta aquí. Siempre hemos estado unidos y no recuerdo una discusión entre nosotros. Haber recorrido este camino con una persona como él al lado lo hace incluso más bonito.

Decía ayer Cal, en este diario, que no había nadie mejor que usted para igualar su récord de medallas…

Pues se lo agradezco mucho y es un honor para mí. Yo de David siempre destaco lo mismo, que siendo una leyenda del deporte, es muchísimo mejor como persona. Para nosotros ha sido un referente, el que nos quitó el miedo a ganar. Es Dios dentro del piragüismo, y escucharle decir eso me honra muchísimo.

No se quedó ahí Cal, que decía que le iba a impulsar a seguir hasta París para que consiguiera la sexta o la séptima medalla…

A ver si le voy a tener que animar yo, porque él como se ponga, saca otra. Si quisiera, yo creo que podría ganar otra… (se ríe). Se lo agradezco, porque siempre he sentido mucho apoyo por su parte.

¿Es cierto que se va a coger cinco meses de vacaciones? ¿tan duro es preparar los Juegos?

Eso es lo que me pide el cuerpo, pero yo sé que cuando llegue a España y esté un mes sin subir a la piragua me voy a subir por las paredes. Al final es mi pasión y lo que amo, pero sí que necesito descansar cuerpo y mente. Tengo que liberarme de la presión que supone ir a un selectivo nacional, competir o ir a los Juegos a ganar una medalla. Me apetece hacer piragüismo por disfrute. Cargar las pilas y ver si tengo fuerzas para llegar hasta París. Lo que no podría es llegar ahora a octubre y ponerse otra vez a entrenar. Imposible.

¿Sabe a dónde irá a recargar esas pilas?

Pues sí, este año, turismo nacional, que es lo que toca. Iremos a Lanzarote primero y luego creo que a Mallorca. Vacaciones en familia, para pasar tiempo con las niñas, que es lo que me apetece de verdad. Aunque primero estaré en casa unos días, en Asturias, recuperándome de este desgaste.

¿Cómo ha visto la actuación española en Tokio?

El balance es muy positivo. Hemos conseguido 17 medallas, pero también ha habido muchos cuartos puestos, diplomas… Sé que la gente sólo valora a los que suben al podio, pero los que somos deportistas sabemos lo difícil que es lograr una medalla y creo que el aficionado tendría que valorar también lo que significa quedar cerca de eso o llegar a una final. Como abanderado y compañeros, me siento muy orgulloso de todos y a los que han quedado cuartos les diría que aprovechen eso para preparar con más ganas la siguiente cita, que está además a la vuelta de la esquina. El ejemplo de Teresa Portela es el que deben seguir, que nunca ha bajado los brazos hasta que ha subido al podio en sus sextos Juegos Olímpicos.

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