Thomas Bach, presidente del COI. Foto: EP | Vídeo: Atlas

El COI se aferra a Tokio 2020, pese a las voces discordantes

Estima que aún no deben tomarse «decisiones drásticas», pero España avisa que sus deportistas irían «en desigualdad de condiciones»

Óscar Bellot

Madrid

Martes, 17 de marzo 2020, 16:12

El Comité Olímpico Internacional (COI) sigue empeñado en que los Juegos de Tokio se celebren en las fechas previstas, del 24 de julio al 9 de agosto de este año, pese a que algunos países como España ya han avisado que sus deportistas acudirían a ... la cita «en desigualdad de condiciones» respecto a los de otros menos afectados por la pandemia del coronavirus de no variar la hoja de ruta, ya que «no pueden entrenarse» debido a las restricciones impuestas por el estado de alarma decretado por el Gobierno que preside Pedro Sánchez para hacer frente a la epidemia, según resaltó este martes Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE).

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«Las noticias que nos llegan todos los días son inquietantes en todos los países del mundo, pero para nosotros lo más importante es que nuestros deportistas no pueden entrenar y, de celebrarse los Juegos, irían en desigualdad de condiciones», subrayó el máximo dirigente del olimpismo español tras mantener una reunión por videoconferencia con los presidentes de las federaciones deportivas del país en la que afloró la inquietud existente por el estado de forma en la que los deportistas españoles llegarían a Tokio en caso de no moverse la cita.

El presidente del COE incidió en que debe existir «seguridad» de que los participantes españoles en Tokio 2020 «tengan las mismas condiciones que el resto», algo imposible en la situación actual ya que los Centros de Alto Rendimiento han cerrado sus puertas y los deportistas deben seguir las pautas de confinamiento dictaminadas por las autoridades, lo que les impide «entrenar y preparar adecuadamente» la cita olímpica, muchos de cuyos torneos clasificatorios han quedado además anulados. Por todo ello, Alejandro Blanco transmitirá en la reunión que los comités nacionales de todo el mundo mantendrán este miércoles con el presidente del COI, Thomas Bach, el deseo de las federaciones españolas de que haya Juegos Olímpicos, «pero con seguridad».

Sin embargo, Bach no parece proclive a alterar la hora de ruta, al menos de momento. Pese a la cancelación de otras grandes citas del calendario deportivo internacional como la Eurocopa de fútbol, postergada al verano de 2021, el COI subrayó este martes que mantiene los preparativos para los Juegos y estimó que, a cuatro meses de una cita que debería llevar cientos de miles de visitantes a Japón, aún no ha llegado el momento de tomar «decisiones drásticas».

Si bien el COI resaltó que la situación de emergencia «no tiene precedentes en el mundo» y admitió que está teniendo un considerable impacto en la preparación del evento olímpico, animó a todos los deportistas «a seguir preparándose para Tokio lo mejor que puedan». Remarcó además que el organismo «seguirá actuando con responsabilidad» y monitorizando la situación en estrecho contacto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el comité de expertos formado por el COI, el comité organizador de los Juegos y las autoridades japonesas. «La salud y bienestar de todos los implicados en las preparaciones de Tokio 2020 son nuestra principal preocupación, y se están tomando todas las medidas posibles para proteger a atletas, entrenadores y equipos de apoyo», remarcó.

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Símbolo de esperanza

La voluntad del COI es que los Juegos se conviertan en un símbolo de esperanza para el mundo en tiempos de incertidumbre y desasosiego. Es por ello que el organismo se resiste a retrasar un evento cuya cancelación tendría además un notable impacto en la economía nipona, que se verá en cualquier caso fuertemente perjudicada por la pandemia del coronavirus.

Los organizadores estimaron a finales de 2019 que los costes organizativos alcanzarían los 11.500 millones de euros por la parte japonesa, si bien el monto se elevaría considerablemente atendiendo a los gastos comprometidos desde su atribución en 2013. A ellos habría que sumar los patrocinios, que añadirían miles de millones más a la economía del país asiático. Y pese a que el grueso de esas inversiones ya ha contribuido al PIB de Japón a lo largo de estos años, la anulación de la cita olímpica golpearía con crudeza en términos de consumo y turismo.

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Por ahora el COI se resiste a contemplar un escenario que sería catastrófico y recuerda que un 57 por ciento de los atletas participantes en Tokio ya han superado las pruebas de clasificación. En cuanto al 43 por ciento restante, incide en que trabaja con las federaciones internacionales de los deportes afectados para analizar posibles cambios en los torneos clasificatorios.

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