efe
Sao Paulo
Martes, 13 de noviembre 2018, 20:32
Un sospechoso de participar en la paliza y el asesinato del jugador del Sao Paulo Daniel Correa Freitas reveló, a través de sus abogados, a las autoridades brasileñas que el objetivo de los atacantes era «castrarlo, pero no matarlo».
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«Fueron con el objetivo de ... asegurarlo, hacer la castración y dejarle a la intemperie para que buscase ayuda, pero no matarlo», dijo a medios locales el abogado de uno de los sospechosos detenidos, Eduardo Henrique da Silva, de 19 años.
Testigos y sospechosos continuaron este martes ofreciendo detalles a las autoridades sobre este homicidio que ha conmocionado al mundo deportivo brasileño y cuyas investigaciones han permitido de momento detener a seis personas.
Uno de los últimos testigos en ofrecer su declaración ha sido una joven de 19 años que estuvo en la casa de la región metropolitana de Curitiba, donde Correa fue sorprendido en la cama con la esposa del empresario Edison Brittes Júnior, principal sospechoso del crimen, ya arrestado.
Dijo que Brittes Júnior le «ordenó» a ella y a los otros invitados de la fiesta de su hija Allana, quien cumplía 18 años y también está entre los detenidos, limpiar las manchas de sangre por causa de los golpes que recibió el futbolista, de 24 años.
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La joven relató que «incluso el colchón del matrimonio fue cortado en la parte donde había sangre» y que ese pedazo «fue quemado junto con los documentos de Daniel», según se recoge en los autos filtrados por el portal 'GloboEsporte'.
De acuerdo con las investigaciones, el centrocampista fue torturado mediante la extirpación de sus genitales y asesinado con un arma blanca por Edison Brittes, quien, según la testigo, espetó a Correa en su dormitorio: «¡Desgraciado! ¡Quién te mandó estar con una mujer casada, en mi cuarto, con mi mujer!».
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Aún se investiga si el jugador del Sao Paulo abusó sexualmente de la esposa del empresario, Cristiana Brittes, también detenida por cómplice, aunque sí está demostrado que se fotografió con ella en la cama mientras esta dormía y compartió las imágenes con algunos de sus amigos vía Whatsapp.
La testigo dijo que después de las agresiones que recibió en la casa, Daniel fue colocado en el maletero de un automóvil y que a la vuelta Edison Brittes confesó que le había matado.
Según los testimonios obtenidos, durante el viaje al local donde se produjo el asesinato. Brittes vio la fotografías en el teléfono móvil de Daniel con su esposa en la cama, abrió el baúl y le cortó el cuello.
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El centrocampista jugaba en calidad de cedido en el club Sao Bento, de la Segunda división brasileña.
Brittes alegó en su defensa que mató a Daniel para proteger a su esposa de un intento de violación, tesis que rechaza el fiscal encargado del caso.
Además de Brittes, su esposa y su hija, también están detenidos los otros tres sospechosos que al parecer estaban en el coche para ayudar a torturar y asesinar al futbolista.
El programa «Fantástico», de la emisora Globo, divulgó el domingo pasado unas imágenes en las que aparecían la familia Brittes y los otros tres hombres detenidos reunidos en un centro comercial el 29 de octubre, dos días después de haber cometido el crimen.
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De acuerdo con la investigación, el objetivo de esa reunión fue pactar una versión única de los hechos y presentarla a la Policía.
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