Borrar
Florentino Pérez. AFP
Superpinchazo

Superpinchazo

El miedo a lo desconocido, a un futuro descontrolado, puso en marcha la reacción contra la Superliga

Miércoles, 21 de abril 2021, 12:58

Del superpelotazo, al superpinchazo. En veinticuatro horas. La Superliga no ha llegado ni a sacar el balón del centro de campo. Lo que iba a ser la nueva era del fútbol. A salvar de una muerte segura al balompié. A llevar definitivamente el deporte rey ... a la mundialización no ha durado ni un suspiro. Ha sido una puesta en escena virtual. Como un holograma. Ya nos habíamos imaginado a la créme de la créme, jugando su liga en estadios de titanio con restaurantes acristalados en los palcos llenos de jeques, millonarios, chinos y rusos, corriendo el Moët Chandón y azafatas de lujo sirviendo canapés de Sevruga en la zona VIP. Sólo para sus ojos.

El resto del mundo en su saloncito con la tele y la comida basura, bebiendo cerveza a morro en camiseta de tirantes mientras la parienta trajina una tortilla en la cocina. Y los equipos «pobres» otra vez en campos de tierra, con botas de cuero y cordones, camisetas remendadas y pañuelo en la frente como Panizo en Cuéntame. Y la afición suspirando por aquellos días en que el Madrí o el Barça llegaban a provincias en el rutilante autocar firmado autógrafos a los chavales de ojos deslumbrados y mocos sin pañuelo. Estadios gélidos, aficiones en gabardina y paraguas. Otra vez al patadón y la espinillera, mientras los ricos se fuman un habano de cincuenta dólares con corbata en la burbuja climatizada e insonorizada Un estremecimiento de terror se adueñó de la afición (y de los gobiernos que viven de la misma).

Un segundo de pánico hizo temblar las estructuras del negocio. El miedo a lo desconocido, el miedo a un futuro descontrolado, pusieron en marcha la reacción. Jugadores millonarios de mercenarios por el mundo, descargaron su hipocresía en las redes: «Los ricos quieren robar al pueblo, lo que el pueblo creó». Los gobiernos pulsaron el botón del pánico y la UEFA (Unión Especuladora de Fútbol Asociación) que diría José María García, puso en marcha todos los resortes emocionales, judiciales y políticos para parar la operación.

Mientras, Florentino Pèrez, que como presidente del Madrid no se le pueden poner pegas, ha demostrado que como entrenador de este equipo de doce jugadores de la Superliga, es un desastre. Ni preparó el partido, ni la estrategia, ni la táctica, ni unió al vestuario. Así que en cuanto salió al campo el público en su mayoría ya estaba en su contra. El árbitro (gobiernos) predispuesto y el equipo contrario (UEFAs y demás) le rompió el peroné en la primera entrada. Fin del partido. Pero el futuro sigue incierto. El cóctel de covid, espectáculo mediocre, sueldos estratosféricos y mucha burocracia, sigue ahí, amenazante. Ganan, de momento, el Brexit, el populismo y la burocracia. Algunos se malician si todo esto no habrá sido un órdago sin cartas para que la UEFA reparta mejor el pastel.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Superpinchazo