Robert Moreno se siente muy seguro y respaldado por su plantilla

Dijo no estar molestó por el runrún sobre su futuro, más aún después de que lo dejara en el aire su presidente tras la goleada a Malta. «No me ha molestado lo que dijo. Soy un seguidor de la 'Teoría de los cisnes negros' de Nassin Taleb y sé que en la vida y en cualquier profesión con relevancia mediática es normal que se pueda cuestionar tu continuidad».

 «No me sorprendió lo que dijo Rubiales. No necesito sentarme con él o con Molina (director deportivo de la FEF). Siempre me han dicho todo a la cara y son los que confiaron en mí. Mal iríamos si nuestro canal de comunicación fuese la prensa. Mi relación con ellos es estupenda y se lo agradezco», añadió.

«Mi obligación es buscar el bien de la selección, que es el mío personal, y que los futbolistas estén en el mejor estado posible. Eso es lo que puedo controlar. El resto me da igual», insistió Moreno antes de confirmar que realizará cambios frente a Rumanía y de dejar claro que el portero elegido, Kepa o De Gea, no tiene por qué ser el titular en la Eurocopa.

Considera que España puede ser una de las «favoritas para la Eurocopa». «Tenemos un gran grupo de jugadores. Hay selecciones muy buenas pero en un torneo corto pueden pasar muchas cosas y suele haber sorpresas como Grecia o Dinamarca. Le podemos ganar a cualquiera, pero también perder porque el fútbol es muy caprichoso. Lo importante es ser humildes. Hace mucho daño pensar que te puedes pasear por Suecia o Noruega porque cuando pierdes el tortazo es más grande y genera desilusión. No se acaba el mundo cuando caes ni somos campeones del mundo por golear a Malta», argumentó.

Por otro lado, remarcó el seleccionador español que «Rumanía puede ser más peligrosa por no jugarse nada y estar liberada de presión», y abogó por la continuidad de su colega Cosmin Contra. «Veo al rival muy bien trabajado, me parece un gran entrenador y me encantaría que siguiera».

Por último, reconoció que se decidió que este partido se disputase en Madrid, donde este lunes podría haber casi tantos seguidores rumanos en las gradas del Metropolitano como españoles, porque «fuimos cenizos y pensamos que nos íbamos a jugar la clasificación en el último partido y que sería un gran escenario».