Luis Enrique, medio siglo de fútbol, pasión, dolor y éxitos

«¡Felicidades, míster!», resalta el máximo organismo del fútbol español en homenaje a un histórico que fue internacional en 62 ocasiones, marcó 12 goles con España, formó parte del equipo de leyenda que conquistó el oro olímpico en los Juegos de Barcelona'92 y compitió nada menos que en tres Mundiales, el de Estados Unidos'94, en que fue desgraciado protagonista por el codazo que le propinó el italiano Mauro Tassotti en el duelo de cuartos de final, el de Francia'98, también con su amigo Javier Clemente en el banquillo de La Roja, y el de Corea y Japón de 2002, ya con José Antonio Camacho como seleccionador.

En ese vídeo realizado para la ocasión, Luis Enrique aparece en algunos fragmentos de partidos destacados con España, en su presentación como seleccionador, saludándose efusivamente con el capitán Sergio Ramos, recibido por el director deportivo de la FEF, José Francisco Molina, y también por el presidente Luis Rubiales. También se le destaca haciendo el servicio militar y sobre todo en el banquillo, entrenando desde ese altillo que mandó construir en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, con la pizarra delante. Sobresale una charla a sus pupilos en el la que les deja claro que lo único que no se pueden permitir ante un partido, es no ser fieles a su estilo, a ellos mismos.

Luis Enrique fue noticia meses atrás por su sonado regreso tras sufrir los más duros que un padre puede encarar en la vida, la enfermedad de una hija y su fallecimiento. Volvió por su pasión irrefrenable por el fútbol y porque aún tiene un sueño por cumplir: conquistar un título como seleccionador. y devolver a España a la senda de los triunfos que trazó Luis Aragonés y continuó Vicente del Bosque, pero luego se truncó.

La pandemia del coronavirus y la paralización total del mundo del deporte, han provocado que Luis Enrique aún no haya vuelto a dirigir a la selección española ni a sentarse en un banquillo desde el 23 de marzo de 2019. Fue Noruega en Valencia. Dos días después, estando en Malta, llegó la terribla llamada para informarle de que la pequeña Xana tenía una enfermedad sin cura y le quedaban meses de vida. Todo pasaba a un segundo plano.

El revuelo de su regreso, con un enfrentamiento personal en público con el que era su segundo, Robert Moreno, y que pasó a ser el seleccionador, ya se había calmado y marzo asomaba como el mes en el que lo deportivo devolvería la normalidad en el seno de La Roja. Los amistosos de alto nivel ante Alemania y Holanda servirían de pulso para ver el momento de una selección que nuevamente acudiría a una Eurocopa entre el ramillete de favoritas. Se esperaban retoques de Luis Enrique y algunas novedades en un grupo ya hecho.

Pero todos los planes a corto y medio plazo se fueron al traste por la crisis mundial que ha generado la pandemia. Brusco corte al trabajo de análisis de rivales de la Eurocopa que se debía disputar este verano y la planificación de un gran evento en lo que se ha centrado Luis Enrique y su cuerpo técnico desde que fue presentado el 27 de noviembre para retomar el trabajo que había dejado a medias.

Ahora, la incertidumbre marca la pauta. Sin la confirmación del día que las selecciones volverán a disputar partidos y con el deseo de que, como tarde, sea el 3 de septiembre. Es la fecha en el que se inicia la segunda edición de la Liga de las Naciones, con la visita de España a Alemania. Es la única competición que, de momento, ha completado, sin éxito, Luis Enrique como seleccionador.

El asturiano está volcado en la selección tras renunciar a ofertas mayores para volver a dirigir clubes. El cargo actual le permite seguir cerca de su familia y vivir con pasión su profesión. Destacó su gesto solidario de renunciar de forma voluntaria a un porcentaje de su sueldo antes de que la FEF le plantease cualquier escenario nuevo.

Tras raparse la cabeza y dejarse perilla, entre horas de entrenamientos con su otra pasión lejos del balón, la bicicleta, Luis Enrique trabaja a la distancia con sus colaboradores, asiste a reuniones virtuales con el resto de seleccionadores de la FEF y marca una filosofía irrenunciable que conoció en el Barça: ser protagonista siempre con balón y presión alta tras pérdida.

Aunque la salud siempre irá por delante, desea, como todos, que la competición se reanude en España para poder seguir estudiando jugadores. De momento, en su lista aparecen 52 nombres de futbolistas potenciales de poder acudir a la Eurocopa aplazada. Es el colosal reto de un ganador que cierra el año más doloroso de su vida pero, como aconseja cualquier psicólogo y maestro de la vida, se agarra al presente y se ilusiona con el futuro.