Gavi y Yéremy Pino disparan las expectativas de futuro en La Roja

Desde que se conoció el once de Luis Enrique frente a la Azzurra, todas las miradas se dirigieron hacia Gavi, un jugador que ni siquiera figuraba en el radar de los aficionados hasta que Ronald Koeman le alistó contra el Getafe en la tercera jornada de Liga. Después de seis apariciones más con el Barça, Luis Enrique destapó la caja de los truenos convocándole con la selección.

Baste recordar que otro ejemplo de precocidad como Raúl González Blanco acumulaba dos años en Primera cuando Javier Clemente le hizo debutar ante la República Checa en Praga en 1996 para dar cuenta de la celeridad con la que se ha conducido el preparador asturiano en este caso. Cierto es que los tiempos han cambiado también en La Roja. Con todo, Ansu Fati contabilizaba 33 partidos en la élite cuando se estrenó con España frente a Alemania en septiembre de 2020. Pedri, por su parte, arrastraba 42 encuentros de azulgrana el día que saltó al césped frente a Grecia portando por primera vez la casaca nacional.

Pero Gavi encaró el reto con el aplomo de un veterano. Completó 47 de 53 pases buenos (89% de acierto), realizó dos regates, recuperó cinco balones, ejecutó cuatro entradas, todas ellas exitosas, y cometió siete faltas, el que más el partido. Un signo de que, más allá de su calidad, sabe sacrificarse y ser duro cuando es necesario.

El centrocampista del Barça dio sentido a todas sus acciones, pese a que enfrente tenía a futbolistas de la talla de Jorginho, Barella o su ídolo Verratti. Fue un socio perfecto para Busquets y Koke en la construcción del juego vertical con el que Luis Enrique zahirió a Italia, refrendando lo acertado de la osada apuesta del seleccionador el día en que, a sus 17 años y 62 días, se convirtió en el jugador más joven en debutar con La Roja, reventando el registro que estableció Ángel Zubieta en 1936 (17 años y 284 días cuando se estrenó).

«Me impresionó Gavi, yo no le conocía. Hizo un gran partido, se ve que tiene un potencial enorme», afirmó el italiano Emerson tras un encuentro trepidante que dejó rasguñado al jugador palaciego, como se puede apreciar en unas comentadas imágenes de la selección española celebrando la victoria en el vestuario de San Siro en las que aparece sin camiseta y luce sus heridas de guerra en el pecho, fruto de una lucha sin cuartel a la que en ningún momento le perdió la cara.

«Hablamos de un caso nada normal. Él está jugando como en el patio de su casa. Da gusto ver a un jugador con esta calidad. Es el futuro de la Selección y también es el presente», ensalzó Luis Enrique, que destacó que el joven talento de La Masia «tiene personalidad, valentía, calidad, fútbol» y «además es un portento físico».

Junto al de Gavi, el duelo con Italia registró también la puesta de largo con la selección de Yéremy Pino, que al relevar al lesionado Ferran Torres poco después de que comenzase la segunda parte se convirtió en el vigesimoséptimo debutante de la era Luis Enrique. «Salí motivado y con confianza. Orgulloso de mi trabajo y de mi carrera. Salimos convencidos. La revancha, en su campo, en su país... Queríamos ganar y estar en la final. Estos momentos son únicos, una motivación. Estamos preparados para la final, vamos a por todas», proclamó el extremo del Villarreal, que a sus 18 años vivió una noche inolvidable pese a su fallo en la acción que acabó con el único tanto de Italia. «Pedí disculpas por el gol, fue fallo mío», confesó con tono autocrítico.

El canario es otro de los meteoros de la Liga. Se ha asentado con Unai Emery y los grandes, con Real Madrid y Barça a la cabeza, ya le tienen en su órbita. Pese a que tiene contrato hasta 2024, de continuar su progresión por los mismos derroteros que hasta ahora, será difícil que el club azulejero pueda retenerle mucho tiempo.

Su habilidad en el regate puede venirle de perlas a la selección, que está reuniendo a una camada de lo más prometedora: Pedri, Ferran Torres, Ansu Fati, Bryan Gil, Pau Torres o Unai Simón tienen cuerda para rato. A ellos quieren sumarse Gavi y Yéremy Pino. Los Torres, Villa, Xavi, Iniesta, Casillas, Ramos y compañía pusieron el listón en la estratosfera, pero con semejante mezcla de talento y desparpajo hay motivos para soñar.