Cerrada la primera ventana de clasificación para el Mundial con más sombras que luces, la renovada España de Luis Enrique cambia el chip, se focaliza en la Eurocopa y aleja su pensamiento de la gran cita catarí hasta la visita del próximo 2 de septiembre ... a Suecia, en un duelo que puede ser clave para determinar el liderato del grupo B. Tras muchas probaturas y vaivenes, el seleccionador tiene ante sí el reto más complicado: elegir a los 23 jugadores, aunque podrían ser más si las federaciones lo aceptan para prevenir casos de covid-19, y prescindir de cerca de la tercera parte de futbolistas con los que ha contado, ya sea en su primera etapa como seleccionador, en la segunda o en las dos.
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Siempre ha insistido el preparador asturiano en que no le gusta contar con un once estable, decisión que le ha granjeado numerosas críticas, y que prefiere tener un abanico amplio. Lo ha hecho así a lo largo de su carrera y asegura que no va a cambiar ahora porque se lo reclamen «Manolo, Pepe o Lucas, periodistas en sentido figurado». Sostiene el gijonés que «la afición está encantada» y que nadie puede garantizar el éxito con un equipo que se recite de memoria. «¿Y si luego se te lesionan tres, qué haces?», se pregunta para refrendar su argumentario. Sin embargo, resulta inquietante que, a día de hoy, estén todos los puestos de la selección debatidos de cara al estreno en el Europeo del 14 de junio ante Suecia. Hasta el de Sergio Ramos, que se antojaba indiscutible hasta los dos últimos encuentros
Mucho tendrá que observar y analizar Luis Enrique en este tramo final de curso porque ya no hay más partidos hasta el amistoso de Portugal, el 4 de junio en La Cartuja de Sevilla. Habrá otro encuentro, todavía por definir, antes de la Eurocopa, pero ya no hay más listas hasta que el gijonés facilite la buena, a finales de mayo. Se acabaron los experimentos y Lucho está obligado a elegir y descartar. Se decidirá por los que a su juicio estén mejor en ese momento entre el elenco que ya conoce, sin descartar que de aquí a entonces surja algún jugador descollante. Luis Enrique no le cierra las puertas a nadie porque premia el aquí y el ahora, sin mirar mucho más allá.
Tras los estrenos de Bryan Gil, Pedri y Pedro Porro en esta última ventana, el contador de debutantes con Luis Enrique se eleva a 22 en 20 partidos. Los novatos con el asturiano en la absoluta representan casi el 38% del total de los 58 elegidos. Muchos jugadores en una somera comparación con otros seleccionadores, pero no tantos nuevos como parece. Luis Aragonés, por ejemplo, utilizó 58 futbolistas, de ellos 32 debutantes (55%), en los 54 partidos que condujo a España. Y también se vio obligado a realizar una transformación profunda en el equipo de todos. Julen Lopetegui afrontó otro relevo generacional y dio la alternativa a 12 jugadores sobre un total de 44 (27%). Vicente Del Bosque, que heredó al equipo campeón de Luis, realizó una revolución silenciosa. De los 91 jugadores que empleó en 114 encuentros dirigidos a la selección, nada menos que 70 fueron debutantes (77%), según un estudio del Marca.
A Luis Enrique le gusta probar, cambiar, mantener la tensión y la ilusión de cualquier jugador y no casarse con nadie, sin atender al historial, al club de origen y a la fecha de nacimiento. Pero tanto cambio, con hasta ocho jugadores diferentes por ejemplo en el lateral derecho, también es una demostración palpable de la igualdad a la baja que existe en el actual fútbol español. Se ha comparado la situación actual con la vivida en la clasificación para el Mundial de Alemania 2006, cuando el combinado de Luis Aragonés precisó de una repesca ante Eslovaquia para clasificarse, pero no se espera de esta selección una progresión semejante.
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Aquel combinado no figuraba en ninguna quiniela entre los favoritos, pero dos años después conquistó la Eurocopa y luego, ya con del Bosque en el banquillo, el Mundial de Sudáfrica y otro Europeo. Históricos como Casillas, Puyol, Xavi, Xabi Alonso, Iniesta, Cazorla, Cesc Fábregas, David Villa o Fernando Torres alcanzaron la categoría de mitos, pero en diversos momentos de sus carreras también fueron cuestionados. No parece que las perlas de hoy en día se pulan hasta convertirse en joyas de incalculable valor, pero Luis Enrique pide paciencia con los Unai Simón, Eric García, Pau Torres, Dani Olmo, Ferran Torres o Pedri.
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