Este lunes ha dado comienzo la concentración de la selección española más convulsa que se recuerda. Georgia y Chipre asoman en el horizonte inmediato de La Roja en una fase de clasificación para la Eurocopa torcida desde la derrota en Escocia en el mes de ... marzo, pero lo deportivo pasó a un segundo plano en el inicio de una ventana FIFA que para España llega irremediablemente marcada por el 'caso Rubiales'.
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Desde la mañana se palpaba la tensión en el seno de la Federación Española de Fútbol (FEF) ante la primera sesión de entrenamiento, programada a puerta abierta en el campo principal de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, tal y como adelantó Luis de la Fuente de manera dubitativa el viernes y confirmó el domingo el departamento de comunicación de la FEF.
El ente federativo, con Luis Rubiales suspendido durante 90 días por la FIFA y a la espera de los siguientes movimientos del Consejo Superior de Deportes (CSD) para inhabilitar al dirigente, camina por una situación de suma incertidumbre con Pedro Rocha al mando de forma provisional. Momento delicado y marco ideal para que alguna protesta por el inmovilismo en el organismo rector del fútbol español se escenificase, algo que finalmente no ocurrió en una sesión rodeada de ambiente distendido y mucha presencia de niños, con el curso escolar todavía sin comenzar.
Desde antes del mediodía y hasta las 14:00 horas, todavía bajo las secuelas del temporal que azotó durante la madrugada la Comunidad de Madrid, se produjo el habitual goteo de jugadores con la llegada escalonada de los internacionales a la residencia de la Ciudad del Fútbol. El atacante del Leipzig Dani Olmo fue el más madrugador. Laporte, Pau Torres, Fabián Ruiz y Asensio, algunos de los miembros de la diáspora, completaron el grupo unas horas después. Entre ellos, los dos más ilusionados, los debutantes Álex Baena y Lamine Yamal, que cuestiones extradeportivas al margen es la gran noticia de esta ventana de selecciones y a sus 16 años podría convertirse en el futbolista más joven en vestir la camiseta de España en sus más de cien años de historia.
Todos recibieron la cálida bienvenida de Luis de la Fuente, que ha vivido en los últimos días una situación complicada por su controvertido aplauso a Rubiales en la asamblea de la Federación. Está por ver si sus disculpas y explicaciones, en las que aludió a un estado de confusión por un escenario que no preveía, apartan del foco definitivamente a un seleccionador mucho más cómodo sobre el césped que ante las cámaras y los micrófonos. Eso de puertas hacia afuera, pues el riojano cuenta con el respaldo interno que escenificó su afectuoso saludo con Rocha, el nuevo presidente federativo. Con ese aval trata de pasar página centrando la atención en dos partidos con más miga de lo que aparentan por aquello de enderezar el rumbo hacia la Eurocopa de Alemania.
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Más allá de la figura de un técnico todavía poco acostumbrado a lidiar con la presión mediática que implica el cargo y más aún en esta situación excepcional, en la Federación preocupa también la exposición de los jugadores en entrevistas y ruedas de prensa a lo largo de los próximos días. Rocha compartió mesa y mantel con los 24 convocados por De la Fuente y el propio entrenador y sus ayudantes para trasladar al grupo un mensaje de tranquilidad frente a lo convulso del entorno.
Para evitar futuras preguntas incómodas a los futbolistas, Álvaro Morata leyó un comunicado junto al resto de capitanes, Rodri, Azpilicueta y Asensio, para dejar clara su postura respecto al 'caso Rubiales'. «Queremos rechazar lo que consideramos unos comportamientos inaceptables por parte del señor Rubiales, que no ha estado a la altura de la institución que representa. El fútbol español debe ser motor de respeto, inspiración, inclusión y diversidad y debe dar ejemplo con sus conductas tanto dentro como fuera del campo», señaló el delantero en una nota hecha pública de forma íntegra inmediatamente después, con la que la FEF pretende alejar a sus jugadores del foco de la polémica.
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Con esta manifestación pública de los pesos pesados y el respaldo de la nueva cúpula directiva a De la Fuente y Albert Luque, seleccionador absoluto y director deportivo, la Federación pretende estabilizar el rumbo apostando por la continuidad en el ámbito deportivo. Pretende así alargar una etapa que se abrió hace menos de un año, tras el Mundial de Catar. Al menos hasta la Eurocopa del próximo verano. Diferente es la cuestión de Jorge Vilda, que no seguirá al frente de la selección femenina ante la cascada de dimisiones en el cuerpo técnico y la renuncia de las internacionales si no se producen cambios.
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