River, a la final de la Libertadores gracias a un penalti con VAR en el minuto 95

El desenlace en Porto Alegre fue polémico, ya que River dio la vuelta a la eliminatoria en los últimos 15 minutos con dos goles, el segundo tras un discutido penalti que decidió el videoarbitraje. A pesar del dominio inicial de los argentinos, quien abrió el marcador fue el lateral local Leonardo Gomes a los 36 minutos, pero el partido giró 180 grados en la segunda parte, cuando el colombiano Rafael Santos Borré igualó de cabeza a los 82.

Casi sobre el tiempo reglamentario, el árbitro uruguayo Andrés Cunha, con asistencia del VAR, señaló un penalti por mano de Bressan, a quien además expulsó por doble amarilla. La pena máxima decisiva la ejecutó con un zurdazo el suplente Gonzalo Martínez, en el minuto 95, bajo la lluvia, con suspense y dramatismo. River pasó así a la final por el valor doble de los goles en campo contrario.

«¡Fue la lluvia bendita! Tenemos personalidad. Estamos en la final y me da igual cualquiera, Boca o Palmeiras», declaró 'Pity' Martínez, héroe de la clasificación con el centro a Borré y el aplomo para tirar un penalti bajo fuerte presión. «Desafortunadamente tuvimos el penalti en contra por el VAR y no se tiene que discutir», comentó el portero del Gremio, Marcelo Grohe. «El árbitro dijo penal; entonces, paciencia», añadió el guardameta. «River tiene corazón. Estábamos mentalmente convencidos de que ganábamos», dijo por su parte Borré, exultante.

River, sin la presencia en el banquillo de su entrenador, el sancionado Marcelo Gallardo, se destapó como un equipo de mayor altura, capaz de resistir ante la adversidad, aun con suspense y con la colaboración del VAR. Antes del descanso el equipo argentino perdió por lesión a Leo Ponzio, su capitán y hombre clave. En su lugar, Enzo Pérez no rindió igual. Sin embargo, entró 'Pity' Martínez, el hombre del partido, que definió con autoridad.

Marcelo Gallardo tuvo que ver el partido en un palco, aislado, aunque la televisión lo mostró en momentos en los que desobedecía la prohibición de comunicarse con los jugadores. «Asumo que incumplí una regla, pero necesitaba hacerlo. Bajé al vestuario y les hablé a los jugadores», se justificó el 'Muñeco' Gallardo.

La madrugada del jueves, en la otra semifinal entre argentinos y brasileños, el Palmeiras recibía a Boca en Sao Paulo, tras el 2-0 de la ida, con los 'xeneizes' favoritos para disputar el título de la Libertadores contra su odiado enemigo, en una final histórica que se resolvería a doble partido en Buenos Aires.