Borja Jiménez se ríe cuando alguien le llama 'Míster Ascenso'. Con el hito conseguido con el 'Efesé' confirmó una vez más su trayectoria al alza, brillante en la categoría de bronce, en la que se estrenó salvando al Real Valladolid Promesas y en la que ... obró milagros con el Rápido de Bouzas y el Izarra antes de subir al Mirandés. Después de un lapso de seis meses en el fútbol griego, estrenó el 2020 con un objetivo que se cumplió frente al Atlético Baleares.
–¿Le ha llamado mucha gente ya 'Míster Ascenso'?
–[Ríe] Es algo que nunca se había hecho, solo Bordalás de Segunda a Primera División, y la gente sí lo utiliza bastante. Estoy muy muy contento. Ahora pienso en descansar y cargar pilas.
–Cuando uno ha ascendido, la forma de resolver la temporada parece mejor, ¿no?
–El formato que han usado muy interesante: concentrado en una semana, a un partido… pero es verdad que los primeros no tienen ninguna ventaja más allá de esa doble oportunidad; no tienen factor campo… Creo que en el resto de eliminatorias creo que habría que habría que incluir algún pequeño matiz para premiar esa trayectoria, como que en caso de empate en la prórroga pueda no haber penaltis. Pero el formato ha resultado ser muy atractivo.
–Pese al dulce final, no puede decirse que fuera un año tranquilo…
–Ha sido intenso, pero ha sido muy positivo; el balance que hago es el mejor posible. Fueron seis meses en una de las diez grandes ligas europeas, después llegué al Cartagena intentando subir y tuvimos que adaptarnos a un tipo de entrenamiento diferente durante el confinamiento, pero creo que de cara al futuro podré sacarle partido, porque la adaptabilidad de los entrenadores es importante para ser mejores.
–¿Da tiempo a imprimir el estilo que uno quiere cuando sucede todo lo que ha sucedido?
–En cierto modo. El otro día, contra el Atlético Baleares, se vio un partido muy feo, porque era una final, con todo lo que ello conllevaba. Nos quedamos un poco cortos de tiempo, porque cuando quieres jugar un estilo tan definido a través de la pelota necesitas tiempo para construir.
–¿Era el ascenso el objetivo ineludible? ¿Cómo se fraguó?
–Sí. Era el único objetivo que podíamos tener, tanto por cómo se había desenvuelto el equipo en los últimos años como porque yo llegué con el equipo primero y tenía mucho riesgo de no poder mejorar esa trayectoria. Se lo merecen tanto el presidente, como todo el club y la afición, porque la estructura es de Segunda División. Uno de los mayores logros que hemos tenido como cuerpo técnico era convencer a todo el mundo de que íbamos a ascender. Después de estar dos meses preparando el partido, me veían tan tranquilo que conseguí 'engañar' a todos [ríe]. La mañana antes de la final hicimos una sesión de activación con juegos y los jugadores parecían niños de 13 años en un campamento y en el bus antes del partido íbamos cantando como si fuéramos de excursión. Se creó un ambiente en todo el entorno que nos permitió conseguirlo.
–¿Cómo se celebra un hito así en la situación en la que estamos?
–Creo que lo saboreé más que el año pasado porque fue más íntimo y personal. Hemos podido disfrutarlo y alargarlo en el tiempo, saboreándolo mucho. .
–El verano pasado después de subir con el Mirandés, decidió irse a Grecia. ¿Qué le llevó a irse?
–La diferencia es que ahora tengo contrato y entonces no. Valoré entre las tres o cuatro opciones que tenía y decidí irme a Grecia por todo lo que suponía entrenar en una de las grandes ligas, ya que no sé si voy a poder conseguirlo algún día.
–Y ahora, LaLiga… ¿Se siente preparado? A día de hoy sería el entrenador más joven. ¿Qué retos cree que le esperan?
–Me siento preparado, sí. Tengo muchas ganas de tocar el fútbol profesional. Sobre todo en las primeras jornadas viviremos experiencias nuevas y aumentará el nivel técnico de los jugadores. El reto es ser capaz de hacerlo igual de bien en Segunda que en Segunda B para que, cuando pase el tiempo, estar preparado e intentar dar otro salto. El objetivo será la permanencia y a nivel personal ir cogiendo poso en una categoría que hasta ahora solo he visto por televisión.
–¿Ha seguido la temporada del Promesas? ¿Cómo lo ha visto?
–Sí, porque tengo buenos amigos; Javi Baraja, Jesús Rueda, Juan Carlos Martínez, Pedro Coria, Yarza, Torices… Es de esos equipos que, cuando terminas el tuyo, intentar ver qué han hecho. No les he podido ver más que ratitos, pero estoy contento de todo lo bueno que le pueda pasar al Real Valladolid como entidad.
–¿Qué cambios percibe con respecto a su época en el club?
–Se ve con un poco de envidia, pero muy sana. El club está evolucionando para bien. Lo vivo con muchísima alegría. Mi analista es de La Seca, y me tiene todo el día pendiente de lo que hacen, veo con él los partidos… Además, mantengo amigos en el vestuario del primer equipo como son Toni o, hasta hace unos meses, Anuar.
–¿Cuán importante fue aquel paso por el Promesas para ser el Borja Jiménez que es hoy?
–Fue mi primera experiencia en Segunda B y me ayudó mucho a evolucionar. Tenía un cuerpo técnico magnífico y aprendí mucho esos meses, tanto en el campo como también del otro fútbol, con Braulio y Cata. Creo que fue muy positivo y guardo recuerdos con muchísimo cariño.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.