Un clásico rodeado de polémicas y un título en juego

La tercera final de Supercopa consecutiva entre Madrid y Barça llega marcada por el 'caso Olmo', los escándalos de Laporta o las trifulcas alrededor de Vinicius

José Manuel Andrés

Madrid

Sábado, 11 de enero 2025, 19:20

Tras una semana frenética en cuanto a polémicas, en la que lo puramente deportivo ha pasado a segundo plano merced al 'caso Olmo', los escándalos de Joan Laporta y las trifulcas alrededor de Vinicius, el clásico toma la palabra para coronar en Arabia Saudí al campeón de la Supercopa de España.

El tenso inicio de año lejos del césped pone el morbo en la tercera final consecutiva entre el Real Madrid y el Barça. Y eso que a los dos grandes les costó aquello de verse las caras con este torneo en juego en las primeras ediciones en suelo arábigo, donde la Federación trasladó su disputa en 2020 a cambio de una cuantiosa suma de dinero y precisamente con el clásico como gran atracción.

A buen seguro el choque de gigantes dispare el interés del público saudí por un torneo que hasta ahora pincha en las gradas. Hasta Yeda, donde las semifinales de la Supercopa no entusiasmaron, han llegado estos días los ecos de las mil y una polémicas que rodean un clásico con un título en juego, que nunca es cosa menor.

El morbo lo pone la hipotética presencia de Dani Olmo después del ruido y la controversia acerca de la reinscripción del jugador catalán, propiciada por una cautelar de urgencia concedida por el Consejo Superior de Deportes (CSD) al Barça y que echó por tierra la negativa de la Federación y LaLiga a conceder la licencia en función de sus propias normativas de control financiero.

Está por ver si Hansi Flick recurre de partida al internacional español o por el contrario lo utiliza como revulsivo y mantiene el once inicial con Gavi en la mediapunta que doblegó con solvencia a una gris versión del Athletic. La duda en el enganche se amplía de forma inesperada a la portería, donde la impuntualidad le costó el puesto en la semifinal a Iñaki Peña en beneficio de Szczesny, con el que nadie contaba pero que aprovechó la oportunidad para reclamar otra en la final.

Pese a lo abultado del resultado, al Madrid le costó algo más ante el Mallorca, que claudicó en el descuento en otro duelo de ritmo lento, seña de identidad de ambos encuentros que parece estar relacionada con el retorno competitivo tras el prolongado parón navideño en España y el contraste climático con Arabia Saudí en esta época del año. Con el once blanco no se espera sorpresa alguna, un extremo que hasta el propio Ancelotti descartó en la previa, por lo que todo apunta a la alineación inicial del duelo de semifinales.

Cuentas pendientes

El vigente campeón de Liga todavía no entusiasma pero ha ido de menos a más gracias en gran medida a la mejor versión de Bellingham y esta campaña ya ha sumado a sus vitrinas la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental, como la propia Supercopa de España títulos que no sirven para evaluar la temporada de un equipo de semejante exigencia pero que ayudan a tranquilizar los ánimos y ofrecer estabilidad en el entorno.

Precisamente el 0-4 del clásico liguero en el Santiago Bernabéu crispó el ambiente de Chamartín e incluso discutió seriamente el proyecto del Madrid esta temporada. Según confesó en su momento el propio Ancelotti ese fue el peor momento de todo el año 2024 para el técnico italiano, consciente pese a todo de lo imprevisible de estos partidos, cuyos vaivenes en los resultados achaca a la primacía de la calidad individual sobre el orden táctico.

Aquel contundente asalto azulgrana en territorio hostil, que además frenó una tendencia de hasta cuatro victorias consecutivas del Madrid en los clásicos, culminó un brillante comienzo de campaña en Can Barça, con el que muy pocos contaban y que propició la transformación física y táctica impulsada por Flick tras el decepcionante final de la era Xavi, la explosión de Lamine Yamal y el retorno goleador del veterano Lewandowski.

Enfrente, un suntuoso equipo diseñado para asustar a Europa de la mano de un bloque campeón y el anhelado fichaje de Mbappé como joya de la corona se adentraba en la duda, con el francés bajo la lupa por su maleficio con el fuera de juego. Todo apuntaba entonces a un duelo para consolidar tendencias y sin embargo se trató de un punto de inflexión que invirtió la dinámica alcista del equipo culé, a partir de entonces mucho menos fiable en Liga, y que obligó al Madrid a un ajuste táctico con Bellingham de enganche que junto con su enorme pegada le ha permitido encadenar buenos resultados.

Está por ver si este clásico con un título en juego y mucho ruido alrededor prolonga dinámicas o las cambia por completo, pero para un Barça sumido en un desbarajuste crónico en los despachos arañarle un trofeo al más estable eterno rival supone una auténtica inyección de oxígeno.