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Al igual que ocurriera hace un año, Real Madrid y Barça vuelven a verse las caras en tierras saudíes con la Supercopa de España en juego. El primer título de la temporada se dirime en un superclásico al que los dos aspirantes llegan con ánimos ... muy diferentes, casi opuestos, pero que puede cambiar las tornas del curso en vigor o reafirmar la dinámica dependiendo del lado hacia el que caiga el trofeo.
El Barça, bajo sospecha a causa de su errático deambular en una campaña que está cuestionando la figura de Xavi Hernández como heredero del 'cruyffismo' y el 'guardiolismo', busca un triunfo sobre el eterno rival que suponga un punto de inflexión y devuelva el optimismo a su desencantada parroquia.
El Real Madrid, crecido tras enlazar veinte partidos invicto desde que cayera en el Metropolitano a finales de septiembre, anhela, por el contrario, dar otro golpe encima de la mesa que opere como catapulta en una temporada en la que el conjunto de Carlo Ancelotti comparte liderato en la Liga con el Girona, cerró una inmaculada fase de grupos en la Champions para citarse con el Leipzig en octavos de final y vela armas para otro derbi a cara de perro la próxima semana con el Atlético en la misma eliminatoria de la Copa del Rey.
Las dispares trayectorias de unos y otros asignan el cartel de favorito al Real Madrid y cargan de urgencias al Barça, por más que Xavi defendiese este sábado que llega «más desahogado» a la cita de lo que lo hiciera doce meses atrás, al haber demostrado que el suyo es «un proyecto ganador» con la Supercopa y la Liga que levantó la campaña anterior. El egarense sabe perfectamente que los grandes equipos nunca viven del pasado sino que solo les importa el presente, convulso en el bando azulgrana y plácido, al menos por el momento, en el frente de Chamartín.
Dar continuidad en Riad a los tiempos de bonanza es el propósito de Ancelotti, más pragmático en el discurso que Xavi y sobradamente apercibido a causa de su vasta experiencia sobre el potencial corrosivo que encierra cualquier clásico, especialmente cuando el viento sopla a favor de su equipo. Baste recordar en este sentido el terremoto que desencadenó la solvente victoria del Barça el pasado año en el Estadio Rey Fahd de Riad sobre un Real Madrid que parecía concurrir al pleito en mejor disposición que el cuadro culé dada su condición de vigente campeón de Liga y Champions, pero que salió del reino wahabita envuelto en aceradas críticas.
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Entiende el preparador de Reggiolo que, como casi siempre, el litigio se resolverá por pequeños detalles, pero lo afronta con la tranquilidad derivada del gran momento por el que atraviesa el Real Madrid, que ha sabido capear un sinfín de contratiempos físicos encontrando soluciones de todo tipo para que no se resintiese la marcha. Los blancos lucen estupendas individualidades, pero su principal fortaleza está en el colectivo y su inercia ganadora les está llevando incluso a sacar adelante aquellos partidos en los que el tridente ofensivo no descuella.
Así ocurrió en el derbi del miércoles, un encuentro de enorme exigencia que llevó al límite de sus fuerzas a los legionarios de Ancelotti. Pese a ello, el italiano tiene a todos los jugadores que se llevó a Riad en perfecto estado de revista, por lo que el once que sacará ante el Barça apenas diferirá del que se impuso al Atlético. Todo apunta a que Kroos, fustigado por la afición saudí, regresará a la titularidad y que Kepa volverá a estar bajo palos de cara a un choque que puede servirle para resarcirse o condenarle.
Con un día menos de descanso, pero habiéndose ahorrado la prórroga que sí tuvo que disputar su adversario ante el Atlético, se presenta el Barça a una riña en la que Xavi aspira a reeditar la imagen que ofreció su equipo en el primer clásico de la temporada, aunque con la esperanza de que el resultado le favorezca esta vez. Los azulgranas dominaron entonces durante una hora al Real Madrid a partir de un cuadrado en el centro del campo que le usurpó el balón a los blancos y desdibujó a Bellingham, pero se diluyeron en la última media hora y acabaron sucumbiendo con un doblete del todocampista de Stourbridge.
La idea de Xavi pasaría por repetir aquella fórmula, aprovechando que al fin tiene disponibles a sus tres centrocampistas de campanillas. De Jong, Gündogan y Pedri apenas han mezclado en seis partidos esta temporada, debido sobre todo a los continuos problemas físicos del canario, pero cuando están juntos sobre el césped el Barça es otro, como volvió a ponerse de manifiesto en la semifinal frente a Osasuna con la entrada del tinerfeño en el último tercio del partido.
Sergi Roberto completaría la sala de máquinas, con Araujo asumiendo de nuevo en la zaga el papel de secante de Vinicius. La baja de Raphinha y la notable actuación de Joao Félix ante Osasuna entregan buenas cartas al luso para acompañar a Lewandowski en la delantera.
Real Madrid: Kepa, Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy, Valverde, Tchouaméni, Kroos, Bellingham, Rodrygo y Vinicius.
Barcelona: Iñaki Peña, Araujo, Koundé, Christensen, Balde, Sergi Roberto, Pedri, De Jong, Gündogan, Joao Félix y Lewandowski.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano).
Hora: 20:00 h.
Estadio: Al-Awwal Park de Riad.
TV: Movistar Plus+.
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