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Javier Muñoz
Miércoles, 27 de junio 2018
Diego Armando Maradona ha vuelto a concitar el rechazo general del mundo del fútbol tras la vergonzosa actuación que protagonizó el pasado martes en uno de los palcos del estadio Krestovski, en San Petersburgo, donde Argentina derrotó 1-2 a Nigeria y logró ... el pase a octavos con grandes apuros. Las imágenes del 'Pelusa' bailando con una aficionada senegalesa antes del partido, el sopor en que estaba sumido al comienzo del juego, la forma histriónica y obscena como reaccionó a los goles de ambos equipos, la atención médica que le tuvieron que dispensar en el descanso y la ayuda que necesitó para salir de su localidad... Una detrás de otra fueron 'perlas' que escandalizaron a los aficionados y representaron una deshonra, otra más del que fuera mejor jugador del mundo, para el cargo de embajador de la FIFA, el emblema con el que Maradona ha viajado al Mundial de Rusia. Su obligación era encarnar la historia y la genialidad del balompié, pero hizo lo que único que sabe: un papelón que lo convirtió en pasto de las redes sociales.
«Quiero contarles que estoy bien, que no estoy ni estuve internado», declaró Maradona en su cuenta de Instagram. «En el entretiempo del partido con Nigeria me dolía mucho la nuca y sufrí una descompensación. Me revisó un médico y me recomendó que me fuera a casa antes del segundo tiempo, pero yo quise quedarme porque nos estábamos jugando todo. ¿Cómo me iba a ir?». También abordó la polémica en su programa 'De la Mano del Diez', de la venezolana 'Telesur'. «Le digo a todo el mundo entero que estoy muy vivo, y muy bien cuidado, muy bien cuidado -repitió-. Y a los mediocres, no los puedo hacer buenos yo». «Me impactó que si camillas, ambulancias... En las redes se viralizó una mentira sin sentido», criticó.
La espiral de rumores sobre el estado de salud del 'Pelusa' se desató cuando el defensa argentino Marcos Rojo hizo el gol de la victoria para su equipo en el minuto 86. Los vídeos en que se ve cómo le tenían que agarrar a Maradona para sacarlo de su localidad alimentaron todo tipo de teorías, ninguna buena, y se llegó a pensar que lo habrían hospitalizado. De esa forma tan estrambótica coronaba el exjugador un partido agónico de su selección en el que su contribución no consistió en otra cosa en brindar una colección de poses, camiseta levantada incluida, que lo ponían incesantemente en evidencia.
Propios y extraños lo pudieron comprobar desde el minuto 14, cuando el gol de Leo Messi, el 1-0 de Argentina, sacó a Maradona de lo que debía de ser un profundo aletargamiento. Entonces compuso un gesto cruzando los brazos sobre el pecho, en pie, y sus acompañantes tuvieron que estar atentos para que no se precipitara por la barandilla de cristal.
Las cámaras se centraron en Dieguito con la igualada de Nigeria, momento en que, frustrado, se llevó las manos sobre el rostro, pero el instante estelar lo firmó la ajada estrella argentina cuando su selección hizo el 2-1 casi al final del encuentro. Llegado a ese punto dibujó con los dedos un gesto descaradamente obsceno y se pudo leer en sus labios, con claridad además, la palabra «Putos». Aquel espectáculo lamentable lo redondeó con la manera renqueante en que abandonó el campo de fútbol, lo que acabó alarmando a la audiencia global. Consciente de ello intentó darle carpetazo.
«Les mando un beso a todos, perdón por el susto y gracias por el aguante, ¡hay Diego para rato!», se despidió.
Adiós, Maradona. Hasta la próxima majarada del que fuera el mejor y más genial jugador de la historia. Una inmensa pena.
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