Muere Manuel Ruiz de Lopera, expresidente del Betis

Ruiz de Lopera, que «heredó el sentimiento bético de su padre y desde niño se convirtió en un fiel seguidor del equipo verdiblanco», según apunta el Real Betis en un comunicado, no fue un presidente al uso y gobernó el club verdiblanco gracias a la mayoría accionarial que se atribuyó a Farusa (Familia Ruiz de Lopera SA) tras el proceso de conversión de la entidad verdiblanca en sociedad anónima deportiva. Se hizo cargo del club bético el 30 de junio de 1992, al titular el 51,34% de las acciones de la entidad sevillana en favor de Farusa a pesar de que, según la sentencia del Juzgado de lo Mercantil avalada posteriormente por la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo, al menos el 31,34% fueron abonadas con el dinero del propio Betis.

Durante su etapa al frente del Betis, que alternó con el papel de consejero delegado (1992 a 1996 y 2006 a 2010, con José León de presidente) y presidente (entre 1996 y 2006) el conjunto verdiblanco vivió una de las épocas con mayores triunfos deportivos.

En concreto, consiguió dos ascensos (1993-94 y 2000-01), sufrió dos descensos (1999-2000 y 2008-09), ganó una Copa del Rey (2005), llegó a una final copera (1997), se clasificó por vez primera a la Champions League (2005-06) y disputó tanto la Recopa (1997-98) como la Copa de la UEFA (1995-96, 1997-98, 2002-03 y 2005-06).

Personaje «controvertido y singular», como han detallado los verdiblancos, «gozó de una enorme popularidad desde su llegada al cargo» y hasta la mitad de la primera década del siglo XXI fue «muy valorado» por la afición, aunque sus últimos años al frente de la entidad estuvieron marcados por una «creciente oposición» de la mayoría de los béticos. En los últimos años, aquejado de algunos problemas de salud, Ruiz de Lopera ha vivido alejado de los focos limitando sus apariciones públicas.

La personalidad de Manuel Ruiz de Lopera le hizo convertirse en todo un personas durante su etapa de presidente del Betis. Son muy recordados los numerosos episodios que protagonizó por sus problemas con la Justicia, por sus declaraciones ante los medios de comunicación, sus enfrentamientos con otros dirigentes del fútbol español y las tensiones que vivió con sus propios jugadores.

Lopera fichó a Denilson. El futbolista brasileño se convirtió en 1997 en el fichaje más caro de la historia del Betis después de que abonara 30 millones de euros para hacerse con sus servicios. Poco después decidió poner su nombre tanto a la Ciudad Deportiva del club verdiblanco, que actualmente lleva el nombre de la leyenda del Betis Luis del Sol, como al estadio, actual Benito Villamarín, tras su reconstrucción incompleta proyectada en el 2000.

Su relación con los futbolistas era de amor y odio. Tan pronto los premiaba y los adulaba en público, como que los criticaba. La anécdota más sonada la protagonizó una madrugada en una fiesta de Halloween que se llevó a cabo en casa de Benjamín, entonces futbolista del Betis en la que había más invitadas que invitados. En un momento en el que Benjamín salió a acompañar a dos invitados que se iban, aparecieron en un coche Ruiz de Lopera, Juande Ramos y Luis del Sol. El directivo les echó una bronca a todos los futbolistas que estaban en la fiesta y, años más tarde, Joaquín bromeó al recordar aquella noche que «la suerte que tuvimos es que estábamos todos allí. Si hay tres, hoy estaría poniendo cafés en el bar de mi padre».

Con Joaquín Sánchez también tuvo una relación especial. Es muy recordado que Ruiz de Lopera apareciera en la iglesia en la que se casaba el exfutbolista con el trofeo de la Copa del Rey o que amenazara al propio Joaquín con cederle al Albacete como parte de las polémicas cláusulas de sus contratos.

Durante todos los años que Ruiz de Lopera estuvo al frente del Betis dejó muchas frases apra el recuerdo. El empresario de la sevillana calle Jabugo, siempre demostró tener mucho desparpajo y guasa cuando tenía un micrófono delante. Así, son míticas muchas de sus frases que ya se han hecho un hueco en la historia del beticismo. En una ocasión bromeó sobre su condición de diabético al señalar que «yo soy diabético, es decir, dos veces bético». Tras fichar a Denilson confesó que «hemos fichado a un jugador que para que nos lo quiten tienen que cerrar un banco». Otras de sus célebres frases fue el «estábamos en la UVI», que dijo ante los enfervorecidos béticos en 1994 tras el primer ascenso recordando lo sucedido en 1992, cuando salvó al club de la desaparición.

Su relación con el Sevilla, el terno rival de la ciudad, nunca fue buena. Cuando el conjunto hispalense presentó la bandera que el Sevilla ideó para celebrar su Centenario, en 2005, Ruiz de Lopera la calificó de 'sábana pintarrajeá'. «Aquí está la caja de herramientas. Aquí está la casa de los béticos», dijo refiriéndose al nuevo estadio que, durante un tiempo, llevó su nombre. Otro momento inolvidable en la etapa de Lopera en el Betis fue su famoso discurso desde el Benito Villamarín a la explanada de Preferencia, el cual todavía es recordado por muchos béticos: «Yo entrego a ustedes un Betis libre, limpio, en Primera, de ustedes. ¡Viva el Betis!». «Mi perro Hugo cuando el Betis mete gol se pone de pie» fue otra de sus míticas frases que ya han quedado en la historia del fútbol español.