Segunda derrota seguida de un Mirandés que cae al descenso

De primeras, el Mirandés no acusó los nervios de verse tan apurado en la clasificación y salió al césped de Anduva con la pretensión de gobernar el partido. Descarados y dinámicos a partir de llevar el peso de la posesión del balón, los hombres de Alessio Lisci hicieron daño inclinando el juego hacia la banda derecha.

Ilyas se encargó de llevar la voz cantante del ataque jabato. Ya en el primer minuto de juego el extremo marroquí lanzó un centro que Javi Martón finalizó con un remate de tacón y que el portero visitante detuvo en dos tiempos. Ilyas y Diego Conde volvieron a ser protagonistas en la siguiente acción de peligro del Mirandés. El atacante salió ganador en un duelo individual y aprovechó para lanzar un disparo cruzado que el guardameta madrileño repelió con ciertos apuros.

Leyendo las claras intenciones locales de volcar su juego por el carril diestro, Borja Jimenéz ajustó las piezas y sus respectivos automatismos en dicha zona del campo. No solo a nivel defensivo, sino también en el aspecto ofensivo. Al mismo tiempo que sufría corriendo hacia atrás, Franquesa también fue capaz de proyectarse hacia campo rival. En una de sus incorporaciones al ataque, el lateral izquierdo del Leganés envió un centro que Diego García, objetivo claro de los pepineros en el juego aéreo, remató fuera en el primer palo.

Poco a poco el Leganés logró bajar el ritmo del choque. Sin embargo, Ilyas estaba tan inspirado que el Mirandés no se resignó a desaprovechar una de sus principales armas individuales de desequilibrio. El '11' jabato se guiso y se comió él solo el 1-0. El marroquí provocó una falta frontal que él mismo se encargó de lanzar y enviar a las mallas de la portería visitante. Poco pudo hacer Diego Conde para impedir que el potente disparo se colase por la escuadra de su palo izquierdo.

El tanto del empate para el Lega, ya rozando el entretiempo, también surgió por el flanco más cercano a los banquillos. Nuevo centro de Franquesa que se paseó por todo el ancho del área local, con los defensas locales hundiéndose sobre su propia portería, y que Djouahra remató con acierto en el segundo palo.

Un gol que a la postre se confirmaría como psicológico. Necesitado el partido de algún movimiento inesperado para desequilibrar la balanza hacia uno de los bandos, fue Miguel quien, al inicio de la segunda parte, rompió la monotonía. Cayendo a la banda derecha para generar una superioridad, el delantero pucelano condujo hacia dentro y lanzó un disparo que, con la inestimable ayuda del desvío en el cuerpo de Barcia, se coló en la portería local.

A pesar de incorporar al terreno de juego efectivos de clara vocación ofensiva como Reina, Miguel Baeza, Godoy y Durdov, Alessio Lisci no consiguió descifrar desde la pizarra el complejo laberinto pepinero. Atascados y sin contar ya con el talento individual de un cansado Ilyas, el Leganés certificó en el último minuto la segunda derrota en casa del Mirandés con un zarpazo al contragolpe de Diego García.