El Mirandés se queda sin la victoria en el tiempo extra

La clasificación esconde un misterio que sigue sin resolverse. Los guarismos retratan al Mirandés como uno de los equipos que más centra, que más remata y que más balones recupera en campo rival en los últimos encuentros. Pero la clasificación, despiadada, parece tener reservada una cadena perpetua para el conjunto jabato.

Bastó con ver a Joseba Etxebarria en la banda. Con su gesto grave, de futbolista de leyenda que todo lo ha visto, no podía creer cómo Raúl erraba tres ocasiones meridianas en el primer tiempo.

El delantero barcelonés encarnó el mal fario del Mirandés en este arranque de curso y Andrés, muy inspirado, fue su némesis. Ya podía Nico Serrano colocar un centro preciso para la cabeza de Raúl, que el manso remate encontraba los guantes del meta del Huesca. Ya podía el mismo Raúl dejar clavado como una estaca a Timor sin tocar el balón, que el meta visitante se agigantaba en el posterior mano a mano. O perfilarse desde la izquierda, ir hacia dentro, y colocar el balón al palo largo. Ahí estaba la mano de santo del guardameta murciano.

El Huesca, que se las daba de bloque granítico, solo pudo agarrarse a su portero para protegerse en el primer tiempo. Un primer acto en el que Alfonso Herrero fue un mero espectador y en el que el Mirandés atacó sin descanso. El público en Anduva no entendía que el 0-0 imperase al descanso.

La reanudación pareció zarandear al cuadro oscense. Primero beneficiado por una salida errática de Alfonso Herrero que dejó descubierta la portería. Luego por un tanto de Gerard Valentín que el VAR invalidó por un milimétrico fuera de juego. Y finalmente por un mano a mano de Cristian en el que se redimió el cancerbero del Mirandés.

Pero el equipo rojillo, dispuesto a deshacer el exorcismo, siguió llamando a la portería rival hasta que Salinas encontró la llave. Tras una jugada maravillosa de Raúl, el lateral valenciano reventó el esférico para espantar los malos espíritus.

Y el cuadro jabato, que podría haber sentenciado en una llegada de Raúl Parra, solo acertó a recoger la ya habitual condena del tramo final. En la última acción del partido, un centro de Mateu encontró más solo que la una a Ratiu, que picó el balón contra el suelo para batir a un ya vendido Alfonso Herrero.