El Mirandés se atasca ante el Leganés en Anduva

En un partido de escasas ocasiones, el Leganés privó al equipo jabato del premio gordo. Y la soga del descenso, sin apretar, se le ajusta un poco más al conjunto de Etxeberria, que podría ver mañana cómo su colchón de cinco puntos sobre la zona roja queda reducido a solo dos si la Deportiva Ponferradina da la sorpresa en Las Palmas.

El equilibrio en todos los apartados, desde la posesión hasta las ocasiones, pasando por las amonestaciones, fue casi total en un duelo dirigido por dos técnicos guipuzcoanos, Joseba Etxeberria e Imanol Idiakez, y con pasado realista.

Le costó a los dos equipos entrar en combustión. El arranque fue perezoso, sin acercamientos a las porterías y con un ritmo cansino por parte de ambos contendientes. Las precauciones se imponían al atrevimiento. Los puntos empiezan a tener cada vez más relevancia y ni Mirandés ni Leganés quisieron hacer concesiones fuera de guion.

Solo la escuadra pepinera dio el paso de querer algo más hacia el final del primer tiempo, en cuyos cinco minutos finales se vivió más emoción que en los 40 previos. La ocasión más clara del encuentro la tuvo en sus botas Raba, que, tras sortear a Alfonso Herrero, se encontró con un Barbu providencial para el Mirandés, encargado de evitar el 0-1 cuando el Leganés ya visualizaba el gol. El meta del cuadro rojillo finalizó el primer acto con una solvente parada a disparo seco de Arnaiz.

Tras el intermedio, y los ajustes realizados por Joseba Etxeberria en el receso, se vio otro Mirandés, con más determinación y desparpajo, aunque la primera ocasión llegó a balón parado. Roberto López no atinó a convertir en gol un pase de Álex Martín a la salida de un saque de esquina. Riesgo, meta del Leganés, puso de su parte con una buena intervención.

El ímpetu del Mirandés, que no acababa de encontrar dinamismo y profundidad, se fue atenuando y los técnicos tampoco encontraron remedio en las sustituciones.

Ambos equipos empezaron a pensar más en no perder el punto atesorado que en arriesgar en busca de los otros dos. Solo una buena acción de Arnaiz, bien resuelta por Alfonso Herrero, antes de que el encuentro entrara en la recta final, aceleró el pulso de la afición local.

El Leganés, con más corazón que cabeza, tuvo la intención más decidida de romper la igualada en los minutos finales, aunque el Mirandés defendió con orden los envíos al área de la escuadra de Idiakez y conservó el empate manteniendo la puerta a cero, algo que no había conseguido la escuadra de Joseba Etxeberria en los cinco encuentros anteriores.