La inferioridad numérica y un Villarreal B eficaz condenan al Mirandés

El Mirandés vio en la visita al submarino amarillo júnior una oportunidad para la convivencia. Los muchachos de Joseba Etxeberria permanecieron concentrados en las instalaciones del Villarreal desde el miércoles para profundizar los vínculos de un conjunto prácticamente renovado para esta temporada. Una de las rémoras, la de construir un bloque nuevo, que arrastra el equipo jabato en el inicio de curso.

Al conjunto rojillo, que ya llegaba atormentado al Mini Estadi por su ausencia de triunfos, pronto se le volvieron a echar encima los demonios. En cinco minutos fatídicos, Álex Martín se cargó con dos amarillas que terminaron empujando a su equipo hacia el abismo. El damnificado, tras la expulsión del central, fue Nico Serrano, al que sustituyó Santos.

Los pupilos de Etxeberria empezaron encajando la desventura con el mentón erguido. Apenas se inmutaron con el contratiempo. El partido, lejos de convertirse en un ataque del filial del Villarreal, confirió protagonismo a ambas porterías. Y ante la meta local, el enemigo público número uno fue Raúl.

El ariete del Mirandés, el único que conoce el gol de su equipo en el inicio de la temporada, se rebeló ante las circunstancias. Primero, corrió al espacio para dejar en evidencia la errática salida de Iker Álvarez, aunque el vacío en la portería lo terminó llenando De la Fuente. Después, hizo valer su océano de talento en el balcón del área, aguantó las repetidas cargas de la defensa de la escuadra grogueta cual funambulista y acabó cargando un disparo que susurró al palo.

Sin premio a la magia de su referente, el Mirandés por lo menos esperaba ser abrazado por el descanso sin sobresaltos en el marcador. Sin embargo, el balón parado, arte en el que se está haciendo un nombre el equipo local, frustró los planes del cuadro rojillo. Poco antes del intermedio, el VAR escudriñó un posible fuera de juego en un córner confuso y terminó concediendo el gol de cabeza del capitán De la Fuente a centro de Lozano.

Con el peso del marcador sobre los hombros, el cuadro jabato todavía tuvo fuerzas para rozar el empate en una posición franca de Salinas tras una jugada de muchos quilates de Raúl Parra. El balón se marchó tan lejos de la meta como lo hizo ya el Mirandés del partido.

El Villarreal B terminó inclinando el campo hacía la portería de Ramón Juan y, como una gota malaya, acabó por desarmar con crueldad el esfuerzo del conjunto rojillo. El correcaminos Migue culminó una asistencia deliciosa de Del Moral, Arana amagó con agrandar la herida con un tiro al palo y el debutante Ojeda confirmó el rapapolvo con un disparo desde el balcón del área. El estreno de Javi Serrano y de Mraz ya en el crepúsculo del duelo, lo único que endulzó otro desenlace fatal del Mirandés