Mientras Quique Setién ya es criticado en el Barcelona por obsesionarse con la posesión de balón y el método de Johan Cruyff sin tener quizá a los jugadores adecuados y Diego Pablo Simeone sufre su peor momento en el Atlético porque su apuesta resultadista ya ... no ofrece grandes números, Zinedine Zidane ha sabido de nuevo apelar al sentimiento de pertenencia de todos sus jugadores, al sentido común y a una fórmula mixta para ganar crédito y devolver al Real Madrid al liderato que perdió tras la novena jornada de Liga. El gol de Nacho Fernández en Pucela, el séptimo conseguido por los blancos de cabeza esta temporada, y su posterior abrazo con Zidane ejemplifican el buen ambiente y la sensación de que todos se sienten útiles y suman a causa.
Publicidad
El equipo de Zidane aprovechó la jornada para dar un golpe sobre la mesa, pero hay cautela. «El liderato no cambia nada, nosotros tenemos que seguir con las cosas que estamos haciendo bien. Esto es largo y difícil», esgrimó el técnico francés tras la sufrida victoria ante un equipo que sólo había caído una vez en Zorrilla. «Era una jugada en la que no iba a subir, pero el míster me dijo que fuera al primer palo y casualidades de la vida, el balón fue allí», reconoció, por su parte, Nacho. La falta de oportunidades marca la presente temporada del canterano, agradecido pese a todo a su jefe. «A nivel de minutos estoy teniendo menos que años anteriores, pero si tengo que apostar por alguien siempre es por el míster. Tuve una lesión de dos meses, que no fue fácil, y ahora ya estoy bien para ayudar cuando me necesiten. Cuando las cosas van bien y cuando van mal estamos a muerte con nuestro entrenador», enfatizó.
Nacho es una garantía de compromiso y de fiabilidad. No desmayó aunque el club reforzó la demaración de central este verano con el fichaje de Éder Militao, procedente del Oporto. Su rol pasaba a ser el de cuarto central. Sabía que no iba a superar la barrera de los 1.000 minutos que alcanzó en las seis temporadas precedentes, tuvo ofertas para salir al Sevilla y a Italia, pero decidió quedarse. Debido a las lesiones de Marcelo y de Mendy, fue entrando en las rotaciones. Pero en el estreno de Champions en el Bernabéu se dañó el ligamento colateral interno y estuvo más de dos meses en el dique seco. Regresó en Mestalla, el 15 de diciembre, para jugar su cuarto partido del curso como lateral izquierdo. Disfrutó de minutos una semana después ante el Athletic, tras sufrir Militao un golpe en el ojo. Y no volvió a participar hasta esta semana, ante Unionistas y Valladolid.
Noticia Relacionada
Nacho resolvió un partido en el que el Real Madrid estuvo espeso, con poca profundidad y mucha elaboración. En ese aspecto, cierta similitud con el Barça. Hasta que no encuentre un goleador, sufrirá seguramente en las grandes citas. Sólo ha marcado este curso 39 goles tantos tras 21 jornadas, 11 menos incluso que el peor equipo azulgrana en la faceta realizadora de los últimos tiempos. Pero en este Madrid también se nota la influencia italiana de Zidane, que ha blindado a su equipo hasta el punto de ser el menos goleado con solo 13 tantos recibidos, uno menos incluso que el Atlético y 12 por debajo de un Barça muy vulnerable. Courtois supera a Oblak y no digamos ya a Ter Stegen. Ahí radica la diferencia en esta Liga de poco brillo y menos gol.
El actual registro defensivo del Madrid es histórico, ya que sólo ha sucedido dos veces más desde la temporada 34-35, la de la ampliación a doce equipos. Con los mismos goles en contra llegó a estas alturas el Madrid de Puskas y Gento, ya sin Di Stéfano, en el curso 64-65, y el de la Quinta del Buitre en la 87-88. «Mantener la portería a cero es una fortaleza, es prueba de que estamos haciéndolo muy bien. Somos fuertes, defendemos todos. Cuando perdemos el balón, lo recuperamos muy arriba, con presión tras pérdida. Si no encajamos, tenemos muchas posibilidades de marcar un gol y de ganar», se felicitó Zidane en Valladolid. «A veces no se puede jugar bien, pero se ve un Madrid con compromiso e identidad», abundó el capitán Sergio Ramos. «Trabajar, trabajar y trabajar. Así salen las cosas», apostilló Lucas Vázquez, otro que no pone una mala cara pese a su rol de secundario.
Publicidad
Con estas recetas, este Madrid acumula 19 partidos sin perder, desde que cayese el 19 de octubre en Mallorca. Sin embargo, la asignatura pendiente es el gol de sus delanteros. Karim Benzema, máximo artillero del equipo con 12 dianas, no ha marcado en los últimos cinco encuentros ligueros. En cuanto al resto de atacantes, dos tantos suma Gareth Bale, los mismos que Rodrygo, y uno Jovic, Vinicius, James, Hazard y Lucas Vázquez, aunque estos tres últimos son más bien centrocampistas. Tras el ariete francés, los mejores artilleros del Madrid en el torneo de la regularidad son Sergio Ramos, Varane, Casemiro y Luka Modric, los cuatro con tres dianas. Números ridículos para un Real Madrid líder, sostenido por el trabajo coral y espíritu solidario recuperados con la receta ecléctica de Zizou.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.