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Jornada 34

El mejor Barcelona llega dos semanas tarde

-Setién da con la tecla y el tridente aniquila al Villarreal con dos asistencias de Messi, un gol de Suárez y otro de Griezmann, pero el título parece inalcanzable

MIGUEL OLMEDA

Madrid

Domingo, 5 de julio 2020

Después de empatar en tres de las últimas cuatro jornadas, el Barça corre el riesgo de despedirse definitivamente de la Liga este domingo por la noche en el Estadio de la Cerámica ante el Villarreal. Solo le vale la victoria, quizás para alargar un poco ... más la agonía, pero también existe la posibilidad de que sea para recuperar la ilusión por el título. El Real Madrid, que le saca cuatro puntos de ventaja, visita antes al Athletic en San Mamés, una prueba de fuego para el líder. Si la supera, quedarán cuatro jornadas casi de trámite, pero si el Madrid pierde el Barça tendrá una oportunidad de volver a conectarse horas después.

El problema para el equipo de Quique Setién es que ninguna estadística le permite ser optimista. La trayectoria del Barça a domicilio ha sido deprimente durante toda la competición, sumando 23 de los 48 puntos en juego, solo dos más que Osasuna (21), por ejemplo. Y el Villarreal tiene mejores números desde el regreso de la competición, con cinco victorias y un empate en seis partidos, presionando ya al Sevilla para aspirar a la cuarta plaza de la Liga, la última que da acceso a la Champions. El conjunto de Javi Calleja, con Gerard Moreno de goleador, no se siente inferior a un Barça sin chispa a estas alturas.

En definitiva, si el Madrid gana su partido, una derrota o un empate de un Barça cuesta abajo en Vila-real será una anécdota con un punto de lógica atendiendo a su estado deportivo, físico y anímico. Pero si el Madrid pierde en Bilbao y el Barça no sabe aprovecharlo, la sensación de fracaso será mayor. Setién no podrá contar con los lesionados De Jong, Umtiti y Dembélé, pero el gran suspense es saber qué ocurrirá con Griezmann. Ante el Atlético, su exequipo, el técnico le humilló dándole entrada en el tiempo añadido y creó un conflicto que si no ha ido a más es porque el francés ha tenido sentido común. Messi y Luis Suárez siguen siendo fijos, por lo que Griezmann peleará por un puesto en el once con el desparpajo de Ansu Fati y el trabajo de Braithwaite, si el sistema es un 4-3-3, o con la brega de Vidal o la frescura de Riqui Puig, si el esquema es un 4-4-2.

«Griezmann está bien, he intercambiado algunas palabras con él. Antoine es un grandísimo profesional», explicó este sábado el técnico cántabro, apuntando que «en el fondo puede entender esta situación, como seguro que le ha pasado otras veces en su carrera, a él y a otros jugadores». «Es muy positivo y estoy seguro de que podremos contar con él al cien por cien cuando tenga que volver al campo», añadió Setién.

En el Villarreal, Javi Calleja tiene la baja del defensa Funes Mori. «Esta siendo una reanudación soñada. Se está llevando a cabo todo lo que teníamos en mente. Estamos sumando victorias, jugando bien y dependemos de nosotros mismos . Es nuestra mejor versión y quedan ya pocas finales para lograr el objetivo», señaló el entrenador madrileño. «El Barcelona es uno de los mejores equipos del mundo, pero nos motiva mucho y tenemos la ilusión de seguir con victoria tras victoria. Hemos salido mentalizados y el premio era muy bonito para acercarnos a puestos de Champions», valoró el técnico del Villarreal.

A buenas horas, mangas verdes, Quique Setién acertó con la tecla adecuada con el Real Madrid ya haciendo sitio al título en la sala de trofeos después de tres empates en dos semanas. El técnico cántabro redibujó su académico 4-3-3 a un 4-3-1-2 en el que el tridente ofensivo se siente mucho más cómodo, todos con roles más naturales: Luis Suárez, acompañado; Antoine Griezmann, más cerca de la jugada y Leo Messi, detrás de ambos con libertad. El resultado fue un Barcelona que encontró muchos más espacios, el hábitat más natural para su trío de depredadores. Y en La Cerámica se pusieron las botas, aunque ya era demasiado tarde.

Liberado de los corsés de la banda, Griezmann tardó apenas tres minutos en justificar el nuevo sistema. Sergi Roberto, que también estrenaba funciones en el interior izquierdo, aclaró el panorama con una conducción impetuosa hacia el área antes de habilitar a Jordi Alba. El francés dibujó con su desmarque las coordenadas para el centro y, cuando ya había preparado el taconazo en el área chica se cruzó Pau López, para poner en propia meta su firma en el acta.

El conjunto azulgrana sufre un mal endémico que ya le costó dos puntos ante el Atlético y también pudo salirle caro en Villarreal: tiene problemas para defender una ventaja inmediata. No había creado peligro el equipo castellonense y sin embargo sacó petróleo de un pelotazo sin aparente peligro. Paco Alcácer se impuso en la carrera a Piqué, el disparo de Cazorla lo repelió Ter Stegen y Gerard Moreno cazó el rechace para marcar su decimosexto gol de la temporada, que le distancia aún más en su carrera por el Zarra. Llama a la puerta de la selección.

Villarreal

Asenjo, Gaspar, Albiol, Pau Torres, Alberto Moreno, Iborra (Bruno Soriano, min. 46), Anguissa, Cazorla (Manu Trigueros, min. 56), Chukwueze, Alcácer (Bacca, min.36; Fer Niño, min. 71) y Gerard Moreno (Moi Gómez, min. 46).

1

-

4

Barcelona

Ter Stegen, Semedo (Rakitic, min.59), Piqué (Araujo, min. 82), Lenglet, Jordi Alba, Busquets (Ansu Fati, min.73), Vidal, Sergi Roberto, Griezmann (Braithwaite, min. 73), Messi y Luis Suárez (Riqui Puig, min. 59).

  • goles: 0-1, min. 3: Pau Torres, en propia puerta. 1-1, min. 13: Gerard Moreno. 1-2, min. 20: Luis Suárez. 1-3, min. 44: Griezmann. 1-4, min. 87: Ansu Fati

  • Árbitro: Del Cerro Grande (Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Pau Torres y al segundo entrenador del Barcelona, Eder Sarabia.

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 34ª jornada de Liga, disputado en el estadio de La Cerámica a puerta cerrada.

Esta vez el Barça enmendó el error a tiempo, liderado por sus tres tenores en su primera gran actuación coral, aunque todavía no está claro que vayan a seguir de gira la próxima temporada. Con metros por delante, Messi es un futbolista imparable. Arrancó con un sombrero aparentemente inofensivo en el círculo central y se desató a la carrera sentando camisetas amarillas. En el balcón del área vio a Suárez escorado a la izquierda y el uruguayo acarició la pelota hacia la escuadra con un remate que patentó Thierry Henry y que le iguala con Ladislao Kubala en la lista de goleadores históricos del club: 192 y subiendo. Es un delantero de leyenda.

Pese al dominio visitante, el Villarreal buscó al contragolpe la puerta trasera del Barcelona, esa que casi siempre está abierta. La encontró primero Chukwueze, que disparó arriba, y la encontró después Bacca, que se estrelló con Ter Stegen. También Vidal se topó con Asenjo al finalizar una contra, bien visto por Griezmann, pero fue el francés quien marcó al filo del descanso con una suave vaselina desde la frontal, tras taconazo de Messi. De largo, su mejor partido con la camiseta azulgrana.

El 1-3 sentenció el partido, no tanto en el acta como en el césped, pues no compareció el Villarreal en la segunda parte, más sometido por su rival que rendido, eso sí. Con los tres puntos a buen recaudo, el Barcelona disfrutó sobre el campo como hacía tiempo que no ocurría. Convirtió La Cerámica en un rondo gigante y coleccionó ocasiones para engrosar una goleada de recuperación anímica. El VAR anuló por un talón de Vidal el mejor gol azulgrana desde el regreso a la competición, que había firmado Messi tras una triangulación casi artística en el borde del área amarilla.

Riqui Puig y Ansu Fati volvieron a disponer de minutos en los planes de Setién y, una vez más, lo aprovecharon con creces. El joven extremo redondeó la goleada en el tramo final con una jugada pendiente de patente: carrera por la izquierda, diagonal encarnado al central y definición al palo corto. Imparable para Asenjo, que pese a encajar cuatro evitó un resultado escandaloso. En su novena parada del encuentro, ya con el descuento agonizando, sacó con una estirada sobre la línea un cabezazo picado de Braithwaite, el único que faltaba en sumarse a una fiesta… A medias. Porque pese a mostrar la mejor cara de la temporada en La Cerámica, el Barcelona depende de al menos dos pinchazos del Real Madrid en las últimas cuatro jornadas. Una misión imposible.

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