El VAR evita el primer sonrojo de la temporada

«Buscar soluciones para anular a Messi es imposible, pero trataremos de que toque los menos balones posibles y que tenga poca distancia para maniobrar», comentó Sergio en rueda de prensa, en la línea de un portero como Jordi Masip, formado en la escuela azulgrana y compañero de entrenamientos del '10' en el primer equipo en los tres años de Luis Enrique: «Es muy difícil frenar a Messi... Tendremos que ser un grupo muy compacto, con las líneas juntas para que no se encuentre cómodo para encontrar espacios. Igualmente, sin embargo, será una tarea muy complicada porque es el mejor del mundo».

El Valladolid afronta el partido con fe tras exhibir una envidiable fortaleza defensiva en el estreno liguero en Girona (0-0), aunque Sergio, descontento entonces porque su equipo apenas creó peligro, podría alinear a dos de los últimos fichajes. Se trata del croata Duje Cop y del turco Enes Ünal, que entran en la lista por los jóvenes Miguel y Chris Ramos. Fuera de la convocatoria quedaron los lesionados Luismi, Mayoral e Ivi, mientras que no se vestirán de corto por decisión técnica Cotán, Guitián, Moi, Antonio Domínguez y Leo Suárez, también presentado esta semana como Cop y Ünal. La incógnita será el estado del césped, recién colocado tras un verano de obras.

Ernesto Valverde tiene las bajas de Denis Suárez, Carles Aleñá, Sergi Samper y Jasper Cillessen, quien tiene para dos semanas de baja por un esguince intercostal y dejará su plaza a un portero del Barça B, Jokin Ezkieta, que cubrirá las espaldas de Ter Stegen. Respecto al once seguro que habrá cambios porque Semedo se quedará fuera de inicio y Sergi Roberto jugará de lateral derecho, liberando un hueco en la media, se supone que para Coutinho. De todos modos, los mundialistas volvieron muy tarde y no se descarta una pequeña revolución en el once del Barça para repartir minutos y esfuerzos. Eso sí, siempre con Messi.

Aseverar a finales de agosto que el Barcelona necesita rodaje es de perogrullo, pero lo cierto es que así es. Lo necesitan los nuevos, pero también los que ya estaban el curso pasado, incluido Ernesto Valverde. Y es que al conjunto azulgrana, pese a la segunda victoria en otras tantas jornadas ligueras, se le empiezan a vislumbrar algunos de los defectos de los que ya adolecía la pasada campaña.

Ante un recién ascendido como el Valladolid, apenas pudo ganar con un solitario gol de Dembélé, dejando muchos errores no forzados y dejando constancia de que necesita tener excesivas ocasiones claras de gol para marcar. Pese al 3-0 ante el Alavés, en la primera jornada también le ocurrió.

No fue un partido cómodo en ninguno de los aspectos. Ni por el rival, ni por el estado del césped, ni tampoco por el rendimiento de algunos de los pesos pesados del equipo. Desaparecido Messi, Luis Suárez sigue peleado consigo mismo y con el fútbol en general. Con todo, el Barça sumó su segundo triunfo liguero en un duelo que tuvo hasta polémica con la resolución del VAR en el gol de Keko.

El Valladolid, que quiso mostrar sus cartas a las primeras de cambio, siguió empujando hasta el pitido final, pero la nueva tecnología privó a los locales de sacar un empate ante el vigente campeón.

Fue constante el interés por sacar algo positivo del Valladolid, y el recién llegado Enes Ünal puso a prueba a Ter Stegen con un disparo seco que despejaría el alemán de forma notable.

Pese al buen posicionamiento de los pupilos de Sergio, las intentonas ofensivas del cuadro pucelano quedaron en ese lanzamiento del turco cedido por el Villarreal.

Al Barça, al que le costaba un mundo llegar a la meta de su ex Masip, le fueron llegando las ocasiones claras, muy claras, pero el gol en este equipo cae como fruta madura. Ya ocurrió en la primera jornada y en no pocas ocasiones la pasada campaña, le cuesta al Barça de Valverde batir la meta rival, aunque cuando se abre la lata llega la catarata.

En este caso, Masip fue sacando de forma magistral las ocasiones claras de Luis Suárez y Coutinho. Más clara fue la del charrúa que ni anda cómodo ni fino de cara a la meta contraria. El disparo del brasileño, con enorme intención, lo sacaría igualmente el meta catalán del Valladolid.

Sin fichajes en el once inicial, el Barça fue apoderándose del choque conforme los minutos avanzaban en el electrónico. Pero la buena disposición del recién ascendido no sería el peor rival de la noche para los azulgrana, el pésimo estado del césped del Nuevo Zorrilla jugaba en contra de ambos conjuntos.

El Valladolid buscó un juego más directo aunque no exento de combinaciones, pero el Barça necesita amasar, a veces en exceso, la jugada, y por el eje central se antoja imposible combinar. El verde no acompañaba.

Quizás por ello, Valverde buscó algunas modificaciones de sus piezas. Aunque más que por estas correcciones, el gol del Barça llegaría por la fe de un Sergi Roberto que sigue haciendo méritos para ser fijo en el once. Hizo bueno un mal centro de Luis Suárez para dejarle el balón franco a Dembélé quien se estrenaba como goleador en la presente Liga a los 57 minutos. El francés está aprovechando la confianza de su entrenador y, a la segunda que tuvo, pudo marcarle a Masip para tranquilidad de los suyos.

Si bien no se achantaría el Valladolid que movería ficha para buscar el empate. El cambio de guión dejaba un partido de ida y vuelta y con más huecos que en toda la primera mitad. No llegaban las ocasiones claras para los locales, pero el área de Ter Stegen sí la pisaban con cierta frecuencia. Lo suficiente te para crear la sensación de que el partido estaba abierto.

Quizás porque no lo veía del todo claro, Valverde sacaba a Vidal en lugar del goleador. El chileno salía a frenar parte del ímpetu pucelano. Eso sí, sería ya con el ex del Bayern en el campo cuando Keko tuvo la mejor del choque, pero su remate de cabeza fue a parar a las manos de Ter Stegen.

Volvería a ser protagonista el jugador cedido por el Málaga con el gol del empate en los minutos de la prolongación, pero su posición en fuera de juego por escasos centímetros fue detectada por el VAR y la eclosión de felicidad para los locales dio paso a un suspiro de paz para el Barça, que cerraba la segunda jornada invicto e imbatido.