La alargada sombra de Messi

Corría el año 2000 en la cafetería del Club de Tennis Pompeia cuando el Barcelona estaba a una sola firma de cambiar su historia. A un lado de la mesa estaban José María Minguella, Horacio Gaggioli y Carles Rexach. En el otro extremo, un imberbe futbolista de apenas 12 años. En medio, una servilleta. Ese trozo de papel iba a llevar estampado el primer contrato de Messi con la entidad azulgrana, un momento crucial y una pieza de museo única para el Camp Nou.

Tan solo tres años después, en 2003, Messi ya estaba listo para debutar en el primer equipo y en apenas siete se ganaba a la afición del Barcelona con un 'hat-trick' ante el eterno rival. Había nacido una estrella de dimensiones inimaginables y un futbolista sobre el que erigir todo el auge que el club iba a experimentar en los siguientes años. Era la guinda a un pastel que contaba con una generación de futbolistas de la casa irrepetibles como Carles Puyol, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Andrés Iniesta o Sergio Busquets.

Su carrera y sus cifras fueron meteóricas. Con él como estrella el Barcelona se adjudicó el sextete en la temporada 2009-10. Ese año fue el éxtasis para el equipo culé y su participación se resume en 38 goles y 17 asistencias, unas cifras que le permitieron asentarse como el mejor futbolista del planeta. Se adjudicó el primero de sus seis Balones de Oro e inició un legado que iba a cambiar para siempre la mentalidad del club.

La irrupción de Messi también ha permitido al Barça cambiar su historia. Solo hace falta ver la vitrina del club cuando llegó el de Rosario al primer equipo: una Champions, 16 Ligas y 24 Copas del Rey. Hoy los azulgranas presumen de haber levantado cinco Champions, 26 ligas y 31 Copas del Rey. Messi ha conquistado cuatro Champions, diez Ligas, siete Copas del Rey, tres Mundialitos, tres Supercopas de Europa y ocho Supercopas de España. Nadie ha ganado más que él con equipos de la Liga.

Con la camiseta del Barcelona, Messi ha disputado 778 partidos, superando en once el récord que ostentaba Xavi Hernández. En esa batería de encuentros el crack argentino ha logrado marcar 672 goles y repartir 288 asistencias, cifras que le permiten ser el número uno en ambos apartados en la historia de la Liga. Nadie ha marcado más tantos y nadie ha asistido en más ocasiones. Su incidencia en el resultado de los encuentros no tiene parangón. El de Rosario era un jugador definitivo para el Barça.

La sombra es tan alargada que la Liga tendrá que hacer frente a la pérdida de su principal referente en los últimos años. Messi ha sido la imagen más importante del fútbol español en el exterior durante más de una década. Con él y con Cristiano Ronaldo se alcanzaron cotas inimaginables de audiencias, derechos de televisión y triunfos europeos. Su adiós supone un punto de inflexión, un cambio de era al que Javier Tebas tendrá que hacer frente con nuevos rostros que permitan luchar con una Premier League que en los últimos años le ha comido terreno.

Hasta ahora Leo Messi acaparaba todos los focos. Era el jugador que debía resolver los partidos, el problema y la solución en cada encuentro y asumía con naturalidad ese rol. Esa función, la de ser un líder en el vestuario, podría correr a cargo de futbolistas de dilatada trayectoria en el Barça como Piqué, Busquets o Jordi Alba. Han compartido años con capitanes históricos como Puyol, Xavi o Messi y esa experiencia puede ser crucial para hacer la transición en un momento tan delicado.

El otro quebradero de cabeza será para Ronald Koeman. El técnico holandés ha reiterado en más de una ocasión su deseo de contar con Messi la próxima temporada pero finalmente no lo podrá hacer. Tendrá que encontrar soluciones para llenar ese vacío en una plantilla que cuenta con jugadores del talento de Antonie Griezmann, Memphis Depay, Sergio Agüero, Ousmane Dembélé o Ansu Fati. Estos futbolistas serán los que deban dar un paso al frente para lograr lo imposible, que el Barça no acuse la marcha de Messi.