Manita del Atlético hacia zona Champions

Aunque El Sadar pierde magia sin público, un aliado excepcional del equipo local históricamente, se le exigen más ambición, mejor juego y más pegada al Atlético si quiere doblegar a los rojillos. «Es un buen equipo, que compitió sobre todo el primer tiempo a un nivel muy fuerte ante la Real, e imaginamos que en su campo intentarán repetir esa situación. Han cambiado el sistema, y el míster decidirá si juega de esa manera o como habitualmente lo venía haciendo», resaltó el Cholo sobre el rival.

Diego Costa recuperó la pólvora el domingo pasado con su gol al Athletic, ocho meses después de su último tanto. Se mide a un rival propicio para seguir la racha, ya que Osasuna ha sido la víctima de su único triplete de rojiblanco y ha encajado nueve goles del hispano-brasileño en seis partidos. Ese 'hat trick' tuvo lugar en 2011, en tiempos de Quique Sánchez Flores como entrenador y cuando Costa aún competía a la sombra de Diego Forlán y el 'Kun' Agüero, palabras mayores.

Vuelve al portugués Joao Félix tras cumplir sanción en Bilbao, pero Simeone no desveló si será titular, ya que durante esta pretemporada anormal sufrió molestias físicas que le obligaron a frenar. Habrá rotaciones en el Atlético, pero no muchas porque tampoco le gustan a su técnico habitualmente. El rey del empate, ya que suma nada menos que 13 en este extraño curso, no vence fuera desde que en diciembre de 2019 se impuso al Betis. Antes, había ganado en Leganés y Mallorca nada más.

«Tenemos la absoluta necesidad de ganar y todo lo que no sea hacerlo genera vértigo. Tendremos que convivir de aquí al final con eso», explicó Simeone tras el encuentro en la nueva 'Catedral'. El estadio rojillo fue una pesadilla para el Atlético a principios de siglo, con seis derrotas consecutivas entre 2002 y 2007, pero con Simeone tres victorias y solo una derrota por 3-0, que, curiosamente, se produjo cuando el Atlético salió campeón en la 2013-14.

Alcanzar cuanto antes los 40 puntos para amarrar la continuidad en la máxima categoría y celebrar en ella el centenario del club la próxima campaña es el reto del equipo de Arrasate. Su juego sencillo y compacto, con la presión como seña de identidad, le ha generado grandes elogios. En la vuelta tres meses después a un Sadar sin público y en reformas, con lonas para cubrir los asientos vacíos, el entrenador vasco hará también varias rotaciones. Pueden entrar el central Ariadne, el centrocampista Roberto Torres y Rubén García, sancionado en el Reale Arena.

Le hacía falta al Atlético y le hacía falta a

Con un terreno de juego rodeado de lonas donde antes se concentraba la ruidosa afición rojilla, pues el Sadar se encuentra en plena remodelación, el Atlético salió dispuesto a asaltar el fortín osasunista, menos fiero que nunca. Los colchoneros llevaron el peso en los primeros minutos, sin concretar ocasiones y con la vista puesta en el regreso del esperadísimo Joao Félix, de la partida tras no poder ser partícipe del duelo en San Mamés del fin de semana por sanción.

Simeone movió el árbol con hasta

Con Koke a modo de brújula, el equipo de Simeone trataba de superar la exigente presión rojilla, capaz de cortocircuitar el preciosista juego de la Real Sociedad hace unos días. Herrera encontró la debilidad en el muro de Arrasate con un pase largo para la

La digestión del tanto se le complicó al Atlético, que a partir de ahí comenzó a ceder terreno al ímpetu más reconocible de Osasuna. De ese paso adelante de los navarros llegó un serio aviso a remate de Moncayola, en unos minutos de sufrimiento para el Atlético. Ya al borde del descanso, el equipo de Simeone se desperezó para volver a pisar área contraria, sobre todo a través de las carreras por la banda izquierda de Lodi, veloz e inspirado en el pase al área.

Tras el descanso, y después de unos minutos iniciales de juego anodino en el centro del campo, el Atlético pilló a Osasuna a la contra, con desmarque de Diego Costa, que se plantó ante Rubén y fue generoso para ceder el tanto en bandeja a Joao Félix.

Con el partido cuesta abajo, el Atlético reculó y Arrasate dotó a Osasuna de mordiente extra a través de los cambios, esos que convierten las segundas partes en amistosos de verano y que tanto cortan el ritmo en el tramo decisivo del partido. Entre la

A partir de ahí los minutos finales se iban a convertir en un festival atlético y con ello en una auténtica penitencia rojilla. Llegó el gol de Morata, bajo el suspense de la revisión del VAR, y también la definitiva manita a través de Carrasco, en otra jugada de mérito de Llorente, tan acertado como generoso en el pase final al belga, que cerró una goleada contundente y tal vez excesivamente abultada por lo visto sobre el césped, pero que demuestra esa