La falta de pegada lastra al Atlético también en Almería

Con apenas 27 de los 48 puntos en liza conseguidos, se trata del segundo peor inicio del Atlético con el argentino en su banquillo. A la espera de refuerzos como el atacante azulgrana Memphis Depay, el equipo colchonero ha perdido potencial con las salidas del 'Menino' y de Cunha y sus expectativas no son positivas. Sus únicas dos derrotas lejos del Metropolitano se produjeron en sus dos últimos choques como forastero y ante rivales de la Liga de la permanencia como el Cádiz y el Mallorca. Y en Almería, el Atlético solo fue capaz de ganar en una de sus ocho comparecencias, y hace ya de eso nueve años.

Mucho se ha debatido sobre Joao Félix y sus problemas de convivencia con Simeone, pero el portugués fue decisivo en cuatro los últimos cinco tantos ligueros de su equipo. Una ausencia sensible que será cubierta por Correa, todo un campeón del mundo pero con una participación muy residual en la Albiceleste de Scaloni. A su lado estará Griezmann, con seguramente Morata de nuevo en el banquillo, igual que en el reciente choque ante el Barça. En esa cita cayeron los colchoneros por su falta de contundencia en las áreas, pero su rendimiento superó el aprobado.

Tampoco jugarán Carrasco y Giménez, con problemas musculares, ni Savic, sancionado. Además, el canterano Pablo Barrios no se ejercitó este sábado por una leve indisposición. Resulta llamativo que ni siquiera en esta situación de enorme necesidad se perfile Saúl como titular. El canterano, una caricatura de sí mismo desde que se marchó al Chelsea en busca de una gloria que nunca alcanzó, no juega de titular desde el 1 de noviembre, en la derrota en Oporto que dejó al Atlético fuera de la Champions y de la Liga Europa.

En el lado opuesto está el Almería, donde Rubi debe decidir los descartes porque tiene a todos sus jugadores disponibles, incluido el excolchonero Leo Baptistao tras superar una gripe. Los almerienses ansían recuperar su potencial en casa, donde habían ganado cuatro encuentros consecutivos hasta que la Real Sociedad les pasó por encima la semana pasada. Buscan los andaluces una mayor solidez defensiva, ya que solo una vez han mantenido su portería a cero.

Vaya por delante que por ocasiones en la segunda parte, ya con Morata en el campo, el Atlético mereció más que un pobre empate en Almería, pero el equipo del Cholo sigue enfermo. Con Joao Félix, sin el inmaduro portugués, con defensa de cuatro, con tres centrales, con un ariete puro o sin referencia en punta, como salió esta vez, los colchoneros se comportan este curso, y buena parte de los anteriores, como un equipo menor, pasivo y de reacción tardía. No tiene empaque, actúa sin ambición, sufre porque carece de calidad en el centro del campo cuando Griezmann juega más arriba y permite demasiado al adversario, sea cual sea. Lo más grave es que ha perdido la agresividad, contundencia en los balones divididos. Y esa era la identidad más característica de la era Simeone.

Cinco cambios, los mismos que el Almería, presentaron los colchoneros en el Power Horse Stadium, respecto a la derrota ante el Barça. Griezmann y Correa en ataque, Kondogbia de ancla y una zaga cogida con alfileres, con Witsel y Hermoso como centrales en ausencia del lesionado Giménez y el sancionado Savic. La cita estaba animada, bastante equilibrada, pero esta vez el Atlético acertó pronto. Una genialidad de Griezmann, que asistió a Correa dejando pasar el balón, preludió el gol del argentino, su cuarto tanto de este curso y el 50 en la Liga.

Ni tan siquiera con el resultado a favor fue capaz el grupo cholista de manejar la situación en el primer acto. Pudo sentenciar, sobre todo en una acción surrealista en la que Kondogbia remachó un disparo de Llorente y solo consiguió que el gol se anulase por fuera de juego, pero dejó crecer al Almería, más decidido en las disputas, con las ideas más claras y hasta con mejor pie. Y llegó el empate, justo a esas alturas del trámite. Robertone tuvo tiempo para controlar, pensar y poner un magnífico centro medido, a la espalda de Witsel. El belga, intrascendente ya sea de central o de medio, midió fatal, Oblak tampoco salió y El Bilal Touré firmó un golazo cabeceando con el alma. Cuarto tanto del malí y merecido castigo para un ramplón Atlético, que ya jugaba con defensa de cinco.

Se reanudó el choque sin Koke, reemplazado por el canterano Barrios, pero con las mismas trazas. Más dominio de los andaluces y malas señales del Atlético, que solo inquietaba si Griezmann y Correa conectaban en espacios cortos. Mediada la segunda mitad, Rubi buscó más frescura y desequilibrio con Luis Suárez y Ramazzani y el Cholo intentó cambiar la mala dinámica con Reguilón, más profundo a priori que Reinildo, y Morata en vez de Lemar, un día más en la oficina de la intrascendencia.

Con Álvaro creció el Atlético. Nada más entrar, el ariete de España desperdició dos ocasiones pintiparadas, ambas a pase de Llorente. Fernando, inmenso, abortó a continuación otro remate de Correa en boca de gol. Difícil perdonar más. Cuando mejor estaba el Atlético, sorprendió que Simeone quitase al delantero argentino para introducir a Felipe, un central. Poco después, un acelerado Reguilón se ganó la roja por dos amarillas evitables. Más trabajo para el Cholo mientras en los despachos se buscan refuerzos. A todo esto, el Atlético termina la jornada en zona de Champions, aunque igualado con Villarreal y Betis, con un partido menos, y a nada menos que siete puntos de la Real Sociedad.