«Sevilla tiene un color especial», cantaban Los del Río en un pegadizo tema que hizo furor a comienzos de los años noventa del pasado siglo. Este jueves ese color impregnará el regreso del fútbol español con un atípico derbi hispalense en las ... formas pero no en el fondo que adentrará al deporte rey en una nueva era.
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Tres meses y un día después de que el balón rodase por última vez en Ipurua, la Primera División sale del confinamiento motivado por la pandemia del coronavirus para insuflar un poco de aliento, alegría y pasión a un país precisado de estímulos tras un sufrimiento extremo. Y lo hace con un envite de la máxima rivalidad, un partido de esos que siempre dejan huella pese a celebrarse en un escenario ignoto por el desgarrador vacío en las gradas, el estricto protocolo sanitario que ahuyentará rituales que eran el pan de cada día hasta que la Covid-19 transformó el mundo y la irreparable ausencia de tantos aficionados cuyas vidas segó el maldito patógeno.
Será «un partido histórico» al representar «la primera vez que se va a afrontar en estas circunstancias», como recordó en la previa Julen Lopetegui, quien se marchó al parón con su equipo en el tercer escalón del podio liguero, pese a que durante muchas semanas tuvo que soportar el recelo de una de las hinchadas más exigentes. «El aspecto positivo es que el fútbol va a volver y va a volver con un gran partido, yo creo que se merece que nos demos todos la enhorabuena porque hace unos meses era una utopía y ahora es una realidad», continuó el guipuzcoano, de los más remisos a jugar a puerta cerrada cuando la terrible epidemia propinaba sus mayores zarpazos pero al que, como a todos, no le ha quedado más remedio que aceptar el crudo presente.
Ahora Lopetegui está «con muchísimas ganas de volver a competir, en unas circunstancias que hace tres meses eran inimaginables, pero hoy son una realidad» y que obligan a adaptarse «a un contexto diferente» en el que la concentración será más determinante que nunca sin los gritos de los aficionados, insustituibles por mucho que se intente barnizar su carencia con sonido enlatado.
Los hinchas, protagonistas antes, durante y después de los 127 derbis oficiales en los que Sevilla y Betis han dirimido su rivalidad suprema a lo largo de nueve décadas, habrán de conformarse ahora con seguir las evoluciones de sus ídolos por televisión, desde sus residencias particulares o acudiendo a esos bares para los que la vuelta del fútbol supone una fuente de negocio crucial en tiempos de vacas flacas.
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El acceso al estadio que en condiciones normales sería una bombonera estará vetado salvo para el personal imprescindible y la emergencia sanitaria sigue obligando a extremar las precauciones. Pero, en previsión de que la pasión se desborde entre dos de las parroquias más ardientes que existen, se ha preparado un amplio dispositivo de seguridad integrado por más de 620 personas, entre ellas 500 policías nacionales y miembros de otros cuerpos y servicios, que reforzarán la vigilancia en el entorno del bunkerizado Sánchez Pizjuán para evitar concentraciones de aficionados.
En el terreno puramente deportivo, el encuentro está plagado de incógnitas derivadas del largo tiempo sin competir que arrastran dos equipos que llegaron a la interrupción del torneo con buenas sensaciones: el Sevilla tras arrancar un meritorio empate a domicilio ante un rival por entrar en la próxima edición de la Champions como es el Atlético y el Betis tras descabalgar del liderato al Real Madrid con su victoria por 2-1 en el Benito Villamarín.
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La paralización de la competición permitió recuperar efectivos a Lopetegui, que podrá contar con el brasileño Fernando, lesionado en marzo, para equilibrar el centro del campo. La participación del ex del Galatasaray es aún más vital por la ausencia del serbio Nemanja Gudelj, sancionado por acumulación de amonestaciones. La principal duda es el argentino Lucas Ocampos, que ha arrastrado molestias en los últimos días, aunque este miércoles completó con aparente normalidad buena parte del entrenamiento. De no poder recurrir a su máximo goleador, Lopetegui podría dar entrada a Óliver Torres o a Munir. Quien estará seguro en el flanco derecho de la defensa será Jesús Navas, que sumará su decimoctavo derbi liguero para convertirse en el sevillista con más duelos de la máxima rivalidad en sus botas.
Enfrente, el Betis de Joaquín, otro infatigable veterano con ganas de marcha. El extremo del Puerto de Santa María ha hecho una puesta a punto específica junto con el portugués William Carvalho para llegar en las mejores condiciones posibles al reinicio liguero, y pelea por un puesto en el centro del campo con Tello.
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Rubi, que sólo tiene las bajas del delantero Juanmi, en la fase final de su recuperación de una operación de fascitis plantar, y del mediocentro Javi García, con una elongación en un gemelo, mantendrá su esquema de tres centrales y dos carrileros con el reto de mejorar los registros defensivos de un Betis que se ha quedado en tierra de nadie, con un mullido colchón sobre la zona baja pero a nueve puntos del corte para Europa. «Si ganamos el derbi, nos va a dar un subidón de moral», resaltó el preparador, que no renuncia al objetivo de entrar en la Europa League con que arrancó la temporada. Para ello será imprescindible cambiar en esta Liga a puerta cerrada la mala dinámica de lejos del Villamarín de los verdiblancos, que sólo ganaron en Mallorca.
El año 2020 será recordado en Sevilla como aquel en el que se cayeron algunos de los pilares culturales y sociales más importantes de la ciudad. Durante semanas y semanas de confinamiento, la capital andaluza vio desde sus pese a todo engalanados balcones como la pandemia de la Covid-19 se llevaba consigo la tradicional Semana Santa y la colorida y alegre Feria de Abril. La mágica primavera hispalense fue consumiéndose sin vida en las calles y la final de la Copa del Rey, tradicionalmente el partido más festivo del año en España, tampoco se celebró como estaba previsto en el estadio de La Cartuja, pero el derbi sevillano, ese que hace vibrar de emoción a ambas orillas del Guadalquivir, acabó resistiendo a todo para
Hay algo simbólico en que hayan sido
Con la emoción de lo vivido a flor de piel y las particularidades de un partido tan especial pero a la vez tan extraño, comenzó un duelo que supuso el
Sevilla
Vaclík, Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón ('Mudo' Vázquez, min. 80), Fernando, Jordán, Óliver Torres (Escudero, min. 80), Ocampos (Banega, min. 71), De Jong (En-Nesyri, min. 71) y Munir (Suso, min. 75).
2
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0
Betis
Joel Robles, Emerson, Sidnei (Feddal, min. 46), Bartra, Álex Moreno (Pedraza, min. 78), Guido Rodríguez, Canales, Aleñá (Joaquín, min. 69), Fekir, Borja Iglesias (Loren Morón, min. 69) y Tello (Láinez, min. 61).
goles 1-0: min. 56, Ocampos, de penalti. 2-0: min. 62, Fernando.
árbitro Antonio Mateu Lahoz (Comité valenciano). Amonestó a Emerson y Bartra por el Betis.
incidencias Partido de la jornada 28 en Primera disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán a puerta cerrada por la pandemia de la Covid-19. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del virus y del exjugador sevillista Marcelo Campanal.
Más allá de lo ambiental, en los primeros minutos ni rastro de señales de inactividad, especialmente en un Betis que llevó a cabo una presión alta por momentos asfixiante para la circulación sevillista. Sin Banega en el once inicial, Óliver Torres asumía junto a Jordán la responsabilidad de la creación de juego del
No faltó el recuerdo a Antonio Puerta en el minuto 16, esta vez a través de la megafonía, y también a un bético que se fue antes de tiempo, como Miki Roqué, en un tramo de partido de una intensidad sorprendente tras tres meses sin competición. Koundé envió desviado un remate de cabeza peligroso, con el Sevilla más cerca del gol. También la tuvo De Jong, con cabezazo ajustado tras centro de Munir, que volvió loco a Emerson en la banda. Fue lo más destacado de una
La reanudación fue prometedora, con la primera gran incursión de Navas por banda derecha, una de esas a las que acostumbra el de Los Palacios, para poner un balón que se convirtió en un regalo desaprovechado por Jordán. Los pupilos de Lopetegui seguían acumulando méritos y al final el premio tuvo que llegar a través de un
El gol en contra, lejos de espolear al Betis, dejó al equipo verdiblanco aún más a merced de su eterno rival, que sacó brillo a la pizarra de Lopetegui en una jugada ensayada tras saque de esquina, con taconazo incluido de un imperial Ocampos, que
Más allá del carrusel de cambios propio del primer partido de la historia del fútbol español con cinco sustituciones por equipo y la aparición de los problemas físicos derivados de la exigencia de un partido tras semanas de situación anómala, lo cierto es que el guión de partido fue ya inalterable. Un
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