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Sergio Busquets (2i), en un mural en el Camp Nou antes del clásico. AFP
Jornada 10

Sin Busquets, el Barça juega a otra cosa

Aunque unas décimas de fiebre le dejaron sin clásico a ultima hora, Valverde ya no le considera indiscutible y el equipo azulgrana lo pagó en la salida de balón ante la presión del Madrid

P. RÍOS

Barcelona

Jueves, 19 de diciembre 2019, 14:53

Se cumplen 10 años del sextete del FC Barcelona. Por estas fechas, aquel inolvidable equipo de Pep Guardiola lograba el título en el Mundial de clubes y cerraba un inolvidable 2009 en el que lo ganó todo. Leo Messi, Gerard Piqué y Sergio Busquets son ... los únicos supervivientes tras las progresivas marchas o retiradas de jugadores que abanderaron un estilo de juego único y que parecían insustituibles. Sin embargo, el equipo azulgrana ha seguido conquistando trofeos sin Dani Alves, Pedro e incluso sin Xavi o Iniesta. Con matices incorporados por los diferentes técnicos que han pasado por el banquillo desde que Guardiola se fue en 2012 (Tito Vilanova, Tata Martino, Luis Enrique y Ernesto Valverde), la filosofía se ha ido manteniendo con un hilo conductor garantizado principalmente por uno de esos tres guardianes de la esencia (Busquets): salir jugando desde atrás incluso ante equipos que presionan muy arriba y recuperar rápido el balón tras pérdida en campo rival.

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Piqué puede adaptarse a todos los estilos como central y Messi seguirá marcando goles y dando asistencias con cualquier sistema. Pero ni Busquets es el de aquellos años de la excelencia ni el Barça actual tiene trabajada la salida de balón que le hizo diferente. La consecuencia es que el de Badia del Vallès ya no es considerado indiscutible ni ante el Real Madrid. Hace unos años habría jugado el clásico con unas décimas de fiebre, pero el miércoles se quedó en el banquillo, con un sorprendente cambio de una alineación ya anunciada a última hora, y el Barça lo pagó sin poder quitarse de encima a un equipo de Zinedine Zidane mejor pese al reparto de ocasiones de gol. El 0-0 penalizó poco el irreconocible juego del Barça. Sin Busquets, ahora sí, llegará otro fútbol.

Como si Ernesto Valverde se guardara alguna factura del 4-0 de Anfield, el curso ya arrancó con la sensación de que el 'status' de Rakitic y Busquets, cuyo despliegue físico quedó en evidencia ante un equipo portentoso como el Liverpool, había cambiado. El técnico anunció en pretemporada que Sergi Roberto ya sería centrocampista y no lateral, la llegada de De Jong garantizaba recorrido y Arthur parecía consolidado, con Arturo Vidal como recurso físico y Aleñá como solución técnica. Pero los resultados no fueron los esperados y poco a poco Busquets y Rakitic recuperaron su sitio al lado de De Jong. Al Txingurri, eso sí, le costó muy poco el miércoles prescindir del primero aprovechando su leve malestar físico (incluso inició el calentamiento como titular) y que la recuperación de Semedo en el lateral le permitía 'ascender' otra vez a Sergi Roberto a la media. El catalán y De Jong para un partido de ida y vuelta, con Rakitic de mediocentro y Arthur, quién sabe si hubiese sido el titular, en casa con pubalgia.

Muy pronto fue evidente que nadie es capaz de recibir el balón de espaldas en la frontal del área como lo hace Busquets, con su visión periférica para saber dónde están los compañeros y los rivales y su calidad para asumir riesgos en situaciones comprometidas bajo presiones agresivas de los rivales. Ter Stegen comenzó a sacar en largo con su precisión, pero a Luis Suárez, el destinatario de sus pases para saltar líneas de presión, le faltó calma en los controles y en los pases al primer toque necesarios en esas situaciones. El Madrid recuperaba rápido y ponía cerco al área del Barça en una primera media hora de una superioridad tan aplastante que dejará secuelas.

El partido acabó 0-0, el Barça sigue lider por mejor 'goal average' y el número de ocasiones claras por parte de ambos equipos fue similar. Sin embargo, la sensación que quedó en el Camp Nou es que el Barça de Valverde no podrá competir por los títulos si ante los grandes equipos cede la iniciativa de esa manera que Busquets, con fiebre o sin fiebre (este jueves no se entrenó por ello), nunca hubiese permitido.

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