Ocho días le han cambiado la cara al Real Madrid. El pleno de triunfos logrado desde la reactivación de la competición y el tropiezo del Barça en Sevilla han permitido a los blancos recuperar el liderato de la Liga y encarar las últimas ... ocho jornadas con el bastón de mando y un calendario a priori más asequible que el de los azulgranas en la pelea por adjudicarse el título. Solventada con éxito la visita a la Real Sociedad, uno de los compromisos marcados en rojo en la agenda de Zinedine Zidane por lo comprometido del duelo junto al desplazamiento a San Mamés, el conjunto de Chamartín afronta el último mes de competición relanzado por una serie de factores que explican el viraje de un equipo que se fue al parón con sólo una victoria en sus cuatro últimos partidos de Liga y una sensación de agotamiento pero que ha regresado en plenitud de facultades y navega con viento a favor.
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La 'mini-pretemporada' diseñada por Zidane junto al preparador físico, Grégory Dupont, ha dado alas a los blancos, que pese a sufrir un bajón físico y mental en la segunda parte del choque ante el Eibar que tuvo como máximo exponente la pájara de Marcelo, han ido de menos a más en sus dos últimos envites para doblegar a Valencia y Real Sociedad, dos escuadras que pugnan por entrar en Europa.
Contribuye a ese vigor exhibido por el Real Madrid la profundidad de la plantilla a las órdenes del marsellés, que por el momento ha eludido las rotaciones masivas que aplicó con dispar resultado en el pasado en beneficio de otras más selectivas que están dando réditos en forma de oxígeno adicional para sus tropas. En el Reale Arena sentó a Modric y Hazard, figuras determinantes en los dos encuentros precedentes, y dio carrete a James y Vinicius. El colombiano, que no partía de titular en Liga desde la derrota en Mallorca de la primera vuelta, pagó la falta de minutos. Pero el carioca fustigó una y otra vez a la Real Sociedad con sus permanentes embestidas. Percutió en un bucle continuo que hizo sufrir lo indecible primero a Gorosabel y luego a Elustondo. Eléctrico, atrevido y tenaz, siguió errático en la definición y el último pase, pero se cobró el premio a su insistencia en forma de penalti que convertiría Sergio Ramos, ya el defensa más goleador en la historia de la Liga (68 tantos, uno más que Ronald Koeman).
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Ante el Valencia fue Mendy el que recogió el testigo de Marcelo, mientras Valverde irrumpía en el once por Rodrygo a fin de ofrecer un esquema más rocoso. Y aunque en el Reale Arena se echó de menos que Zidane agitase antes el árbol con sus cambios en busca de mayor frescura, el tremendo fondo de armario da al preparador un abanico de recursos que se antoja fundamental con partidos cada tres días. Con Jovic, Isco, Nacho y Lucas Vázquez en la enfermería, las apariciones de efectivos que habían gozado de poca confianza como Mariano, Rodrygo o James refrenda la apuesta del técnico por el bloque en su conjunto.
Courtois, Sergio Ramos, Casemiro, Kroos, Benzema y Hazard son la columna vertebral de una escuadra con múltiples variantes tácticas que sigue descansando en su solidez defensiva pero que ha recuperado pegada y ha recobrado al mejor Benzema. Con su tanto frente a la Real Sociedad, el lionés elevó a 17 su cuenta de dianas ligueras, dejando en cuatro su desventaja respecto a Messi, pese a que en el Reale no estaba Hazard, la otra pata de una sociedad que hace soñar al madridismo.
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La contundencia en las dos áreas es el elemento medular del liderato del Real Madrid, que comenzó este lunes a preparar el partido del miércoles ante el Mallorca con el alivio de saber que el golpe que hizo salir a Sergio Ramos cojeando de Anoeta se ha quedado en un susto. El central tuvo que ser sustituido por Militao tras recibir un fuerte impacto en su rodilla izquierda en una pugna con Isak. Lo normal es que descanse ante el cuadro bermellón, autor de una de las tres derrotas de los blancos en esta Liga, para regresar el domingo ante el Espanyol en Cornellà.
Las teorías conspirativas emanadas de la ciudad condal a cuenta de las polémicas arbitrales tratando de enturbiar el cambio en la cima de la Liga no parecen alterar a los pupilos de Zidane, que vuelven a depender de sí mismos pero no quieren relajaciones, apercibidos de errores pasados que costaron caro ante equipos de la zona baja como el Levante, el Betis o el mismo Mallorca.
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Escuece por el contrario el tema de los horarios, con menos de 72 horas de descanso entre el choque ante el Getafe correspodiente a la jornada 33 (jueves 2 de julio, a las 22:00 horas) y la visita a San Mamés de la jornada 34 (domingo 5 de julio, a las 14:00 horas), mientras el Barça gozará de dos días adicionales entre su pulso con el Atlético (martes 30 de junio, a las 22:00 horas) y el litigio con el Villarreal (domingo 5 de julio, a las 22:00 horas). Una diferencia que causa estupor en la 'casa blanca' y que ha motivado una queja a LaLiga.
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