En una Liga marcada por la austeridad económica la diferenciación pasa por la capacidad para descubrir talentos allá donde otros con más recursos no los detectan. También por crear equipos con todas las letras. Colectivos sólidos que mediante sus automatismos sean capaces de rendir por ... encima de sus virtudes individuales. En un contexto de igualdad general y tras más de un cuarto del campeonato transcurrido dos conjuntos se han colado entre los puestos europeos, esa fiesta a la que en principio solo están invitados los mayores presupuestos.
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Osasuna y Rayo Vallecano son dos proyectos de autor, dos equipos forjados desde la dura Segunda que ahora recogen en la elite los frutos labrados a base de paciencia y confianza en sus entrenadores. Jagoba Arrasate llegó en el verano de 2018 a Pamplona. Después de una campaña en la que los rojillos, retornados a la categoría de plata, decepcionaron no llegando ni siquiera a los puestos de 'playoff' de ascenso, el preparador vizcaíno tenía el reto de devolver a un histórico a Primera. Venía avalado por su buen desempeño en el Numancia y su equipo arrasó, con un campeonato y números de récord.
Ya entre los mejores el reto doblaba su dificultad, pero lo cierto es que en estas ya más de dos campañas Osasuna ha logrado dos solventes permanencias. Solo ha pisado la zona roja en el momento más crítico de Arrasate, cuando en diciembre de 2020 y ante una racha de trece partidos sin ganar, Luis Sabalza, el presidente, y Braulio Vázquez, el director deportivo, le dieron al técnico el apoyo necesario para superar el bache. La virtud de la paciencia, tan poco abundante en el fútbol como recomendable a medio plazo.
La estabilidad le ha dado alas a canteranos como David García, Moncayola o Javi Martínez, todos con una enorme progresión, y también ha permitido retener a pilares como el portero Sergio Herrera, el central Aridane o los desequilibrantes Rubén García y 'Chimy' Ávila, al que le han lastrado dos graves lesiones de rodilla en los últimos tiempos. Los ya clásicos Unai García, Oier o Roberto Torres, herederos de la estirpe osasunista de Patxi Puñal, y fichajes de altura como Kike García y Ante Budimir, la adquisición más cara en la historia del club -ocho millones de euros-, completan un cóctel de éxito, que permite al conjunto navarro codearse con los grandes y presumir de ser el mejor visitante de todas las grandes ligas europeas, con cuatro victorias y un empate en el Bernabéu que ahora mismo solo igualan Liverpool, Nápoles, Milan y Atalanta.
Mientras, en Vallecas el Rayo sigue una dinámica que parece calcada, aunque en una etapa más temprana del proyecto. Como Arrasate, Iraola también apuesta por una presión alta y alterna el juego combinativo y la apuesta por un fútbol directo y atrevido. El propósito es todavía el de intentar consolidarse en la elite después de recuperar su lugar en Primera por sorpresa. Y es que lo del primer curso de Iraola en el banquillo de la franja fue una carrera de fondo. El preparador guipuzcoano venía avalado por un gran estreno en España de la mano del Mirandés y su equipo peleó por un puesto en el 'playoff' de ascenso durante gran parte del curso. Finalmente le ganó la partida al Sporting en la penúltima jornada. Sobre la campana pero suficiente para tener la oportunidad de sorprender a Leganés y Girona en el todo o nada y regresar a la máxima categoría del fútbol español.
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La apuesta fue clara, como Osasuna en su momento máxima confianza en el bloque del ascenso y la batuta del principal artífice del éxito. Iraola reforzó su plantel con el físico de Pathe Ciss y Nteka, los dos procedentes del Fuenlabrada, y recibió dos regalos sobre la hora para aumentar significativamente la capacidad realizadora de su plantilla: Falcao y Sergi Guardiola. Sobre el colombiano pesaba la duda acerca de su estado físico, el lastre para un futbolista de otro nivel. El delantero que asombró al mundo vestido con la rojiblanca del Atlético ya no está para jugar todos los minutos, ni mucho menos, pero sus minutos sobre el césped le sobran para firmar ya a estas alturas de curso cuatro dianas.
El remate de su punta estrella y el papel preponderante de los héroes del ascenso a Primera -Dimitrievski, Catena, Saveljich, Fran García, Isi Palazón, Comesaña, Óscar Valentín, Álvaro García o Trejo- hacen del Rayo un equipo intratable en Vallecas, donde ha logrado cinco victorias en sus cinco duelos hasta la fecha. Las víctimas más recientes: el Barça y su ya extécnico, Ronald Koeman. A buen seguro no serán las últimas de un equipo que con 19 puntos, curiosamente los mismos que Osasuna, ya tiene mucho avanzado en el camino hacia la permanencia. De momento en Vallecas sueñan a lo grande, como en Pamplona.
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