El Real Madrid ha recuperado el rumbo en este tramo de temporada posterior al parón de selecciones de octubre. Después de cerrar septiembre con tres tropiezos consecutivos frente al Villarreal y el Sheriff en el Bernabéu y ante el Espanyol en Barcelona, el conjunto de ... Ancelotti suma ahora siete de los últimos nueve puntos en Liga y dos victorias contra el Shakhtar en la Champions que han encarrilado su clasificación para la fase eliminatoria.
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Antes de la tercera y última ventana FIFA del primer tramo de curso, el conjunto blanco tiene la posibilidad de sumar tres puntos más frente al Rayo Vallecano en el Santiago Bernabéu y con ello aproximarse al liderato en solitario toda vez que la Real Sociedad y el Sevilla tienen dos compromisos complicados el domingo en sus visitas a Osasuna y Betis, en uno de los más esperados derbis sevillanos.
Más allá de las cifras, que por el momento acompañan, el Madrid tiene un deuda pendiente con su afición. El durante tanto tiempo anhelado regreso al Bernabéu prometía, pero después de dos solventes triunfos ante el Celta (5-2) y el Mallorca (6-1), marcados por una exuberancia ofensiva que camufló las flaquezas defensivas, el equipo blanco se ha venido abajo de forma preocupante en su propio feudo. Igualó sin goles ante el Villarreal, claudicó de forma sorprendente contra el Sheriff en Champions, volvió a decepcionar en otro empate a cero frente a Osasuna y ganó con muchos apuros al Shakhtar, en un duelo durante el que ya sonaron esos silbidos propios de uno de los escenarios más exigentes del mundo del fútbol.
Tiene la espina este Madrid mejor como foráneo de no ofrecer a su público una versión convincente y es por ello que el duelo frente al Rayo se concibe como una buena oportunidad para la redención en Chamartín. No será tarea fácil, pues a orillas de La Castellana llega la auténtica revelación del campeonato. El conjunto de la franja, recién ascendido, es una sensación de la mano de Iraola, que con un estilo más directo ha situado a su equipo en los puestos europeos transcurrido casi un tercio de Liga.
A dos puntos del Madrid, aunque con un partido más, se planta este sorprendente Rayo que tiene en el renacido Falcao a su punta de lanza, con el bloque del ascenso consolidado. No es ya ese conjunto de Paco Jémez, vistoso pero algo cándido a veces, que solía salir goleado del Bernabéu, sino una versión más rocosa, dispuesta a lograr algo positivo en un estadio del que apenas ha sacado una victoria y dos empates en 18 visitas ligueras. Iraola tiene a toda su plantilla a disposición, con la única duda de Saveljich, lo que podría abrir las puertas de la titularidad al serbio Maras.
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El Madrid, sin ganas de dar margen a la sorpresa y con el propósito de alcanzar el parón de selecciones pleno de confianza, mantiene las bajas de Valverde, Ceballos, Mariano, Rodrygo y Bale, protagonista de la enésima polémica. El galés ya tiene el alta médica y viajará con su selección, pero tal y como aseguró Ancelotti no está todavía para entrar en convocatoria con su club. No se esperan muchos cambios en el once del italiano, más aún cuando éste no ve a su equipo cansado, y la principal duda reside en el flanco derecho del ataque, donde se disputan un puesto Lucas Vázquez, Hazard y Asensio. El belga, otro hombre en el ojo del huracán, «tendrá minutos», aunque está por ver si será como titular, algo que su entrenador dejó en duda.
Venía reclamando un triunfo claro el Santiago Bernabéu. Después de un estreno pomposo en goles ante el Celta y el Mallorca, la cosa se había apagado últimamente, con una sonrojante derrota frente al Sheriff, dos empates sin goles contra Villarreal y Osasuna y una victoria sin lustre ante el Shakhtar. Contra un Rayo Vallecano que es revelación de la Liga el Madrid tampoco convenció. Y eso que la cosa pintaba bien después de los goles de Kroos y Benzema, que aplacaron el ímpetu rayista y parecían prometer una victoria plácida con puerta a cero.
Nada de eso, pensaba mientras calentaba en la banda Falcao, que hizo una aparición tan breve contra contundente en un estadio hostil por su pasado colchonero. Apenas diez minutos, antes de lesionarse, le bastaron para meter el miedo en el cuerpo al Madrid y hacer aflorar de nuevo los pitos en Chamartín, donde otra vez los blancos sufrieron de lo lindo para firmar un triunfo poco convincente, como ante el Shakhtar unos días antes, pidiendo la hora.
Más allá de las sensaciones lo cierto es que el Madrid afronta el domingo a la espera de sendos tropiezos de Real Sociedad y Sevilla en dos visitas complejas a Osasuna y Betis que le permitan mantener la punta de la tabla en solitario. Y eso que ni medio minuto tardó este sorprendente Rayo en dejar un aviso al Bernabéu, con un disparo de Álvaro García ligeramente desviado. Torcía el gesto el exigente aficionado madridista, en un partido que era algo así como la prueba del algodón para un conjunto por ahora mejor lejos del calor del hogar.
Real Madrid
Courtois, Carvajal (Nacho, min. 93), Militao, Alaba, Mendy, Camavinga, Casemiro, Kroos, Asensio (Lucas Vázquez, min. 83), Benzema (Hazard, min. 83) y Vinicius.
2
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1
Rayo
Dimitrievski, Balliu, Saveljich (Pozo, min. 81), Catena, Fran García, Óscar Valentín, Comesaña, Isi Palazón (Bebé, min. 60), Trejo (Unai López, min. 60), Álvaro García y Nteka (Falcao, min. 69 (Guardiola, min. 81)).
Goles: 1-0: Kroos, min. 14. 2-0: Benzema, min. 38. 2-1: Falcao, min. 77.
Árbitro: Pablo González Fuertes (Comité asturiano). Amonestó al madridista Kroos y a los rayistas Balliu y Comesaña.
Incidencias: Partido de la jornada 13 en Primera disputado en el Santiago Bernabéu ante 43.283 espectadores.
Hacía daño la presión asfixiante rayista y el ambiente era de expectación, pero el Madrid se asoció con acierto en una jugada elaborada que acabó con asistencia de cabeza para que Vinicius rematase a la red. Estaba en fuera de juego el francés antes del último pase, pero fue una buena señal en cuanto a un aspecto que le está costando al Madrid, como es la maduración de las jugadas desde el juego posicional, cuando el contrario está replegado.
Con paciencia, el Madrid superaba la línea alta del Rayo aunque Benzema no pudiera resolver en el remate. Pronto volvió a perforar la red el conjunto blanco, esta vez aliado con la velocidad al espacio, una de sus grandes virtudes. Vinicius porfío con fe en pos de un balón en largo, descargó para la derecha, donde Asensio vio la incorporación de Kroos, con un guante en la pierna derecha para inaugurar el marcador. Fue con cierta incertidumbre, pues solo el VAR ofreció validez al tanto.
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Ofrecía el Madrid su habitual sensación de peligro a la contra, pero el Rayo también mantenía la suya fruto de unas cuantas imprecisiones defensivas del equipo blanco. Nteka de cabeza y Trejo con un disparo lejano probaron a Courtois, muy seguro. Otra vez, como ante el Shakhtar, parecía que al equipo de Ancelotti le había bajado una velocidad en el juego la precoz ventaja, aunque lo cierto es que también el equipo de Iraola pecaba esta vez de un cierto conservadurismo fruto de lo imponente del escenario.
Habían pasado ya unos cuantos minutos sin emociones fuertes y se aproximaba el descanso cuando Carvajal puso un centro con veneno desde el costado derecho y Benzema tiró de calidad para picarla por encima de Dimitrievski, que respiró al comprobar como el balón se perdía ligeramente por encima del larguero de su portería. Como queriendo allanar el camino antes de la pausa y tranquilizar así a su afición, el Madrid le metió una marcha más al asunto. Estuvo cerca del 2-0 Militao, con un centro convertido en disparo tras impactar en un defensa, pero el que amplió la distancia fue el de casi siempre. Alaba la puso con su gran zurda y Benzema estaba donde tenía que estar para firmar su décima diana liguera de un curso en el que promete pulverizar todos sus registros. El galo también pudo resolver antes del descanso, pero le puso demasiado ímpetu al testarazo tras un disparo de Vinicius rechazado.
Pese a lo difícil de la empresa el Rayo salió atrevido a la segunda parte, pero para alegría la de Vinicius en una acción en la que regateó a cuanto jugador con la franja le salió al paso para encontrase con un desvío providencial de Óscar Valentín bajo palos. También rondó el 3-0 Asensio en un mano a mano ante Dimitrievski bien resuelto por el macedonio y el conjunto de la barriada ya estaba cerca de la capitulación.
Perdonó de nuevo Benzema, con un remate ligeramente alto, en un compromiso al que para el Madrid ya solo le faltaba el sello. Tan fácil y a la vez tan complicado. La entrada del Tigre Falcao para el tramo final no permitía demasiada tranquilidad local, aunque solo fuera por el recuerdo de aquel temible depredador atlético. Tampoco la relajación excesiva en el equipo de Ancelotti, un pecado que estuvo a punto de pagar en un disparo de Bebé al palo tras una contra plagada de la gran potencia del portugués, el rayista más activo en ataque.
No escarmentó el Madrid con el aviso y castigó el que siempre lo hace. Falcao, que acababa de entrar en el terreno de juego, envío de cabeza a la red un centro de Álvaro García desde la izquierda. Tuvo un punto de fortuna, toda la que le faltó a la hora de lesionarse apenas unos minutos después. Breve pero intenso, lo suficiente para desatar el nerviosismo de una grada a la que estuvo lejos de convencer el apurado triunfo final de su equipo, que acabó pidiendo la hora a gritos.
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