Un líder de raza

Fue otra lección de carácter, resiliencia y buena condición tanto física como mental que refrenda el notable inicio de temporada protagonizado por una escuadra que estrenó el curso con muchas incógnitas pero que está viendo reforzadas sus credenciales a base de buenas noticias sobre el césped y desde la banda, pese a que todavía muestra lagunas que Ancelotti espera solventar con trabajo y compromiso. «Tengo un equipo que es bastante joven y lo está haciendo muy bien. Tenemos que mejorar mucho en el aspecto defensivo porque hemos de ser más agresivos sin balón, pero con este espíritu lo vamos a arreglar», enfatizó el preparador tras cosechar la quinta victoria en los seis partidos oficiales disputados.

No es ni mucho menos este Real Madrid un equipo redondo. Le cuesta tomar el bastón de mando y casi siempre resuelve los encuentros bien avanzado el minutaje. Hasta en tres duelos se ha visto por debajo en el marcador, pero en todos esos casos ha reaccionado demostrando la casta que lleva incardinada en su ADN. Cabe reprocharle cierta tendencia especulativa, pero cuando pasa las de Caín emerge su mejor versión, un aspecto que ratifica la convicción del grupo en sus posibilidades, a la vez que solidifica su confianza. Lo explicó con nitidez Vinicius, actor estelar del comienzo del campeonato con su desequilibrio y eficacia: «El Real Madrid no se rinde nunca». «Es muy pronto para decir que damos un golpe a la Liga, pero continuamos como estamos. Cada partido es una final y hoy ganamos», corroboró Benzema, la otra figura de la pareja de moda en el fútbol europeo.

El brasileño y el francés han participado en 11 de los 15 tantos ligueros que acumula el Real Madrid. Seis llevan la firma del lionés y cinco la del carioca, que están tejiendo una sociedad letal y también brillan como asistentes: cinco pases de gol del '9' y dos del '20'. Impulsados por su olfato, los blancos vuelven a salir de los atolladeros en que se meten como hacían en sus mejores tiempos: luciendo pegada. Aunque el botón de muestra es todavía escaso para hablar de una recuperación definitiva del enfermo, su media de tres tantos por partido contrasta con la anemia ofensiva que presidía su discurrir desde la marcha de Cristiano Ronaldo.

Como ya sucediera días antes frente al Inter en la Champions, el Real Madrid aguantó como pudo en Mestalla los embates de un adversario que le superó en muchas fases del encuentro con una mejor disposición táctica y mayor intensidad. Aguardó su momento y, cuando decayeron las fuerzas del Valencia, vio el instante propicio para adjudicarse el pleito con empuje y eficiencia.

Cruciales para ello, como en San Siro, resultaron los cambios de Ancelotti. Al transalpino no le está temblando el pulso a la hora de apostar por los jóvenes y cosecha los frutos. La entrada de Camavinga y Rodrygo revitalizó al Real Madrid. El volante galo ha tenido un impacto inmediato. Recupera, distribuye con criterio y cubre mucho campo con su gran despliegue físico. Llegó de puntillas cuando la parroquia merengue esperaba a Mbappé, pero tres ratos le han servido para demostrar que puede ser clave en la reconstrucción de una sala de máquinas envejecida. El paulista es un recurso recurrente para abrir el campo cuando el horizonte se oscurece, con su compatriota Vinicius incontenible por la otra banda.

El principal lunar del líder sigue siendo su poblada enfermería. Pese a que se desprendió en verano del 'científico' Dupont y recuperó al 'sargento' Pintus con la esperanza de frenar la cadena de lesiones que le desangró durante la anterior campaña, los percances no remiten y para el enfrentamiento del miércoles con el Mallorca tendrá hasta siete bajas. En Mestalla cayó Carvajal, que estará fuera de los terrenos de juego un mínimo de dos semanas por una dolencia en el gemelo derecho. Siguen al margen Marcelo, Mendy, Ceballos, Bale y Mariano. Tampoco estará disponible Kroos, pero el regreso del teutón está más cerca. Evoluciona satisfactoriamente de su pubalgia y este lunes completó una parte del entrenamiento con el grupo.