El Atlético le pone la Liga en bandeja al Barça

A ocho puntos del líder, el Real Madrid no pude dar un solo paso en falso. El perezoso tramo que completó justo antes del parón por el Mundial de Catar y una cuesta de enero especialmente empinada han puesto contra las cuerdas al conjunto de Carlo Ancelotti que, sin embargo, ha encontrado motivos para el optimismo.

La inyección de confianza que ha supuesto su golpe de autoridad en la Champions, unida al nuevo descalabro protagonizado por los azulgranas en la Europa League, alimenta en Chamartín la esperanza de que se desencadene un cambio de viento que catapulte a los blancos en el torneo de la regularidad y contenga a las huestes de Xavi Hernández.

Pero para que la caza del Barça no se adentre definitivamente en el ámbito de la ciencia ficción, el Real Madrid necesita seguir sumando de tres en tres, mientras aguarda a que se produzca un tropiezo culé que le permita recortar terreno antes de visitar, a mediados de marzo, el Camp Nou.

«Vamos a dar toda nuestra energía para tratar de ganar la Liga», aseguró Carlo Ancelotti en la previa de un encuentro al que su equipo llega «con buenas sensaciones y en una buena dinámica». Los triunfos frente a Elche y Osasuna han fortalecido a un bloque que ha logrado dejar su portería a cero en los tres partidos ligueros que ha disputado en el Santiago Bernabéu desde el parón por la Copa del Mundo. De hecho, los blancos solo han encajado un tanto en las seis últimas jornadas y encadenan 319 días sin sucumbir en su guarida entre todas las competiciones.

Unos registros que alientan a una escuadra que vio caer lesionados en Anfield a Alaba y a Rodrygo, pero que recupera a Tchouaméni de cara a un choque en el que Vinicius, en el punto de mira de la parroquia rojiblanca, volverá a acaparar buena parte de la atención, tras la nueva exhibición que completó ante el Liverpool. «Jugadores de tanto talento como él normalmente se paran en el partido para recuperar. Es raro ver a un jugador así darlo todo durante 90 minutos», destacó Ancelotti.

El italiano, que confirmó a Nacho como inquilino del lateral izquierdo, devolverá a Kroos al once como ancla en una medular que completarán Valverde y Ceballos. Arriba, Asensio formará en el tridente con Benzema y Vinicius, determinantes en ese envite de Copa celebrado hace un mes que todavía escuece a los colchoneros.

El 3-1 al término de la prórroga que resolvió el cruce de cuartos de final y, especialmente, la no expulsión de Ceballos en el minuto 70 de un partido en el que entonces vencía el Atlético por 0-1 provocaron un duro comunicado de Miguel Ángel Gil Marín poniendo el foco en el arbitraje de Soto Grado. Simeone optó, en cambio, por rebajar la presión sobre Gil Manzano, un colegiado que desagrada especialmente a los rojiblancos y que afrontará una prueba de fuego en el Bernabéu en días especialmente crudos para el estamento. «Es un árbitro bárbaro», manifestó el Cholo.

El argentino también confía en dar continuidad a la buena dinámica de su equipo, en franca mejoría desde el regreso de la competición y a dos puntos de la tercera plaza que ocupa la Real Sociedad. «Hemos regresado con Koke en el medio y transitamos en el juego mejor. Sufrimos defensivamente algo más, pero estamos buscando ese equilibrio», explicó Simeone, que igualará en el Bernabéu a Luis Aragonés como el preparador con más apariciones oficiales al mando de la nave colchonera.

Barrios y Saúl se abrirán paso en la medular, donde el Atlético presenta las bajas por lesión de De Paul y Kondogbia. Marcos Llorente puede ser el comodín que haga a su equipo más compacto en el repliegue sin que pierda capacidad para estirarse.

El Real Madrid se distanció aún más de su objetivo de seguir discutiéndole el título de Liga al Barça tras ceder dos puntos en el Santiago Bernabéu ante un Atlético que rozó un triunfo épico, pero que acabó temiendo ser víctima de otra remontada de los blancos sobre la bocina. Con un hombre menos a consecuencia de la expulsión de Correa mediada la segunda parte, el cuadro de Diego Pablo Simeone aprovechó una acción a balón parado para ponerse por delante en el marcador y castigar la escasa claridad de ideas del equipo de Carlo Ancelotti, al que le pasó factura la fiesta de la Champions.

El preparador italiano sacudió el árbol en busca de piernas frescas, pero sus pupilos no supieron desmontar el engranaje defensivo de un oponente bien armado hasta el arreón final, cuando Álvaro Rodríguez anotó un gol de cabeza que sirvió para confirmar que el canterano uruguayo tiene estrella, aunque resultó insuficiente para mantener al vigente campeón enganchado a un torneo que se le escapa sin remedio.

Ancelotti realizó cuatro modificaciones respecto al once que se midió el martes al Liverpool. Pese a que Tchouaméni estaba de nuevo disponible y Camavinga atraviesa su mejor momento desde que viste de blanco, el italiano asignó a Kroos la condición de mediocentro posicional con el objetivo de mejorar la salida de balón desde la base, y entregó otro choque de tronío a Ceballos y Asensio. Por su parte, Simeone introdujo tres cambios en relación al bloque que dispuso el anterior fin de semana contra el Athletic, devolviendo a Savic al eje de la retaguardia, alistando a Barrios como reemplazo del lesionado De Paul y sacrificando a Correa para reforzar la medular con la entrada de Saúl.

El Cholo, que igualó en el Santiago Bernabéu a Luis Aragonés como técnicos con más partidos oficiales al mando de los rojiblancos, situó de salida a Marcos Llorente como socio de Griezmann en la delantera, aunque la amenaza de Vinicius por el costado de Nahuel Molina le llevó a rectificar enseguida, retrasando al madrileño para reforzar la vigilancia del extremo y adelantando a Carrasco. Los planes, sin embargo, se le torcieron pronto con la lesión en la rodilla de Reinildo, que provocó la irrupción de Giménez en el eje de la retaguardia y el traslado de Hermoso al carril zurdo.

El movimiento de piezas anestesió la buena salida del Atlético, que había amenazado en una falta botada por Carrasco que se marchó lamiendo el palo y con otro disparo del belga que repelió Courtois. El Real Madrid, sólido atrás, creció en ataque a partir de la jerarquía de Kroos en la divisoria y la electricidad de Vinicius. Un derechazo del '20' que apaciguó con el rostro Hermoso, un zurdazo de Asensio desviado con apuros por Oblak y un venenoso pase de Militao que Benzema debió dejar pasar porque Ceballos disponía de un remate franco enumeraron los mejores zarpazos de los blancos en una primera parte con más forro que filo.

Subió la apuesta Simeone sacando a Correa de la reserva tras el descanso para formar con dos delanteros puros, aunque fue el Real Madrid el que estuvo a punto de abrir fuego de inmediato a raíz de una internada de Vinicius y un pase atrás del brasileño que pilló a Benzema con el gatillo atascado. La desventaja respecto al Barça impelía al Real Madrid a cambiar de marcha, lo que restó grilletes al envite.

Griezmann dispuso de una buena ocasión para desnivelar la balanza en ese escenario con un disparo desde la frontal y Valverde probó fortuna con un cañonazo desviado. Agua en ambos casos antes de que un codazo de Correa a Rüdiger con el balón parado avivase aún más la polémica que todavía coleaba del derbi copero de hace un mes al saldar Gil Manzano la acción con una roja directa al futbolista de Rosario que dejó a su equipo en inferioridad numérica con casi media hora por delante. Un castigo excesivo.

Para entonces había reformulado por completo el centro del campo Ancelotti, que metió músculo con la inclusión de Camavinga y Tchouaméni, mientras apelaba al toque de Modric y a la pegada de Álvaro Rodríguez en un desesperado intento de desarbolar a la zaga rojiblanca. No se inmutó el Atlético, que lejos de guarecerse para resistir un asedio, respondió con aplomo y extrajo oro a balón parado. Una falta sacada por Griezmann activó la pértiga de Giménez, que se elevó entre Álvaro Rodríguez y Militao y conectó un testarazo inapelable a la red.

Sacó a relucir el Real Madrid su casta con el reloj apretando y la Liga yéndosele de las manos. Camavinga, reasentado en el lateral izquierdo mientras Tchoaméni sostenía la medular, rozó las tablas con una internada por el costado de Nahuel Molina. Oblak desvió a córner, pero ahí nació el empate. Lanzó Modric, como hace ocho años en Lisboa, y Álvaro Rodríguez emuló a Sergio Ramos empalando a la red desde las alturas y haciendo honor al sobrenombre que le acompaña. El Toro rezuma bravura.

El viento favorecía a los locales, maestros en salir del atolladero a toque de corneta. Pero el Atlético frenó las embestidas para obtener un punto que le sirve de poco en la pelea por la tercera plaza, aunque presenta el aliciente de alejar a su odiado rival de una Liga que se viste de azulgrana.