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El ruido de sables acecha de nuevo el Santiago Bernabéu. La estruendosa derrota sufrida por el Real Madrid en la final de la Supercopa de España ante el Barça ha vuelto a poner en entredicho la planificación que hizo el club el pasado verano y ha dejado seriamente tocado también a Carlo Ancelotti. Dos sangrantes rapapolvos en los clásicos celebrados este curso, con un balance anotador de 9-2 favorable al Barça, provocan que se tambalee la estabilidad de un equipo que parecía haber cogido un buen tono en el último mes de competición y obligan a una reacción inmediata para que el incendio no se desboque. Ante semejante panorama, el conjunto de Chamartín se agarra a un calendario aparentemente propicio para lamer sus heridas.
El vigente campeón de Liga y de Champions afronta un tramo de temporada que le deparará partidos que resultan a priori favorables para recuperarse de los dolorosos mandobles que le asestó el Barça. Tres jornadas de Liga en las que pleiteará con rivales de la zona baja de la tabla, dos compromisos de Champions ante adversarios sin demasiado pedigrí donde los triunfos resultan imprescindibles para apurar las opciones que le restan para lograr el pase directo a octavos y una eliminatoria de Copa del Rey en la que se medirá con el Celta, más otra posible tres semanas después si supera el examen con los celestes, componen el recorrido que tendrá que realizar el Real Madrid antes de alcanzar en el segundo fin de semana de febrero un derbi con el Atlético que puede resultar determinante en el devenir del torneo de la regularidad.
Podrán refugiarse los blancos en el calor del Santiago Bernabéu durante las tres próximas citas, que les enfrentarán de forma sucesiva con el Celta, la U.D. Las Palmas y el Salzburgo. Un triplete de encuentros al abrigo de su parroquia que abrirán este jueves litigando con el cuadro gallego en una Copa del Rey que suele ocupar un papel secundario en los planes del Real Madrid, pero que en esta ocasión le ofrece la oportunidad de reivindicarse tras el enorme sopapo que le propinó el Barça. El conjunto olívico cayó a manos de la escuadra de Chamartín en la décima jornada de Liga, pero presentó batalla pese a un golazo de Mbappé y presume además de haberle eliminado la última vez que cruzó espadas con los blancos en el torneo del KO, con un 1-2 en la ida disputada en el Bernabéu y un 2-2 en la vuelta celebrada en Balaídos que sirvió para que los celestes accediesen a semifinales en la campaña 2016-17.
Tres días después será la U.D. Las Palmas quien visite la guarida del Paseo de la Castellana en un encuentro correspondiente a la vigésima jornada de Liga en el que el cuadro canario tratará de volver a ponerle las cosas difíciles a un adversario que no pasó del empate en la visita que efectuó al Estadio de Gran Canaria en la primera vuelta. Segundo a un punto del Atlético, el Real Madrid no puede permitirse otro paso en falso en la pelea por revalidar el título.
Menos margen aún tiene en la Champions, donde el próximo miércoles se verá las caras con el Salzburgo. La victoria cosechada en la última jornada frente al Atalanta alejó al Real Madrid del precipicio, pero a los blancos les impele el triunfo frente a un rival ya desahuciado para asegurar el pase a la siguiente ronda y quemar sus últimos cartuchos en pos de evitar una peligrosa eliminatoria de dieciseisavos que añadiría carga extra a un calendario draconiano.
Solventados esos tres duelos como local, el Real Madrid visitará Zorrilla el sábado 25 de enero para enfrentarse al Valladolid, penúltimo clasificado en Primera pero que le hizo sufrir en el choque de la primera vuelta celebrado en el Santiago Bernabéu y saldado con un engañoso 3-0.
Cuatro días después, cerrará la fase de liguilla de la Champions visitando el estadio del Brest, una de las sorpresas en la actual edición de la máxima competición continental. Lo hará apercibido del riesgo que entronca el desplazamiento a tierras francesas, donde cayeron a manos del Lille en la segunda jornada.
La serie de encuentros previos al derbi con el Atlético la completará el Real Madrid en Cornellá, donde el 1 de febrero le espera un Espanyol situado ahora mismo en puestos de descenso, pero que suele ser un oponente favorable para los intereses de un equipo al que cualquier patinazo más puede poner a los pies de los caballos.
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