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Quique Setién resopla durante uno de sus partidos como técnico del Barcelona. Reuters I Atlas
Análisis

El Barça de Setién calca al de Valverde

Con mejor o peor juego, el equipo azulgrana ha mostrado debilidad en los desplazamientos y ha perdido títulos en los partidos más esperanzadores

P. RÍOS

Barcelona

Viernes, 7 de febrero 2020, 14:38

A los equipos con dinámicas positivas, la fortuna les suele acompañar cuando la necesitan en momentos puntuales. Los que van a la deriva, en cambio, suelen sufrir desgracias cuando parece que están enderezando el rumbo en una especie de castigo bíblico por sus malas obras ... anteriores. En este irregular Barça con claros síntomas de fin de ciclo desde que arrancó la temporada, ya ha pasado dos veces en apenas un mes de este 2020 que amenaza con pasar a los años horribles de la historia del club. El mejor partido de los últimos meses de Ernesto Valverde como entrenador acabó con un inesperado KO en la semifinal de la Supercopa de España ante el Atlético (2-3). Y el encuentro más prometedor del primer mes con Quique Setién en el banquillo finalizó con otra eliminación, esta vez en los cuartos de final de la Copa del Rey disputados a partido único en Bilbao ante el Athletic (1-0). Dos títulos perdidos en un club que siempre aspira a todos. «La actitud que he visto me anima para la Liga y la Liga de Campeones», proclamó el presidente, Josep Maria Bartomeu, pero la realidad es que el Barça visita al Betis ese domingo en plena depresión, algo que le puede alejar muy pronto del éxito en esas dos competiciones.

Con un fútbol-control más del gusto del entorno purista, como el de Setién, o con un juego más práctico, como el de Valverde, lo cierto es que el destino ha querido que los dos Barças 2019-2020 hayan perdido en San Mamés con la misma crueldad: en el último minuto. Aduriz fue el verdugo en la primera jornada de Liga con un gran gol, y entre Williams, para la memoria de los aficionados del Athletic, y Busquets, según el acta arbitral, anotaron una diana más afortunada en la Copa. Los que defienden que ahora sí se está viendo un Barça reconocible relativizan el KO copero. Los que sólo ven humo no aprecian tantas diferencias con un equipo que ya daba bandazos en esta última temporada de Valverde. «Todo ha ido bien, salvo el resultado», llegó a decir Quique Setién, defendiendo la injusticia de la eliminación por el mayor dominio del Barça y las mejores ocasiones de Griezmann y Messi.

Otro punto en común entre la etapa de Valverde y la de Setién es el del lamentable rendimiento lejos del Camp Nou. En casa los dos ganan o ganaron con más o menos brillo y puntería, pero lo que ocurre en los desplazamientos de cualquier competición ya es de ciencia ficción. El cántabro ya ha perdido en Valencia en Liga (2-0) y Bilbao en Copa, sin gol, y sólo ha ganado en Ibiza a un 'segunda B' en el último minuto.

El problema ahora de cara a la Liga, a tres puntos del Madrid y ya sin posibilidad de error, y a la Liga de Campeones, con el Nápoles frotándose las manos, no es de juego ni de actitud. Eso nadie lo puede reprochar tras una batalla intensa y física como la de San Mamés. La preocupación es que la plantilla azulgrana quedó tan debilitada en el alucinante mercado de invierno que el Barça va a afrontar cada partido con varios jugadores del filial en la convocatoria y sin posibilidad de hacer demasiadas rotaciones. En el Villamarín no estarán el sancionado Piqué ni los lesionados Luis Suárez y Dembelé.

Y ya es público que el ambiente interno en el club y en el vestuario no es el ideal, derivado de las diferentes opiniones que tenían los jugadores sobre la conveniencia de destituir a Valverde para dar un impulso al equipo. Cobra fuerza que Messi no era partidario del cambio a diferencia de otros referentes de la plantilla, uno de los motivos por los que saltó rápido a contestar la acusación de Éric Abidal, que tildó a los jugadores de poco trabajadores para justificar el relevo en el banquillo. Y ha trascendido un roce en un entrenamiento del '10' con Ter Stegen, una de las voces que se comienzan a escuchar. Jordi Alba añadió sustancia a la polémica con otro mensaje a Abidal: «Ya nos echan bastante mierda desde fuera para que nos la tiremos nosotros desde dentro». Piqué apeló a la unión y a la calidad de los jugadores. Y Setién reza para que llegue un delantero como recambio de Dembélé y para que no haya más lesiones.

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