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Isaac Asenjo
Madrid
Domingo, 19 de febrero 2023, 01:38
El Atlético de Madrid vive un tiempo tenso en el Metropolitano en el que el idilio entre Diego Simeone y la afición ha decaído. Hay menos ganas de animar y más división en torno al técnico argentino, que vive su peor temporada al frente del ... conjunto rojiblanco. El bonaerense sigue lanzando dardos a su propia afición cada vez que tiene la oportunidad y en el día antes de enfrentarse en LaLiga al Athletic de Bilbao no iba a ver menos: «Todo lo que no sea estar juntos, perdemos todos». Simeone pide el fin del clima de 'guerracivilista' de la grada para medirse a los de Ernesto Valverde, que han puntuado en tres de sus últimos cuatro partidos de LaLiga ante el Atlético de Madrid y no han perdido en ninguna de sus últimas tres visitas a equipos de la Comunidad de Madrid en la competición.
El Metropolitano mide este domingo la ambición de dos equipos enfrentados a seis puntos de distancia por la Liga de Campeones y por Europa con el homenaje previo al encuentro que harán los locales a los visitantes como el club fundador del conjunto madrileño en 1903. Ya durante el crucial duelo para ambos, el Atlético cederá las rayas rojiblancas al Athletic, los colores de ambos conjuntos, con motivo del 125 aniversario de la institución bilbaína, fundada en 1898.
Los vascos, con la moral reforzada después de imponerse a Cádiz y Valencia, quieren dar continuidad a su buena racha y de paso poner fin a la de su preparador en sus duelos particulares con el argentino, al que no ha ganado nunca después de haberse enfrentado en once ocasiones con sus actuales equipos. Por otro lado lo que en circunstancias normales debería ser un motivo de alegría, el que los rojiblancos se reencuentren con su afición, en el presente curso, especialmente en este tiempo más reciente, es motivo de preocupación.
El Metropolitano se ha convertido claramente en su talón de Aquiles: se ha dejado la mitad de los puntos disputados, 15 de 30. En una hipotética Liga solo con los partidos de casa, el Atlético sería decimotercero, a cinco puntos del descenso. Algo que contrasta notablemente con el rendimiento como visitante, donde los madrileños son el cuarto mejor, con 23 puntos logrados, con siete victorias, dos empates y dos derrotas.
Griezmann es otro nivel, y si el francés está en modo estelar el Atlético de Madrid puede dar gracias de poder situarse a tiro de podio en la clasificación liguera. El francés anotó un golazo para tumbar la resistencia de un buen Athletic de Bilbao en un duelo que comenzó con un primer plato de homenaje por los 125 años de historia de la entidad vasca y siguió con un segundo sin concesiones por Europa.
El Atlético no vive buenos momentos en el Metropolitano y cada partido se convierte en un plebiscito a Diego Simeone, cuyo idilio con la afición decae jornada a jornada. Las victorias no ahuyentan los fantasmas ni los gritos contra el técnico bonaerense, que pide el fin del clima de 'guerracivilista' que asoma por las gradas en varios tramos de los duelos como local. No es unánime pero si un buen sector al que se le escucha cuando el equipo rojiblanco, esta vez de naranja, disputa como local. Y eso que tras unos meses de zozobra el equipo vuelve poco a poco a transmitir la solidez que le ha caracterizado en los últimos tiempos y tras el Mundial de Catar parece que las sensaciones son algo diferentes.
Los locales comenzaron con síntomas de querer dominar el envite desde los primero compases. Nahuel Molina es otro de los que ha espabilado tras el Mundial y es uno de los grandes argumentos del equipo. Una internada suya al iniciarse el partido marcaba las intenciones. Ni mucho menos se encontró en el Athletic un rival que le cediera el esférico y los visitantes peleaban cada posesión en campo rival. La libreta estaba presente en el técnico visitante: tres saques de esquina sacados de forma totalmente distinta en cuestión de un par de minutos. El intercambio de fases ofensivas era constante. Llorente disparaba sin alma desde la frontal y luego era Iñaki Williams quien percutía antes de que llegara Reinildo a evitar un mayor peligro.
El ataque de este Atlético pasa por la imaginación de Antonie Griezmann, que da sentido a los ataques y salva a los locales de esas posesiones planas que estilan los del Cholo. Un peldaño por encima juega el francés en un Metropolitano que coreaba a Reinildo, actuando de cortafuegos en la defensa de los locales y secando las internadas de los hermanos Williams, mientras Vivían y Yeray hacían de hormigón el área para los de Valverde, aunque por si acaso contaban con un excelente Aguirrezabala para negarle el tanto a Carrasco antes del descanso y la mala suerte a Dani García poco después al estar nada preciso en el remate.
Atlético de Madrid
Oblak; Molina, Giménez, Hermoso, Reinildo; Llorente, Koke, De Paul (Barrios, m. 59); Griezmann (Saúl, m. 92), Correa (Morata, m. 59), Carrasco (Memphis, m. 73).
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Athletic de Bilbao
Agirrezabala; De Marcos, Vivian, Yeray (Paredes, m. 84), Yuri; Vesga, Dani García (Zarraga, m. 68); Nico Williams (Berenguer, m. 84), Sancet (Raúl García, m. 84), Muniain (Guruzeta, m. 68); Iñaki Williams.
Árbitro Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Giménez (m. 32) y De Paul (m. 45) y a los visitantes Dani García (m. 32), Yeray Álvarez (m. 55) y Vivian (m. 67).
Incidencias partido correspondiente a la vigésima segunda jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Cívitas Metropolitano ante 61.617 espectadores. Antes del inicio del partido, el Atlético de Madrid honró al Athletic Club, su entidad fundadora en 1903, y se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador Marcos Alonso, el socio número 2 del club rojiblanco, Bartolomé Enseñat
En la reanudación la vida seguía igual. La anticipación del central mozambiqueño del Atlético era directamente proporcional a lo que desesperaba el atacante belga ante el guardameta vasco. El público pedía intensidad y rock and roll mientras Simeone optaba por dar a los suyos señales de serenidad poco antes de que Oblak mostrara su indispensable fiabilidad. El esloveno desvió con un palmoteo el chut de Nico Williams en la mejor del Athletic. Motivo suficiente para intentar cambiar las tornas en el encuentro. Entraron Álvaro Morata y Pablo Barrios para coser el juego vertical y ocupar los puestos de Correa y De Paul.
El Atlético encerraba al Athletic pero sin rematar con excesivo peligro. Valverde buscaba cambiar la dinámica de un partido que estaba frustrando a los locales, con la entrada al verde de Guruzeta y Zarraga. Al tiempo Simeone daba entrada a Depay para meter la pólvora necesaría que hiciera arder al equipo. Y en la primera que conectó con Griezmann, al borde del minuto 73, anotó el francés con un remate seco con la izquierda, el séptimo de la temporada para el internacional galo. Con su pelo rosa y su clarividencia cambió el rumbo de un partido aplacado en el empate y es oro puro para este Atlético. «Ojalá puedan arreglar lo de afición cuanto antes, porque les necesitamos», dijo el delantero tras el encuentro.
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