El nuevo Dembélé sí tiene sitio en el Barça del futuro

No está el nombre de Ousmane Dembélé entre ellos. Puede sorprender porque no se puede decir que haya triunfado en el Barça desde que llegó en 2017. Ni siquiera tiene la coartada de las lesiones porque su vida poco profesional equilibraba para mal la balanza de la desgracia. Pero en esta temporada 2020-21, a las órdenes de Ronald Koeman, ha hecho un cambio mental admirable. Se nota en su físico, más resistente a los percances, y en su rendimiento, cumpliendo como extremo por las dos bandas y hasta de delantero centro, dependiendo del sistema. Y se evidencia en su relación con sus compañeros, más integrado en el grupo, bromeando, animando, celebrando las victorias y sintiendo las derrotas. Ha pasado de ser un extraño despistado a uno de esos jugadores que hace piña.

En esas condiciones deportivas y humanas, Dembélé, que solo tiene 23 años, sí es aprovechable y todo indica que Joan Laporta va a ofrecerle renovar el contrato que acaba en 2022. El francés se encuentra a gusto por fin en el club y no se quiere ir. Está por la labor de firmar su continuidad. Habrá que ver si se ponen de acuerdo en las cantidades, porque tocará cobrar menos por exigencias de la crisis. Y en ese contexto ilusionante, un factor más que invita a pensar en su revalorización: el regreso a la convocatoria de la selección francesa de la mano de Didier Deschamps, quien le abre así la puerta de la Eurocopa. El pasado no fue destacable, pero se valora el presente e ilusiona el futuro.