Messi le da la vuelta a todo

Fue un fin de semana redondo para el Barça justo antes de una semana trascendental, con el Nápoles esperando en San Paolo el martes, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones y el Madrid amenazando el próximo domingo en el clásico del Santiago Bernabéu. «Necesitábamos un partido así», reconoció Quique Setién, en referencia al buen juego, la efectividad en el remate y la contundencia en el marcador. El Barça no sólo le saca ahora dos puntos al Madrid, sino que también le ha dado la vuelta a la diferencia de goles en general: del -2 ha pasado al +4. No es un concepto menor porque viendo la igualdad no se puede descartar un empate final a todo (también en el clásico) que obligaría a desempatar por esa vía.

 Incluso el Barça arrebató un récord histórico al Madrid, el de máximo goleador de la historia de la Liga: 6.151, uno más que el Real Madrid. Es la primera vez que le supera en esta particular clasificación de realizadores, con una remontada espectacular en los últimos 20 años coincidiendo con la irrupción de Messi, clave en el dominio liguero del equipo azulgrana en este siglo.

Pero como todo sube y baja muy rápido, el Barça no puede relajarse y ya piensa en esa visita al Nápoles que obligará a dar un nivel todavía superior al exhibido ante el Eibar, equipo que volvió a poner a prueba demasiadas veces a Ter Stegen. Serán baja los lesionados Dembélé, Luis Suárez, Alba y Sergi Roberto, que estará un mes ausente por una dolencia muscular, mientras que Braithwaite no podrá echar una mano al no estar inscrito. Pero Setién ya hizo rotaciones este sábado de cara al reto de San Paolo: De Jong comenzó de suplente, Piqué fue cambiado antes del final, Ansu Fati no salió ni a calentar... El técnico cántabro, aunque tiene pocos jugadores, parece tener una idea clara de cómo repartir los minutos en busca de un rendimiento colectivo óptimo. A Nápoles viajan los canteranos Riqui, Collado, Aráujo, y el portero Iñaki Peña, además de Ansu Fati.

Y lo que es más importante, en plena crisis institucional, con cánticos en el Camp Nou de «¡Bartomeu, dimisión!» por el caso de las redes sociales y la directiva dividida, Messi sigue a lo suyo, dando goles cuando no marca, logrando goles cuando no asiste y con una apariencia de tranquilidad e incluso felicidad que es la mejor medicina contra cualquier depresión barcelonista. Hay quien dice que el '10' salió al rescate de Bartomeu con su portentosa actuación. No fue así. Lo suyo es el fútbol, el balón, lo otro «es muy raro», como calificó el caos de las redes sociales antes de ponerse manos a la obra y lograr cuatro goles.