Leo Messi, durante una sesión de entrenamiento. Miguel Ruiz (Afp)
Barcelona

Messi, más descansado y exigente que nunca para el regreso de la Liga

El argentino, el gran reclamo del fútbol mundial en tiempos de crisis económica, se reencontrará con la competición en un momento de liderazgo absoluto en el Barça dentro y fuera del campo

p. ríos

BARCELONA

Lunes, 25 de mayo 2020, 01:00

Si no hay marcha atrás, quedan tres semanas para que el fútbol y Leo Messi se reencuentren. Los medios de comunicación internacionales lo tuvieron claro este sábado cuando Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, anunció que la Liga se reanudaría la semana del 8 de junio ... con la disputa de la jornada 28 y un Mallorca-Barça que apunta al domingo 14 de junio. 'Vuelve Messi', fue el titular más repetido en distintos idiomas. Es el gran reclamo publicitario global en tiempos de crisis económica y una medicina que no cura ni devuelve vidas, pero que distrae en una etapa de la historia marcada desgraciadamente por la pandemia del coronavirus.

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La incógnita es saber cómo está Messi. Su reaparición se producirá tres meses después de que fuese decretado el estado de alarma que obligó al argentino a confinarse en su casa de Castelldefels (Barcelona) junto a su mujer, Antonella, y sus tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro. Evidentemente, la vida no ha tratado mal al futbolista de los seis Balones de Oro y de las seis Botas de Oro. A medio camino entre la playa y la primera línea montañosa, en casa dispone de un amplio jardín, incluso con porterías, y de un gimnasio completo. Físicamente, como deportista, está fuerte y así se le ve en las imágenes de los primeros entrenamientos tras el confinamiento. Pero como futbolista necesita, como todos, recuperar sensaciones, el ritmo competitivo, y más él que es explosivo en distancias cortas.

Pocas veces a lo largo de su carrera ha estado tanto tiempo parado. Puede que a sus 32 años el descanso le haya venido bien, pero un jugador acostumbrado a competir cada tres días tiene permiso para sentirse extraño. Es una temporada rara para él, pues ya la comenzó lesionado, sin poder jugar hasta el 17 de septiembre en Dortmund por culpa de un problema muscular. Sus vacaciones veraniegas también habían sido largas, tras ser expulsado en el partido por el tercer y cuarto de la Copa América el 6 de julio de 2019. En menos de un año, por lo tanto, cuando reaparezca habrá reposado casi seis meses entre unas cosas y otras. Aquella roja le causó una sanción y no ha podido defender la camiseta de Argentina. Iba a volver ahora, pero se aplazó la jornada internacional.

Ha disputado sólo 31 partidos oficiales con el Barça y ha logrado 24 goles, 19 de ellos en una Liga en la que vuelve a aspirar a un Pichichi que le permitiría desempatar con el mítico Telmo Zarra, pues los dos tienen seis. La Bota de Oro le queda más lejana: Lewandowski (Bayern) e Immobile (Lazio) ya suman 27 goles, ocho más. Pero como se la ponga como objetivo, en once jornadas puede hacer temblar al polaco y al italiano.

Los barcelonistas saben que Messi no necesita una gran puesta a punto para maravillar. Se recuerda alguna Supercopa de España en agosto que afrontaba casi sin entrenamientos, ligeramente pasado de peso, excesivamente moreno tras semanas de playa, pero con la genialidad y la puntería siempre a su lado. También era más joven.

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Y el hecho de que los partidos vayan a ser sin público tampoco inquieta demasiado. El Barça tiene la experiencia del 1 de octubre de 2017, cuando jugó a puerta cerrada en una jornada de incidentes políticos en Cataluña. Ganó 3-0 a la UD Las Palmas y el '10' logró un gran gol, sentando al portero con un recorte prodigioso. Dicen que en los entrenamientos sin público ha hecho cosas que todavía no se han visto en los partidos, por raro que suene y después de tantas obras de arte. Un genio es un genio.

Renovación pendiente

Messi, por cierto, acaba contrato en 2021 y tiene una cláusula que le permitiría irse a final de la presente temporada. Hubo un tiempo en el que esa posibilidad asustó, pero cada día cuesta más creer que vaya a cambiar de aires. Está muy a gusto en el club y en la ciudad, no se intuye que tenga la voluntad de cambiar a la familia de residencia y lo que cobra, y lo que cobrará cuando vuelva renovar, no se lo puede dar nadie en el mundo en plena crisis económica.

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Pero su liderazgo es incuestionable y va dejando mensajes en las redes sociales para mostrar su malestar con las decisiones de la actual junta directiva: afeó a Eric Abidal, secretario técnico, que criticara a la plantilla cuando se destituyó a Ernesto Valverde y se molestó por las filtraciones interesadas que ensuciaban la imagen de los jugadores por tardar en firma una rebaja del salario por el parón competitivo. A Quique Setién también le lanzó una directa más que indirecta diciendo: «Jugando como antes de que se parara todo, no nos llegará para ganar la Champions League».

Nunca se sabe lo que puede pasar por la cabeza de Messi, que sigue siendo introvertido, pero una cosa está clara: con él como protagonista de la actualidad todo es más divertido. El fútbol le espera.

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