daniel panero
Jueves, 4 de agosto 2022, 00:10
Memphis Depay está en venta. Esa fue la consecuencia inmediata tras el terremoto de fichajes provocado por el Barcelona durante el mes de julio en la zona de ataque. La renovación de Ousmane Dembélé y las llegadas a bombo y platillo de Raphinha y Robert ... Lewandowski han precipitado que el neerlandés se haya quedado sin sitio en el equipo azulgrana y haya sido declarado transferible. El club culé espera sacar por Memphis una cantidad cercana a los 20 millones de euros, un dinero que podría ser reinvertido este mismo verano en nuevas incorporaciones y supone un alivio para las arcas blaugranas a la hora de inscribir a los nuevos refuerzos.
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«Tengo muchas ganas de volver a estar en Barcelona y empezar de nuevo. No veo la hora de que llegue ese momento», afirmó Memphis Depay a principios de julio cuando el Barça aceleró las operaciones por Raphinha y Lewandowski. Desde ese día el neerlandés empezó a rumiar lo que podía ser un verano en el que fuese desplazado de la primera plana por Xavi Hernández. Y es que l exjugador del Manchester United y el Olympique de Lyon ha visto cómo su futuro se ha ido difuminando a medida que han ido avanzando las semanas en el mercado de fichajes y cómo su nombre se ha ido vinculando cada vez más a una hipotética salida.
A finales de julio llegó la consumación definitiva. En apenas tres días el Barcelona cerró de una tacada a Dembélé Raphinha y Lewandowski, tres jugadores que se unieron en el ataque a Ansu Fati, Ferran Torres y Pierre Emerick Aubameyang para completar una punta de lanza de ensueño para Xavi. En estos planes no entra Memphis Depay, relegado ante la aglomeración de recursos que van a tener los azulgranas en esa parcela del terreno de juego. El neerlandés parte en desventaja con el resto en la pelea por un sitio de el once y eso es un problema tanto para el jugador como para el club, que podría tener parado a un futbolista de primer nivel y por el que todavía puede sacar tajada este mismo verano.
Ante esta situación, el Barça ya le ha hecho saber tanto al futbolista como a su representante que han de buscar una salida en los próximos días. Memphis ha participado junto al resto de sus compañeros a la gira por Estados Unidos, pero lo ha hecho con un runrún en la cabeza en torno a su futuro. La Dirección Deportiva culé se ha marcado 20 millones como la cifra que espera ingresar en el hipotético traspaso de un atacante que la pasada campaña anotó 13 goles en 37 partidos y que mantiene aún un valor de mercado de 35 millones, según la web especializada Transfermarkt.
La situación de Memphis ya ha corrido como la pólvora y el primer equipo que ha llamado a las oficinas del Barcelona ha sido el Tottenham Hotspur. El club londinense tiene buenas relaciones con la cúpula blaugrana después del éxito de la operación este verano de Clement Lenglet y ha pensado en el neerlandés como un complemento de ensueño más a su ya poblada delantera, que forman Harry Kane, Heung Min Son y Richarlison. Los Spurs han ofrecido en primera instancia una cantidad cercana a los 17 millones de euros, una cifra que se acerca ligeramente a las pretensiones blaugranas y un montante que puede ser un buen punto de partida en un negociación a priori sencilla, salvo que se entrometan más clubes que quieran hacerse con el delantero de Países Bajos.
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El deseo de Memphis era continuar en el Barcelona, pero es consciente de que la situación ha cambiado de forma radical en el último mes. No tiene hueco en la plantilla azulgrana y ha comenzado a ver con buenos ojos su salida, pero con condiciones. El punta de Moordrecht está dispuesto a marcharse, pero solo lo hará si su destino es un club del primer plano europeo, algo que no parece demasiado difícil de cumplir dado el excelente cartel que todavía tiene el jugador tras su paso por la Premier League y la Ligue 1.
Este último aspecto es uno de los que más pesa en un Barcelona que no tiene prisa. Sabe que Memphis es un jugador cotizado en el mercado, que es un verano con mucho movimiento en la demarcación del '9' y que las propuestas van a surgir tarde o temprano. La salida del neerlandés podría suponer para el Barça un nuevo alivio en la masa salarial, algo que no evitaría la venta de Frenkie de Jong, y nuevos ingresos para afrontar operaciones en las que todavía trabaja el club, como las de César Azpilicueta, Marcos Alonso o, el más difícil todavía: Bernardo Silva.
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