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La sorprendente marcha de Gabri Veiga al fútbol saudí y las secuelas de los groseros actos machistas que pueden acabar con Luis Rubiales al frente del fútbol español eclipsan en buena parte el atractivo duelo que este viernes disputan el Celta y el Real Madrid ... en Balaídos (21:30 horas, Dazn). Un choque en el que el equipo de Carlo Ancelotti busca su tercera victoria consecutiva, todas lejos de un Santiago Bernabéu todavía en obras, para tratar de ser líder en solitario puesto que marcha empatado a seis puntos con el Rayo Vallecano y el Valencia, segundo y tercero respectivamente. Enfrente, el equipo de Rafa Benítez necesita reaccionar tras una derrota en casa frente a Osasuna y un buen empate en San Sebastián que le han colocado en la parte baja de la tabla.
Cuando parecía que Veiga tenía apalabrada su incorporación al Nápoles, que disponía de un principio de acuerdo con el Celta para fichar al centrocampista por 30 millones de euros, la situación experimento un giro de 180º. El emergente futbol saudí confirmó que no solo quiere jugadores consagrados en la recta final de su carrera, tipo Cristiano Ronaldo, para potenciar su Saudi Pro League, sino que también se fija en jóvenes valores a los que persuade, como este diamange de solo 21 años y en el punto de mira de grandes clubes europeos, entre ellos el Real Madrid y el Barcelona.
Veiga ha priorizado el megacontrato que el Al-Ahli le pone encima de la mesa a su crecimiento en el gran fútbol europeo. Cobrará diez veces más de lo que percibía en el Celta y antepone poderoso caballero al proyecto que le ofrecía el Nápoles, uno de los más consolidados en los últimos años. Según diversos medios, el sueldo de Veiga puede rondar los 40 millones por tres temporadas y los vigueses cobrarán a su vez algo menos de los 40 millones estipulados a su vez en la cláusula de rescisión del futbolista.
Mientras que en los blancos Toni Kroos calificó este fichaje de una «vergüenza» y Carlo Ancelotti apeló a los organismos para que tomen medidas que «equilibren el mercado», Rafa Benítez, técnico local, trató de poner al mal tiempo buena cara y de buscar el aspecto positivo de la operación. «Es una situación que le cambia la vida a él y a su familia para bien. Para el club es doloroso, pero puede ser a medio o largo plazo una operación muy beneficiosa», explicó el madrileño en la previa de un partido especial para él por mucho que diga que no tiene ánimo de revancha ni de reivindicarse.
Benitez fue anunciado como relevo de Carlo Ancelotti en el banquillo merengue el 3 de junio de 2015 y su destitución se produjo el 4 de enero de 2016, con el equipo clasificado para octavos de la Champions como campeón de grupo y tercero en la Liga, a dos puntos del Barcelona y cuatro del Atlético. El 0-4 en el clásico, la derrota en el debut liguero ante el recién ascendido Sporting de Gijón, su alto nivel de exigencia mal visto por la plantilla, su mala relación con Cristiano Ronaldo y la eliminación copera ante el Cádiz por la alineación indebida del ruso Cheryshev acabaron con la aventura de Benítez en solo siete meses.
Mientras el Celta todavía confía en los últimos días de mercado para apuntalar una plantilla cogida con alfileres, enfrente Carlo Ancelotti presumió este jueves de que su equipo está cerrado al cien por cien. Un recado para quienes todavía ven factible el fichaje de Kylian Mbappé en esta ventaja estival. Carletto está muy satisfecho con el grupo de que dispone, impulsado por Jude Bellingham, el fichaje estrella para sustituir a Karim Benzema que ya ha marcado tres de los cinco tantos ligueros que suma el Real Madrid.
Más allá de alineación y posibles cambios, era obligado preguntarle a un veterano como Carletto por el beso robado por Luis Rubiales a Jenni Hermoso tras el título Mundial femenino conseguido por la selección española de fútbol y todo lo que vino después. El italiano no quiso mojarse sobre si a su juicio el presidente de la Federación Española debe ser destituido o inhabilitado y se remitió a los organismos competentes para decidir sobre ello. Sí dio su opinión sobre lo que le pareció la conducta de 'Pundonor Rubiales'.
«Es un tema delicado, pero ha sido un comportamiento que no me ha gustado nada, obviamente. No ha sido el comportamiento de un presidente de la Federación», dijo, contundente, el técnico italiano. Posteriormente, fue preguntado si con un presidente así él se siente cómo haciendo su trabajo. «Pienso que el comportamiento de una persona no me afecta. Tengo las ideas muy claras, de cómo tengo que comportarme, soy perfectamente consciente por ser entrenador del Real Madrid. Me quedo con lo que tengo que hacer yo», finiquitó.
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