Tras el tropiezo del Barcelona en el Sánchez Pizjuán, el Real Madrid dispone de una ocasión pintiparada para dar un vuelco a la Liga y recuperar el liderato, por mejor 'goal average' particular, que se le escapó al caer en el Benito ... Villamarín antes de la pandemia. Para ello, el equipo de Zinedine Zidane, victorioso con seis goles a favor y solo uno en contra desde el regreso del fútbol, precisa vencer en su visita un conjunto donostiarra que le superó con creces en la Copa del Rey y al que solo ha vencido en uno de sus cuatro últimos enfrentamientos, pero que está desconocido tras el parón.
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No sentirá el equipo blanco la clásica presión ambiental en San Sebastián, pero quizá sí la deportiva de asumir que se juega media Liga. Nada nuevo por otro lado para un grande que cada año aspira a ganarlo todo. No es la Real un rival propicio en la historia reciente del Real Madrid, que le ganó en el duelo de la primera vuelta pero fracasó el curso pasado y también en el actual torneo del KO, con exhibición incluida del cuadro de Imanol Alguacil en el Bernabéu (3-4).
Afronta Zidane la tercera final en serie de las once que le restaban antes de reanudarse el curso con la misma idea. Quiere al equipo ambicioso que supo presionar alto y no dejar jugar al Valencia en la segunda parte del último choque, no ese once desangelado que estuvo a verlas venir en el primer tiempo, igual que en la segunda mitad ante el Eibar.
No se auguraban grandes cambios en el Real Madrid, apenas algunos retoques en el once, pero al final Zidane ha sorprendido con cambios importantes. Lo más novedoso, las entradas del colombiano James Rodríguez y de Vinicius y el hecho de que se quede el belga Eden Hazard de inicio en el banquillo. Sabe el técnico galo que no hay tregua en el calendario y que necesita a todos.
De momento, los jóvenes Rodrygo y Vinicius están por delante de Gareth Bale, que ni siquiera calentó frente al equipo de Celades, aunque su técnico insistió ayer en que «realmente» confía en él. Sabe Zizou, ajeno a polémicas arbitrales reabiertas por el azulgrana Gerard Piqué, que su equipo debe crecer para ganar con respecto a sus dos últimas visitas, en las que cayó frente al Levante y el Betis.
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En la Real, la principal novedad será el regreso del centrocampista Mikel Merino tras cumplir sanción ante el Alavés en Mendizorroza. Aporta calidad y equilibrio al conjunto guipuzcoano, que se presenta con dudas tras firmar un empate muy ajustado ante Osasuna y hundirse contra los vitorianos en uno de los peores partidos de la temporada.
O reaccionan rápido los blanquiazules o se les aleja la posibilidad de disfrutar el ejercicio próximo de la Champions, logro que acariciaban antes del nuevo coronavirus. Un gol en dos partidos es un pobre balance para uno de los equipos que se había mostrado más realizador en 2020. Hay dudas de si jugará el joven sueco Isak, autor de un doblete copero en el Bernabéu, o seguirá por delante Willian José.
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Exige Imanol «más atrevimiento», confianza y ambición para revertir la mala tendencia y hacer frente a tan gran adversario. «Hay que filtrar más balones por dentro cuando el rival aprieta, finalizar con tiros que antes sí hacíamos... Si no ganamos las disputas es cuando cuesta sacar los partidos adelante», describió en la previa el técnico vasco.
«Al Real Madrid le veo fuerte. La vuelta a la competición le ha venido muy bien y, con el empate del Barcelona, si nos gana, puede ponerse primero. Siempre es difícil cuando juegas contra ellos, pero el año pasado y éste hemos demostrado que somos capaces de hacerles frente y vamos con esa ilusión», añadió el técnico local. Asume que el Madrid «tiene jugadores de máximo nivel y, junto al Barça, puede vencer partidos sin estar al 100%».
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«Ellos aspiran a ganar la Champions, pero nosotros les eliminamos de Copa no hace mucho y hay que recuperar ese juego para plantarles cara», recalcó Alguacil ante esta cita cumbre en las batallas por el título y por entrar en zona Champions. Muchos focos puestos en el noruego Martin Odegaard, el joven 'vikingo' que triunfa en Donosti.
Bastante solvente atrás, con solo 21 goles encajados después de 30 jornadas, y dotado sobre todo a estas alturas de una enorme contundencia en ataque, el Real Madrid no desaprovechó en San Sebastián la primera ocasión de que dispuso para recuperar la cabeza perdida hace más de tres meses en el Benito Villamarín. Sacó el equipo blanco máximo provecho de todos los detalles del partido y sobre todo de Vinicius, determinante.
Defendió, percutió y fabricó el puñal brasileño la jugada del penalti que rompió un partido muy equilibrado. Benzema, fiel a su cita este curso con el gol, abrochó una victoria con sabor a media Liga cuando los realistas aún se lamentaban del fuera de juego anulado a Januzag por fuera de juego posicional de Merino. Y ante el Madrid, este tipo de distracciones te condenan y, de paso, te alejan todavía más de la zona noble de la tabla.
Restan aún ocho jornadas tras esta cita para el final de esta Liga interruptus, pero la puesta en escena de los contendientes, con muchas precauciones, evidenció la suma importancia de este duelo. Los madridistas porque se jugaban el liderato y los donostiarras porque habían despertado de forma abrupta del sueño de la Champions tras empatar con Osasuna y caer ante el Alavés y se les exigía un cambio brusco de actitud. Sorprendieron Imanol y Zidane con sus alineaciones. Si el técnico vasco cambió a más de medio equipo respecto a la debacle en Mendizorroza con objeto de revitalizar a sus jugadores, Zidane sorprendió con esas sorpresas que le caracterizan.
Real Sociedad
Remiro, Gorosabel (Elustondo, min. 60), Diego Llorente, Le Normand, Monreal, Zubeldia (Zubimendi, min. 79), Mikel Merino, Portu, Odegaard (Roberto López, min. 79), Oyarzabal (Januzaj, min. 60) e Isak (Willian José, min. 79).
1
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2
Real Madrid
Courtois, Carvajal, Varane, Ramos (Militao, min. 60), Marcelo (Mendy, min. 89), James (Asensio, min. 78), Casemiro, Kroos, Vinicius, Valverde (Modric, min. 89) y Benzema (Mariano, min. 78).
Goles: 0-1: min. 50, Ramos, de penalti. 0-2: min. 71, Benzema. 1-2: min. 83, Merino.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán): Mostró amarilla a Zubeldia, Casemiro, Gorosabel, Diego Llorente y Merino.
Incidencias: Partido correspondiente a la 30ª jornada de Liga, disputado en el Reale Arena sin público.
Mantuvo a Gareth Bale fuera, lo que el galés no parece llevar demasiado mal a tenor de sus gestos sonrientes, pero apostó por James Rodríguez. No ejercía el colombiano de titular desde el pasado 19 de octubre, cuando el Real Madrid cosechó la primera derrota de la temporada en Mallorca. Por encima de todo, apostó por la verticalidad de Vinicius, un soplo de aire fresco en este fútbol moderno y monótono, y dio descanso a Eden Hazard, titularísimo tras la vuelta a la nueva normalidad. Más esperado fue ver a Marcelo en lugar de Mendy.
Con dos equipos muy tácticos y versátiles en sus dibujos, aunque la Real presionaba más arriba que el Madrid y se desgastaba más, apenas hubo noticias en un primer acto anodino, sin ocasiones. Los guipuzcoanos no inquietaron jamás a Courtois por la imprecisión en sus pases, la seguridad de la zaga madridista y los errores a la hora de elegir el último envío. En el otro área, Remiro solo intervino para atajar un tiro lejano de Benzema y otro de Vinicius.
El extremo brasileño, ciertamente, generó el mayor peligro sobre el césped. Era una complicacion permanente para el joven Gorosabel, que además se vio pronto cargado con una amarilla. También Casemiro por sacar el codo a pasear ante Mikel Merino jugándose incluso un castigo mayor si el juez hubiera sido muy severo. El catalán estrada también pasó por alto una entrada de Oyarzabal a Marcelo dentro del área que se acercó al penalti. La típica ayuda defensiva del delantero.
Se jugó casi siempre en ese primer período en un espacio muy corto porque ambos mantenían las líneas juntas y los jugadores muy concentrados. Al Madrid, atento para abortar los clásicos pases entrelíneas de los 'txuri-urdin', le faltaba tanta fluidez en la creación que los mejores pases en este primer período fueron de Courtois, magnífico en su golpeo con la zurda en busca siempre de Vinicius. Sin noticias entonces de Karim, triste sin Eden, su mejor su socio. Y poca aportación de Valverde, ubicado casi de segundo delantero, como si siguiera la misma reconversión que Llorente en el Atlético.
Se abrió el choque al fin en el inicio de la segunda mitad tras otra arrancada espléndida de Vinicius. Caracoleó, se presentó ante el portero y lanzó desviado, ya cayéndose. El árbitro señaló un penalti por falta previa de Llorente y el VAR no le desautorizó porque contacto hubo. Más polémica y más justificaciones para Piqué, impropias en un club grande.
El caso es que Ramos no falló y la final se le puso cuesta abajo al Madrid. Pese a la lesión de su capitán, lastimado en su rodilla izquierda, apenas sufrió. Llegó a marcar Januzaj de gran disparo, tras acción de estrategia, pero Merino dificultó la visión de Courtois. Y cuando los vascos aún se recuperaban del golpe, Benzema controló con el hombro y sentenció. El gol de Merino le puso cierto picante al final, pero la Real tenía más corazón que fuelle. A estas alturas, la Liga se pinta de blanco.
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