El ahínco del Leganés no le vale para doblegar al Alavés

Sin embargo los puntos en disputa hacen que los sentimentalismos pasen a un segundo plano, especialmente en el caso de un cuadro anfitrión que los necesita sobremanera después de una racha de tres partidos sin ganar que le ha llevado a situarse a cinco de la salvación. De esos duelos dos terminaron en derrota, siendo especialmente dura la que sufrieron en la jornada precedente en Balaídos ante el Celta de Vigo pues el equipo contó con un jugador más durante gran parte del enfrentamiento.

Pese a ello hay optimismo ya que en casa los pepineros han dado la cara desde que llegó al banquillo Javier Aguirre y únicamente han perdido como locales contra el Barcelona y el Getafe, conjuntos de la parte alta de la tabla.

A la hora de analizar los precedentes, el más inmediato disputado en la primera vuelta en Mendizorroza se saldó con empate a uno. De hecho el Leganés sólo ha perdido uno de los últimos catorce cruces contra el equipo vitoriano, aunque nueve terminaron en tablas.

De cara a esta cita el entrenador recupera al guardameta Iván 'Pichu' Cuéllar, ausente varias semanas tras encadenar una sanción y problemas físicos. Se lo pierden por contra un hombre importante como es Jonathan Silva por sanción y los lesionados Rodrigo Tarín y Alexander Szymanowski.

En cuanto al Alavés, visitará Butarque con dos triunfos en los tres duelos y con una puesta en escena notable, en la que destacan la pareja ofensiva formada por Lucas Pérez y Joselu Mato, que entre ambos acumulan 19 goles y son una amenaza para sus rivales.

Su técnico podrá contar con todo la plantilla a excepción de los lesionados Tomás Pina y el guardameta Roberto Jiménez y podría optar por un equipo similar al que formó ante el Athletic.

El preparador babazorro repetirá con Fernando Pacheco en portería y una línea defensiva formada por Ximo Navarro, Víctor Laguardia, Rodrigo Ely y Rubén Duarte, mientras que en el centro del campo podría variar el dibujo para introducir a Ljubomir Fejsa como mediocentro defensivo junto a Víctor Camarasa y Manu García.

El hombre más ofensivo volverá a ser Aleix Vidal, que actuará junto a la pareja gallega de delanteros para intentar vencer por primera vez a los pepineros en Primera División.

Leganés y Alavés firmaron un nuevo empate entre ambos (1-1), algo que parece haberse convertido en costumbre a juzgar por los últimos precedentes, tras un duelo en el que se acercó más a la victoria el equipo madrileño, pero sus méritos no fueron suficientes.

Afrontaba la cita el cuadro local inmerso en una racha de tres partidos sin ganar, siendo además el último de ellos una dolorosa derrota ante el Celta en Vigo como colofón a un encuentro en el que jugaron contra diez la mayor parte del tiempo.

Dadas las circunstancias, el principal argumento para creer en él pasaba por sus buenas prestaciones en casa desde la llegada de Javier Aguirre, pues solo el Barcelona y el Getafe se marcharon con el triunfo de Butarque como visitantes a partir de entonces.

Cuéllar volvió a ocupar la portería después de dar continuidad a una ausencia por sanción con otra por problemas físicos y, para paliar la falta de gol, la apuesta de Aguirre fue sacar toda la artillería. Así, Carrillo y Guerrero formaron juntos de inicio en el ataque.

Enfrente un oponente especial, como lo serán en el futuro todos a los que entrene Asier Garitano. El que fuera técnico milagro de los madrileños optó por un once con muchas semejanzas respecto al que ganó la jornada previa al Athletic y únicamente Fejsa y Edgar Méndez fueron novedad.

En busca de soluciones a sus problemas, el equipo anfitrión había intensificado su producción de centros al área a lo largo de las jornadas previas. Y fue en uno de ellos, puesto desde la derecha por Bustinza y rematado en carrera por Óscar Rodríguez para lucimiento de Pacheco, como llegó la primera ocasión.

Hubo respuesta doble en la otra portería. Aleix Vidal trató de sorprender a Cuéllar con una vaselina tras una mala salida de balón de los leganenses y, poco después, Laguardia cabeceó un córner tocando la pelota en la parte superior de la red.

Languideció a partir de ahí el enfrentamiento, abriéndose paso la igualdad y el miedo a un gol en contra. Le pusieron, eso sí, algo más de voluntad los madrileños. Valió con ella para que generaran dos oportunidades de Óscar, un tiro fuera desde la frontal y un lanzamiento de falta que obligó a la estirada del arquero.

Parecían buenos mimbres de cara a la segunda mitad, pero la estructura del equipo local se desmoronó al poco de volver de los vestuarios. Una combinación al borde del área terminó por dejar solo a Lucas Pérez contra el cancerbero y el delantero del Alavés no falló para desesperación de la grada.

Miró entonces al banquillo Aguirre y dio entrada a Bryan Gil y Aitor Ruibal. Mudaron las piezas, pero no la receta y al final el ansiado servicio que acabase en gol terminó por llegar cuando Óscar ejerció con maestría de asistente y Carrillo se elevó imperial para igualar con un testarazo la contienda. Fue la chispa necesaria para que el Leganés volviese a crecer.

Aumentó la presión y el ímpetu, lo que trajo consigo un mayor dominio que se cristalizó en acercamientos. Las bandas volvieron a ejercer de catalizador y desde la derecha llovió una entrega de Ruibal que Carrillo tocó de espuela con poca fuerza. Además, Guerrero, antes de ser cambiado, buscó el marco con un golpeo desde la frontal que atrapó Pacheco.

El paso de los minutos acabó por convertir el punto en bueno para ambos y, aunque no bajaron los brazos, tampoco quisieron arriesgarse a perderlo por multiplicarlo por tres. Hizo algo más, eso sí, el anfitrión. Sin embargo, el embotellamiento en el tramo decisorio solo trajo consigo un intento de Ruibal que rozó un poste y varios saques de esquina sin consecuencias. Además, tuvo una buena ocasión Duarte en el otro área, pero se encontró con una mano magistral de Cuéllar.