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Javier ortíz de LAzcano
Bilbao
Lunes, 22 de enero 2018, 11:12
Ya es oficial. El Athletic acaba de anunciar la renovación de Kepa Arrizabalaga. El portero rojiblanco ha renovado hasta el 30 de junio de 2025 y su cláusula de rescisión será de 80 millones de euros. El culebrón llega de esta manera a su fin. ... El guardameta se convertirá en el jugador mejor pagado de la plantilla. Recibirá en torno a 4,6 millones netos la primera campaña, algo por encima de Laporte, 4,5. Williams queda en tercer lugar en el ranking con su nuevo contrato, de 4,
El Athletic Club y el jugador @kepa_46 han suscrito el acuerdo de renovación por el que el jugador permanecerá en la disciplina rojiblanca hasta el 30 de junio de 2025. La cláusula de rescisión será de 80 millones de euros. #athletic pic.twitter.com/KMzTbMoqz4
— Athletic Club (@AthleticClub) 22 de enero de 2018
En una resolución inesperada del caso y en medio de la amenaza del Real Madrid de llevarse al jugador, Kepa Arrizabalaga ha decidido seguir en Lezama tras aceptar la magnífica oferta que le ha presentado la junta directiva en los últimos días. El club ha cedido a las dos exigencias con la que el portero se sentó en la mesa de negociaciones. En primer lugar, que la ficha tenga una relación directa con la cláusula. En segundo, que se firme un contrato de envergadura que no obligue a retocarlo cada cierto tiempo.
El 'caso Kepa' parecía destinado a convertirse en una pesadilla para Urrutia. Ahora el presidente puede cantar victoria y reivindicará que su forma de gestionar la situación se ha cerrado con un final que todo el mundo daba por descartado. Kepa es el segundo rojiblanco que dice no a una escuadra poderosa para seguir en el Athletic desde la llegada de Urrutia. El otro fue Laporte al Manchester City.
La partida ha sido larga y compleja. Comenzó hace 16 meses cuando el club llamó a negociar al portero, que acababa contrato al final de esta campaña. Le planteó una oferta que rondaba los 600.000 euros y contaba con una alta cláusula. Fue rechazada tajantemente por Bahía Internacional, la empresa que le representa.
Los contactos se sucedieron con ofertas y contraofertas. Poco antes del verano se daba por cercana la firma. Hasta que, tal y como adelantó este periódico, irrumpió el Real Madrid. Florentino Pérez le señaló como el portero del futuro y decidió convertir a Kepa en el nuevo Casillas. Indicó a José Ángel Sánchez, su director general, que se pusiera manos a la obra. La 'operación Kepa' dio comienzo en elclub blanco.
🤫🤭🤐
— IÑAKI WILLIAMS (@Williaaams45) 22 de enero de 2018
Urrutia comenzó a preocuparse. El presidente era consciente de que la amenaza blanca le podía dejar sin el considerado portero del futuro. Rompió su principio de no hablar de negociaciones en curso para comenzar a lanzar mensajes al portero. Primero dijo que esperaba un gesto de él. Luego añadió que «el jugador debe poner de su parte, no sólo el club». En diciembre avisó de que «llegamos a un punto de encuentro hace un mes con Kepa y estamos a la espera de una respuesta». La presión sobre el jugador alcanzaba el mayor punto de ebullición.
Ibaigane lo veía tan negro que lanzó una ofensiva para garantizarse el futuro de la portería. En diciembre llamó a renovar a Iago Herrerín, que ya ha firmado, Álex Remiro (cedido en el Huesca) y Unai Simón, del Bilbao Athletic.
En medio de la incertidumbre, Kepa se lesionó en un dedo del pie derecho. Este percance, que no fue apreciado como grave al inicio, ha resultado clave en el desenlace de los acontecimientos. Zidane lo ha empleado como argumento para no ficharle. El portero no quiere operarse para no perderse el Mundial. Hace unas semanas pidió una segunda opinión médica en la que no se descartaba una intervención para avanzar en la recuperación.
El 3 de enero, José Ángel Sánchez telefoneó a su homólogo en el Athletic, Jon Berasategi, y le comunicó que su club estaba dispuesto a pagar los 20 millones de euros en los que está marcada su cláusula de rescisión. «Queremos a Kepa», le dijo el ejecutivo blanco. «Y nosotros renovarle», escuchó como respuesta.
Zidane, al que se informó de la inminencia del fichaje, salió al paso para frenar la operación. A las pocas horas de la llamada de Sánchez desafió a Florentino en rueda de prensa. «No necesito portero ahora». Lo ha repetido en otras tres intervenciones ante los periodistas.
Estas palabras supusieron un duro golpe para el guardameta. Le disgustaron y le hicieron comprender que si iba en enero al Madrid no sería titular. Eso le dejaría en una posición muy incómoda en su deseo de ir en junio al Mundial, su gran objetivo.
El portero vio que las promesas de Sánchez de que su llegada estaba planificada con todo detalle no eran ciertas. El Madrid le pidió esperar a junio, pero el ondarrés no quería correr el riesgo de que la negativa de Zidane se reprodujese.
Además, no quería soportar varios meses de intensa presión por no firmar y el riesgo de quedarse por ello en la grada, lo que le habría dejado además sin su soñado Mundial. Para colmo, no se le escapaba que Florentino persistía en su deseo de fichar a De Gea o Courtois, lo que le podía colocar en el banquillo.
Llegado a este caso, las opciones se reducían a irse gratis en junio, algo que el portero no deseaba, firmar una cláusula al alcance del Madrid o admitir un blindaje de envergadura. Molesto por el comportamiento blanco, decidió aceptar la propuesta que colocó Urrutia sobre la mesa los últimos días.
La pasada semana tuvo lugar en el reservado de un restaurante bilbaíno una larga reunión entre el jugador y sus agentes que se extendió durante seis horas. De allí el portero salió con la decisión tomada. Seguirá en el Athletic.
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