jACOBO cASTRO
Madrid
Viernes, 19 de octubre 2018, 07:49
Barcelona y Sevilla se enfrentan este sábado en un duelo de viejos conocidos. Ya no sólo por los equipos, que se han encontrado muchas veces en los últimos años, sino por la cantidad de futbolistas que han compartido ambos conjuntos. Este es un repaso de ... varios de ellos.
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Aleix Vidal
El catalán, que jugó en los infantiles del Barcelona, acabó regresando al conjunto culé en 2015 a cambio de 17 millones de euros tras una grandísima temporada en el Sevilla. Sin embargo, después de tres temporadas en el Camp Nou con una grave lesión, un gol en un 'clásico' y apenas protagonismo, este último verano cogió el billete de vuelta al conjunto hispalense, esperanzado en volver a ser el que fue.
Clément Lenglet
Monchi y el Sevilla apostaron por Lenglet a inicios de 2017 procedente del Nancy, pagando menos de cuatro millones de euros. Un año y medio después, tras rendir a gran nivel en el conjunto hispalense, el Barcelona pagó 35 para llevárselo, convirtiéndose, hasta la fecha, en el último jugador contratado por Monchi en el Sevilla y fichado posteriormente por el Barcelona.
Iván Rakitic
Ivan Rakitic aterrizó en Sevilla en 2011, siendo la enésima apuesta de Monchi por un jugador semidesconocido. Tres años y medio después, tras ser la pieza clave del Sevilla campeón de la Europa League, a Rakitic le esperaba el Barcelona, que pagó 18 millones de euros por él. Desde su fichaje, ha logrado tres ligas, cuatro Copas del Rey, una Champions, con gol en la final, y se ha convertido en unos de los mejores jugadores del equipo catalán.
Denis Suárez
El gallego recaló en el Sevilla como parte de la 'operación Rakitic' en la temporada 2014/15 cedido por el Barcelona tras haber dado un gran nivel en el filial culé. Sin embargo, su aportación en el conjunto hispalense fue mínima. Jugó muchos partidos, pero apenas la mitad como titular, y no fue capaz de ganarse un puesto en el equipo de Unai Emery. Pese a que le quedaba otro año de cesión, el Sevilla lo devolvió al conjunto culé, que lo vendería al Villarreal para recomprarlo al año siguiente. Desde su vuelta a Barcelona, apenas ha tenido protagonismo.
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Gerard Deulofeu
Cuando Luis Enrique llegó al Barcelona en el verano de 2014 pidió al club el regreso de Rafinha Alcántara y Deulofeu, que se encontraban cedidos. Sin embargo, cuando apenas iba un mes de pretemporada, el técnico decidió ceder al extremo afirmando que le faltaba compromiso defensivo. El catalán llegó al Sevilla con la intención de quitar la razón al técnico. Sin embargo, fracasó. Tras ser un fijo hasta enero, Emery le relegó al banquillo la segunda parte de la temporada. Al finalizar el curso el Barcelona lo envió de vuelta al Everton. Posteriormente, tras un buen paso por el Milan, lo recuperó en el verano de 2017. Sólo aguantó media temporada como culé y desde enero de 2018 juega en el Watford.
Alberto Botía
Alberto Botía debutó en Primera con el Barcelona en mayo de 2009, cuando el conjunto de Guardiola ya tenía la liga ganada. Unos meses después fichó por el Sporting de Gijón, donde rindió a buen nivel durante tres temporadas. Finalmente, con el descenso del conjunto asturiano a Segunda, llegó al Sevilla en el verano de 2012 a cambio de tres millones de euros. Tras una decepcionante temporada en el conjunto hispalense, se marchó cedido al Elche y acabó siendo vendido al Olympiacos.
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Adriano Correia
Fue otra apuesta de Monchi. En enero de 2005, Adriano llegó al Sevilla procedente de la liga brasileña. En cinco temporadas y media como hispalense ganó dos Uefas y dio un muy buen rendimiento. En 2010, Guardiola se fijó en él por su polivalencia, ya que al ser ambidiestro, podía jugar en ambos laterales, además de poder adaptarse al centro del campo. Los culés pagaron 9,5 millones al Sevilla por un futbolista que en sus seis temporadas como azulgrana llegó a jugar incluso de central, pero donde su rendimiento fue de más a menos. Eso sí, ganó, entre otras cosas, cuatro ligas y dos Champions.
Martín Cáceres
Cuando Guardiola llegó al Barcelona en 2008, pidió al club el fichaje de Martín Cáceres, que se encontraba cedido en el Recreativo pero pertenecía al Villarreal. Era un joven central de 21 años. Los culés pagaron 17 millones de euros por su pase. Sin embargo,tras una temporada como azulgrana, el club decidió cederlo a la Juventus y, posteriormente, al Sevilla, que lo acabó comprando en el verano de 2011 por tres millones. Tras jugar poco en el Sánchez Pizjuán, terminó volviendo a la Juve, que finalmente pagó por él ocho millones de euros.
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Daniel Alves
El mayor ejemplo de lo que fue Monchi en el Sevilla. Alves llegó al Sevilla en 2002 siendo un jugador desconocido y en seis temporadas se convirtió en el mejor lateral derecho del mundo, siendo clave en las dos Uefas seguidas logradas por el equipo de Juande Ramos. En 2008, el Barcelona se lo llevó por 36 millones de euros y lo hizo dueño de su banda derecha durante ocho años en los que hizo historia, logrando seis ligas, tres Champions y cuatro copas del Rey.
Seydou Keita
El gran equipo de Pep no se entendería sin su aportación siempre desde un segundo plano. Keita llegó al Sevilla en el verano de 2007 y en un año fue fichado por el Barcelona. En su paso de cuatro años por el equipo blaugrana se convirtió en la primera opción para suplir a los insustituibles Xavi e Iniesta. «Es una de mis niñitas», dijo Guardiola una vez.
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Fernando Navarro
Fernando Navarro debutó en 2001 con el F.C Barcelona. Era un lateral izquierdo de la cantera que, tras varios años sin contar demasiado, decidió coger las maletas y marcharse a Mallorca. En el conjunto balear disputó tres temporadas a gran nivel que le sirvieron para ir a la Eurocopa 2008 con España y proclamarse campeón. Al finalizar el torneo, Fernando no regresó a las islas. El Sevilla pagó casi cinco millones de euros por el pase de un futbolista que jugó siete cursos en el conjunto hispalense, con el que ganó dos Europa League y una Copa del Rey.
Javier Saviola
El Barcelona apostó por Saviola en 2001 confiando en reeditar una operación como la de Ronaldo Nazario años atrás. El argentino venía de ser campeón y meter muchos goles en la liga argentina con apenas 19 años, por lo que el club catalán no tuvo ni una sola duda cuando pagó 36 millones de euros por su fichaje en 2001. Tras tres temporadas como culé, en las que anotó 60 goles pero no se ganó ningún título, fue cedido al Mónaco después de la llegada de Eto'o. Tras un año en el club monegasco, acabó volviendo al Barcelona y siendo cedido al Sevilla. Curiosamente, en el conjunto hispalense logró su primer título en Europa, ganando la Uefa en una temporada en la que anotó 15 tantos. Después, volvería un año al Barcelona antes de fichar por el Real Madrid en 2008.
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Pablo Alfaro
Pese a que muchos no lo recuerden, Pablo Alfaro jugó en el Barcelona. Con 23 años fue contratado por el conjunto culé, en el que sólo estuvo una temporada pero logró una Liga, una de las de Tenerife. Unos años después, acabó aterrizando en un Sevilla que buscaba la vuelta a Primera División. Tras el ascenso, estuvo cinco temporadas más con el conjunto hispalense, donde formó una polémica pareja de centrales con Javi Navarro y vivió en primera persona el crecimiento del equipo sevillano.
Juan Carlos Unzúe
El meta navarro llegó al Barcelona en 1988 tras dos cursos en Osasuna. Sin embargo, las pocas oportunidades en el conjunto culé, donde apenas jugó cinco partidos en dos temporadas le llevaron a fichar por el Sevilla en 1990. Allí estuvo siete años defendiendo la portería. Muchos años después formó parte del cuerpo técnico del Barcelona.
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Diego Armando Maradona
Maravillado por su rendimiento en la liga argentina con apenas 20 años, el Barcelona se lanzó a por Maradona antes del Mundial 82. Los culés cerraron su incorporación para después de un campeonato en el que Argentina no logró lo que se esperaba de ella. En el conjunto culé estuvo dos temporadas marcadas por los problemas físicos y de salud, aunque logró varios títulos. Tras una sanción por una pelea en la final de la Copa del Rey frente al Athletic, acabó marchandose al Nápoles. Muchos años después, tras haber maravillado en Italia y de haber logrado un Mundial, el argentino podía volver a jugar tras un año y medio sancionado por dopaje. Pese a que el Nápoles insitió en mantenerle en plantilla, Maradona pidió a la FIFA para que intercediese y le dejase irse a Sevilla junto a Carlos Bilardo, su seleccionador en Mexico 86. Finalmente acabó recalando en la capital hispalense, donde tras una temporada con problemas en la rodilla y enfados con Bilardo, decidió volver al fútbol argentino.
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