El Girona descarta al Atlético y sostiene el mano a mano con el Madrid

Cuatro zarpazos del patito feo convertido en cisne, el último de Iván Martín en el descuento, convirtieron el meritorio 'hat-trick' de Morata en papel mojado. Fue en un inolvidable derroche de exuberancia ofensiva aunque también de descuidos defensivos que el Girona, fiel a su estilo, ese que le ha llevado tan lejos en una primera vuelta para la historia, planteó como un toma y daca sin respiro.

La puesta en escena del colíder fue vibrante. Sabía que era una noche para confirmar su candidatura a todo y exhibió de inicio el vértigo de Savinho, que sirvió el centro para el error de Dovbyk en el remate con todo a favor. La advertencia desconcertó al Atlético, en shock cuando instantes después encajó el golazo de Valery, tan acertado en el remate como poco encimado por la defensa colchonera.

Con el marcador ya en contra reaccionó el equipo de Simeone, que comenzó a cargar por la derecha, donde el Cholo redobló la apuesta con Llorente en el carril y Riquelme como interior. Su meritoria forma de afrontar un inicio adverso tuvo premio a través del oficio de Morata, que rescató un balón cabeceado por Griezmann y lo convirtió en el empate con brillo en la conducción y el remate.

Había logrado el Atlético reconducir el desarrollo de los acontecimientos hacia su terreno, como siempre propone Simeone, cuando un error garrafal de Koke, lento para girarse y soltar el balón en una zona delicada, lo aprovechó Iván Martín, que robó y ensayó el disparo, repelido por Oblak antes del fusilamiento sin piedad del eléctrico Savinho. Otra vez el Girona en su salsa cuando se juega a la ruleta rusa. Derrocha valentía el equipo de Míchel, que disfruta en el ida y vuelta. Con el partido abierto de par en par se impuso en la porfía, con Dovbyk prolongando con la puntera para la rúbrica de Blind en el segundo palo.

Parecía noqueado el Atlético cuando Morata apareció de nuevo al rescate. Momento muy dulce del punta madrileño, que incluso pudo firmar el empate antes del descanso, con un tanto anulado por fuera de juego y también con una volea a la media vuelta. Fue el epílogo a una primera parte para el recuerdo, un vistoso intercambio de golpes sin tregua propiciado por dos equipos volcados al ataque pero con escaso rigor defensivo.

Tras haber superado una situación crítica el Atlético encaró mejor la reanudación del partido. Empujó y empujó hasta convertir a Gazzaniga en el héroe local. Merecía la igualada el conjunto colchonero y ésta solo podía firmarla Morata, otra vez excelente en el desmarque y la definición por encima de la salida del portero para aprovechar la gran conducción previa de Rodrigo de Paul.

Esta vez el Atlético no se conformó con el empate, consciente de la diferencia de puntos con un rival directo. Se fue con todo a por el partido y por momentos mereció culminar una remontada de ensueño en un duelo que eso sí, fruto del cansancio generalizado, encaró su recta final con una marcha menos. Ya todos aceptaban las tablas cuando Iván Martín se escurrió entre Koke y Llorente e inventó un zurdazo de puntera a la misma escuadra de Oblak. Todo le sale al Girona, lanzado en un mano a mano con el Madrid que los colchoneros, merecedores de algo más, ya contemplan desde la distancia.