El Metropolitano lame las heridas del Atlético

Y es que era el día propicio para el rearme atlético, el del reencuentro con el siempre fiable Metropolitano para sanar las heridas de la Copa. Consciente de la necesidad de un triunfo reparador el Atlético dio un paso al frente, tratando de asfixiar la salida de balón del Betis con una intensa presión. El esfuerzo dio pronto sus frutos, con una recuperación de Memphis que plantó a De Paul ante Rui Silva, sin que el argentino fuese lo suficientemente preciso para evitar estrellar el intento contra el lateral de la red.

El Atlético fue un vendaval que castigó cada error bético en el inicio de la jugada. Bellerín erró en la salida, el conjunto colchonero encontró a Memphis al espacio y el neerlandés la puso al corazón del área, donde en el desesperado intento de evitar el remate a placer de Hermoso en el segundo palo, entre el propio Bellerín, Pezzella y Rui Silva se hicieron un lío para el gol del portero en propia puerta.

Nada cambió tras el primer tanto. Por dos veces Rui Silva se redimió e impidió la diana de Memphis. Más allá de alguna tímida incursión en territorio enemigo, el Betis no logró sacudirse el dominio rojiblanco en toda la primera parte. De hecho, se libró de un castigo mayor con el penalti de Rui Silva sobre Morata que el punto madrileño malogró ante el guardameta portugués, protagonista para lo malo y también para lo bueno.

Pese al evidente control territorial colchonero lo cierto es que Rodri tuvo una buena oportunidad para llevar el duelo a la pausa igualado, en un aviso para el Atlético ante cualquier relajación después de perdonar más de la cuenta. Acción-reacción, pues el conjunto de Simeone metió una marcha más, testó de nuevo los reflejos de Rui Silva a través del temible golpeo de Memphis y finalmente golpeó de forma contundente a través de Morata. El punta estaba donde se le pide a un '9' y con la cabeza remató la faena para quitarse un peso de encima y dar la razón al Cholo, que había pronosticado su reencuentro con el gol en este partido.

Con el duelo muy cuesta arriba, Pellegrini aprovechó la pausa para reforzar su sala de máquinas con Guido Rodríguez y William Carvalho. Willian José pudo darle picante al duelo, pero su testarazo lo solventó con aplomo Oblak. Fruto de la necesidad, el Betis ganó metros sobre el terreno de juego, aunque no lograba traducir ese paso adelante en ocasiones. Por contra, en el lado opuesto del terreno de juego Mario Hermoso perdonó la sentencia. Fue justo antes del golazo de William Carvalho, el hombre que le cambió el paso al equipo verdiblanco.

El duelo ganó en intensidad con la incertidumbre de un resultado ajustado que hizo dudar al Atlético, amenazado por un nuevo tropiezo donde casi nunca ocurre, en el Metropolitano. Oblak sostuvo la ventaja rojiblanca ante Ayoze y Guido, con ayuda del palo incluida, y el partido se adentró en una agonía colchonera en la resistencia. Simeone acumuló jugadores de perfil defensivo, con su equipo quizás demasiado encerrado en sus dominios, pero lo cierto es que el planteamiento numantino dio resultado. Era un día para ganar, por lo civil o por lo criminal, y el Atlético cumplió con el objetivo.